Freddie Mercury disfrazó a Lady Di de hombre para llevarla de fiesta a un bar gay

La princesa disfrutó de 20 minutos de libertad, pues no quisieron tentar demasiado a la suerte y regresaron rápidamente al palacio de Kensington

Freddie Mercury ABC
Rocío F. de Buján

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Freddie Mercury, Kenny Everett y la Princesa Diana de Gales entran a un bar gay. Parecería el principio de un chiste pero no, este peculiar trío de amigos acudió de incógnito a un pub gay en Londres, buscando un respiro de sus agitadas y aburridas agendas. El líder de la noche se hizo muy amigo de la «princesa del pueblo británico» a mediados de los años 80, cuando hasta el mínimo movimiento de la madre del Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry era controlado por los medios.

La que podría considerarse como «la noche más loca de Lady Di» ocurrió en 1988, sin embargo no se supo hasta muchos años después cuando la actriz Cleo Rocos escribió esta anécdota en su libro «The Power of Positive Drinking» («El poder de la bebida positiva», que toma el título de una canción de Lou Reed ).

Después de una distenida cena en la que bebieron «champán de más», Everett, Mercury y Rocos decidieron que era hora de retirarse para ir de fiesta al Royal Vauxhall Tavern, uno de los bares gays más conocidos de la época, famoso por su afluencia y por las peleas que cada fin de semana protagonizaba. Diana, cansada de no poder hacer vida normal, decidió unirse al grupo para pasar «una noche inolvidable». En un principio, sus amigos se mostraron algo escépticos pensando en las consecuencias que acarrearía si los medios descubrían a Diana en medio de una pelea en un bar gay de Londres. Sin embargo, y debido a la insistencia de la princesa, finalmente aceptaron. «Vamos, deja que la niña se divierta un poco», recordó la actriz que le dijo Mercury.

Vistieron a Lady Di con una chaqueta militar, una gorra de cuero y unas gafas de sol de aviador para evitar que fuese reconocida. «Cuando entramos, nosotros sabíamos obviamente que era la Princesa Diana y que podía ser reconocida en cualquier momento. Pero la gente simplemente la ignoró . Ella parecía haber desaparecido. Y eso le encantó», señaló Cleo Rocos. En el bar, la actriz nunca supo si alguien reconoció a Diana. «Parecía todo un muchacho», añadió en sus memorias, «un modelo masculino gay bastante excéntricamente vestido».

El disfraz fue todo un éxito y Mercury, Everett y Rocos distrajeron a la multitud de tal manera que nadie se dio cuenta de que la esposa del Príncipe Carlos de Inglaterra entraba en el bar. «Se tomó un vino blanco y una cerveza», escribió la intérprete. La princesa disfrutó de 20 minutos de libertad , pues el grupo no quiso tentar demasiado a la suerte y regresaron rápidamente al palacio de Kensington.

Su breve y alocada noche es una de las anécdotas que más se recuerdan de la desaparecida Diana de Gales, fallecida en un accidente de coche ocurrido en París, en 1997, precisamente cuando estaba siendo perseguida por fotógrafos .

La princesa y el cantante fueron siempre muy amigos, hasta su muerte de SIDA en 1991, a los 45 años de edad. Tanto Mercury como Everett murieron a causa de la enfermedad. Tras su muerte, Lady Di se convirtió en embajadora del «National AIDS Trust», dedicando gran parte de sus esfuerzos a promover la concienciación y prevención del VIH. No fue la primera vez que prestó su apoyo a la causa. En 1987, Diana fue invitada a abrir el primer centro especializado en enfermos de SIDA en Reino Unido, donde fue fotografiada estrechando la mano de algunos de los pacientes que allí se encontraron y desafiando de esta forma la creencia popular de que la enfermedad podría transmitirse tan solo por el contacto humano.

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