Dimitri Rassam, el prometido de Carlota Casiraghi, no consigue el divorcio de su primera mujer

El productor de cine y su expareja, Masha Novoselova, mantienen una dura batalla legal por la custodia de su hija Darya, lo que ha empañado también el segundo embarazo de la joven Grimaldi

Dimitri Rassam y Carlota Casiraghi, el pasado mes de marzo, en el Baile de la Rosa GTRES
Juan Pedro Quiñonero

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La firma del divorcio de Dimitri Rassam , el prometido de Carlota Casiragh i, y su expareja la modelo Masha Novoselova parece que no acaba de llegar nunca. El principal escollo es la lucha por la custodia de su hija en común, Darya, de seis años . Una situación de lo más incómoda para la hija de Carolina de Mónaco , que embarazada de cuatro meses no logra que su pareja dé carpetazo definitivo a su pasado sentimental .

Según varios medios parisinos, la top rusa ha desembarcado en París para negociar la recta final de su separación con el productor de cine, siempre y cuando quede zanjada la cuestión delicada de la custodia de un hijo de corta edad, acompañada de una negociación financiera que satisfaga a ambas partes. Al parecer, Novoselova tendría intención de regresar a Rusia con la niña , lo que complica aún más la situación. La separación de la pareja no fue precisamente amistosa, pero la relación entre ellos se torció aún más después de que Rassam comenzase a salir con la bella monegasca .

Boda aplazada

Carlota y Dimitri esperaban que el obstáculo de la custodia que hace encallar el proceso de divorcio quedase resuelto hace meses . Esta situación deja en suspenso la petición de mano oficial y la boda que ya habían anunciado varios medios. Quizá se celebre cuando el verano entre en su recta final, a principios de septiembre, una vez que la hija de Carolina haya dado a luz a su segundo hijo . Carlota es ya madre del pequeño Raphaël Elmaleh , hijo del actor y cómico francés de origen marroquí Gad Elmaleh , que llegó a integrarse provisionalmente en la familia principesca, en Mónaco.

A la luz de la compleja vida sentimental de Carlota Casiraghi, con sucesivos amores con Hubertus Arenque Frankensdorf, Felix Winckler y Alex Dellal, la Princesa Carolina y su hermano el Príncipe Alberto II de Mónaco, le pidieron a la joven una cierta discreción y prudencia antes de hacer anuncios «precipitados».

Más allá de las peripecias y tribulaciones íntimas de Carlota Casiraghi, su comportamiento también tiene dimensiones políticas , incluso diplomáticas, a las que son muy sensibles, tanto su madre como su tío.

El principado de Mónaco sostiene con el Vaticano unas relaciones históricas de primera importancia , desde hace siglos. La vida sentimental de la familia principesca siempre tiene una relevancia diplomática, cuando los protagonistas deben contraer matrimonio o proceder a un divorcio .

Carlota Casiraghi es muy libre de comportarse como lo considere oportuno, pero su madre y su tío no pueden dar proyección oficial a ninguna relación que pueda crear conflictos de cierto calado para la jerarquía religiosa, en el Vaticano. Las peticiones de mano y proyectos matrimoniales deben respetar las normas y reglas de un protocolo estricto , que no es razonable violar ni transgredir con demasiada ligereza.

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