La extraña costumbre de fotografiarse tocando los genitales de Cristiano Ronaldo en Funchal
La broma causa furor entre los turistas que viajan a Madeira y visitan la plaza consagrada al jugador estrella, al lado de su museo y de su hotel
La capital de Madeira, Funchal, vive una explosión turística gracias a su hijo más ilustre: Cristiano Ronaldo . Y se ha convertido en una especie de tradición acercarse a la Marina no solo para fotografiarse con la gigantesca estatua dedicada al jugador sino para bromear tocando sus prominentes genitales.
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Los visitantes creen que les traerá suerte y, por eso, sonríen ante la cámara mientras se colocan debajo de la mole de casi 800 kilos y 3,4 metros de altura que saluda a los fans del delantero de la Juventus de Turín.
Este periódico ha sido testigo de semejante actividad, incesante en la Plaza CR7 y al lado del Hotel Pestana CR7. Sí, porque el flanco derecho de la Marina de Funchal, antes de llegar a la Estrada Monumental, rinde tributo a quien fue vecino humilde de la ciudad , pues Ronaldo despuntó cuando se entrenaba en el modesto club deportivo Andorinha y luego dio el salto al continente para embarcarse en el Sporting de Lisboa.
La escena, por tanto, se repite. Los cruceros atracan detrás y el tiempo siempre primaveral de la zona anima a los turistas a sentarse en la terraza del establecimiento hotelero, del cual es accionista Cristiano.
A continuación, una inmersión en el Museo CR7, consagrado a rendir tributo al goleador y que dirige su hermano Hugo Aveiro , y después, cómo no, sortear el viento que suele reinar y confiar que el simpático gesto de tocarle los genitales a la mastodóntica estatua haga que la fortuna se contagie.
El caso es que, de la manera más insospechada, casi todos los aficionados al fútbol que acuden allí se afanan en plasmar el instante con una imagen graciosa de estas características. Tal vez buscando que el ‘cuento de hadas’ que determinó la existencia del cinco veces ganador del Balón de Oro les toque a ellos con su varita mágica.
No lejos de allí comienzan las cuestas que conducen al barrio de Santo António, donde Ronaldo se crió y pegó las primeras patadas a un balón . Allí estuvo presente este diario, adonde viajó para rastrear las huellas de la estrella futbolística en el club de billar Quinta Falcao, donde él se divertía con sus amigos de juventud.
Hoy la familia Aveiro sigue viviendo en Funchal, aunque cambió su viejo domicilio por una vivienda más acomodada en el distrito de Sao Gonzalo. Además, las dos hermanas de Cristiano juegan un papel activo en los negocios del clan: Katia regenta un restaurante en el centro comercial Marina Shopping, inspirado en las recetas de su madre, y Emma se hace cargo de la tienda que vende ropa al estilo del exicono del Real Madrid.
Y todo sin olvidar que el aeropuerto de Madeira se rebautizó con el nombre oficial de ‘aeropuerto Cristiano Ronaldo’. Cuando los viajeros abandonan la sala de llegadas, se topan con el busto del jugador, que inicialmente despertó las burlas por su asimetría y que después fue sustituido por uno más convencional.
