Lo que se esconde tras el divorcio de Telma y Del Burgo

Cuando hace cuatro años la cuñada de Don Felipe, Telma Ortiz, contrajo matrimonio con el íntimo amigo de Doña Letizia, Jaime del Burgo, en una privadísima ceremonia celebrada en el Monasterio de Leyre (Navarra), mucho se habló y especuló sobre el objetivo de esta pareja que, independientemente de sus sentimientos, tenían planeado mudarse a Nueva York con la hija de Telma y de su anterior pareja, el cooperante Enrique Martín.

La sorprendente boda parecía la solución perfecta para que Telma y la niña abandonaran España, país donde a la hermana de la Reina se le hacía complicado vivir, tras la demanda que presentó ante la Justicia exigiendo que nadie hablara de ella salvo en actos institucionales. Aquel proceso contra más de cuarenta medios fue un absoluto fracaso y no sólo no consiguió su finalidad sino que Telma se vio condenada al pago de las costas.

Fueron malos tiempos para Ortiz, que no sólo perdía en los juzgados sino que rompía con el padre de su hija. Tras dejar Toledo se mudó a Barcelona, donde le adjudicaron un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de la capital condal para encargarse de la Casa de Asia, las relaciones de Barcelona con Oriente, protagonizando otra nueva polémica sobre su capacidad o facilidad para ese trabajo.

De ahí que la llegada de Jaime del Burgo y su increíble vida entre Nueva York, Ginebra o Londres fuera la solución que pondría fin a los desvelos de la hermana de la Reina. Todo habría ido perfectamente de no ser por la negativa del padre de su hija a que la menor saliera del territorio español. Con ese nuevo varapalo la pareja no contaba y ante la cruda realidad el matrimonio tuvo que renunciar a su sueño de vivir en Manhattan para verse únicamente algún fin de semana cuando sus agendas se lo permitieran.

Crisis de larga data

Hace dos años ya surgieron los primeros rumores que apuntaban a un divorcio sin vuelta atrás. Fuentes cercanas sabían que la situación era insostenible pero en el último momento hubo marcha atrás y desmentidos de una ruptura que era un secreto a voces. La familia Del Burgo negó la mayor pero en su círculo de amistades todos sabían que el matrimonio era agua pasada desde hacía tiempo y de ahí que nadie ni siquiera jugara con la idea de que tuvieran descendencia o se instalaran en alguna ciudad de España.

El hecho de que días atrás haya sido el propio Del Burgo, el mismo que siempre ha pedido respeto e intimidad para él y su mujer, quien anunciara mediante un comunicado a algunos periodistas que se estaba divorciando de Telma es un cambio que muchos creen se debe a la necesidad de desmarcarse totalmente de la familia Ortiz y que todo el mundo sepa que el matrimonio ya está totalmente acabado. También su padre Jaime del Burgo ha confirmado personalmente a ABC ese final y ahora la pregunta que más cuestiones plantea es por qué la necesidad de estar nuevamente en los titulares y qué es lo que puede ocurrir de aquí a unos meses para dar ese paso. A fin de cuentas el divorcio no va a traer ningún cambio en sus vidas.

Según ha podido confirmar este periódico, será un divorcio de mutuo acuerdo y sin ningún tipo de compensación económica o reparto de bienes dado que jamás compartieron una vivienda ni tuvieron negocios en común. Destinada a vivir en Barcelona por obligación del padre de su hija, Telma nunca abandonó el piso de alquiler que habita en el barrio de Sarria, cerca del colegio bilingüe de su hija Amanda.

En cuanto a Del Burgo, sus viajes a Barcelona han sido contados y lo más curioso es que cuando lo hacía optaba por alojarse en un hotel en vez de estar con su esposa. De ahí que su divorcio no haya sido ninguna sorpresa pero sí la manera en la que ha querido que todo el mundo sepa cuál es la situación actual. Lo que pase en los próximos meses será la explicación de este especial interés en volver a asomar a unos titulares que a Telma le causan un auténtico rechazo.