Concha Velasco: «Hay que aceptar la edad, pero aún no pienso en el tacataca»

La actriz de 78 años se recupera de una neumonía y prepara con gran vitalidad su regreso a los escenarios

EFE

Gema Conty

Ni una grave neumonía ni el hecho de estar convaleciente en la cama por prescripción médica, impiden a Concha Velasco (Valladolid, 1939) seguir con la función. «El espectáculo siempre tiene que continuar», como ella misma dice en su papel de Lucrecia Conti en la obra de teatro « El funeral » , que su hijo Manuel Velasco dirige. Su genialidad y tesón la han encumbrado a lo más alto, erigiéndose como una de las actrices más importantes del panorama español, lo que le ha llevado a veces a exigirse demasiado a sí misma. El pasado domingo tenía que ser ingresada en el hospital Quirón de La Coruña y, posteriormente, trasladada al de Sanchinarro de Madrid, como consecuencia de una neumonía. Llevaba días sintiéndose mal, pero no quería defraudar a nadie e intentó aguantar hasta que su cuerpo dijo basta. Pese al gran susto, Velasco no pierde su vitalidad y ya espera con ansia su regreso al Teatro La Latina de Madrid el día 5, como así lo cuenta a ABC en una entrevista telefónica.

¿Cómo se encuentra?

Estupenda. Estoy en reposo, en la cama hasta el domingo. Es la segunda neumonía que tengo por culpa de un catarro mal curado. La primera fue en 1974 cuando estaba también muy liada en el trabajo, con tres películas… La verdad es que pensaba que no llegaba a los 79 (los cumpliré el próximo 29 de noviembre).

Estaba ingresada en el hospital Quirón de La coruña, ciudad en la que se encontraba para representar la obra «El funeral», ¿por qué la trasladaron a un centro en Madrid?

Me trataron estupendamente, pero les pedí que me llevaran a Madrid, a mi hospital y con mis médicos, que tienen mi historial. Me han hecho un chequeo, que tendría que haberme hecho antes, y todo está estupendo.

¿Pasó miedo?

Al principio fue alarmante, yo daba botes en la cama de lo mal que lo pasé, con 40 de fiebre.. Parecía la niña del exorcista. Ha sido un susto grave. Con las neumonías, si no se tratan a tiempo y más a mi edad, ya sabes… También he tenido que llevar oxígeno y decían que por mucho tiempo, lo que me asustaba mucho, pero menos mal que al final mi cuerpo ha reaccionado bien.

Lo importante es que ya esté recuperada...

Sí, le prometí a mi médico que, si me dejaba irme, no me movería de casa hasta el martes, que es cuando tengo que ir a ensayar la obra en el Teatro La Latina. Estoy con antibióticos hasta el domingo y cada doce horas tengo que escribir a mi médico para contarle cómo tengo la tensión y si tengo o no fiebre, pero por el momento todo va bien.

¿Es posible que se esté exigiendo demasiado?

La verdad es que sí. Pero las giras de teatro ahora duran más y yo he firmado dos años con el productor Jesús Cimarro y quiero cumplirlos. Me empecé a encontrar mal ya hace unos días, cuando estábamos en Bilbao, pero retrasé ir al hospital porque hace unos años me pasó algo parecido y tuve que suspender. Con el éxito que estamos teniendo, no quería que me pasase lo mismo y al final pasó… he tenido que cancelar tres días, pero bueno, al final se ha solucionado todo y me encuentro mejor. El lunes me pondré guapa e iré a la peluquería para estar perfecta en la función del próximo día 5 de octubre.

Concha Velasco junto a su hijo Manuel y el actor Antonio Resines GTRES

¿Es usted muy presumida?

Soy muy coqueta. Sé que soy mayor pero, ¿por qué no? Hay que aceptar la edad, pero aún no pienso en ir con un tacataca. Gracias a Dios (sí, soy creyente) y a la ciencia, estoy bien.

¿Cómo es trabajar con su hijo?

Desde que le regalé una cámara a los ocho años, trabajo con él, de alguna manera u otra, en todo lo que hace. Estamos encantados. Además el protagonista era Antonio Resines , al que admiro profundamente como persona y como actor, además de como compañero. También hice con él un corto sobre la osteoporosis, «Mañana y siempre» , que, se estrenará el 20 de octubre con motivo del día mundial de esta enfermedad.

¿Cómo surgió la obra «El funeral»?

Yo siempre he dicho que quería ser abuela y fantasma para espiar a los míos cuando ya no esté. Por esta razón surgió la idea de la obra, se le ocurrió a mi hijo. Después de meterme en la piel de Juana la Loca, quería hacer algo diferente y muy divertido.

¿Cree que le queda algo por hacer?

Sí, esta obra. Tengo que cumplir mis 80 años representando mi papel en Melilla, que es donde deberíamos estar. La verdad, como me dice mi hermano Manuel, no me puedo quejar. No muchos pueden presumir de hacer tantas cosas como yo, y menos como está ahora el mundo del teatro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación