Las carreras de Ascot, sin la Reina y sin público por primera vez en tres siglos

Isabel II seguirá las competiciones desde el castillo de Windsor, donde sigue confinada con Felipe de Edimburgo

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Ivannia Salazar

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Sonriente, tranquila y encantada de disfrutar de uno de sus eventos favoritos del año: así se veía la Reina Isabel II el año pasado durante las carreras de Ascot. Ha pasado solo un año, pero las imágenes parecen de una época muy lejana, cuando el Príncipe Andrés era uno más dentro de los Windsor, antes de que estallara el escándalo por su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein que lo obligó a dejar sus deberes reales; cuando los Sussex no se habían mudado a Estados Unidos junto a su hijo a empezar una nueva vida lejos de la realeza y cuando la pandemia del Covid-19 no había llegado para arrasar con la vida tal y como la conocíamos. Fue, como tantos otros, un Royal Ascot feliz para la Reina , que este año lo vivirá en la distancia, confinada como está en el castillo de Windsor junto a su marido Felipe de Edimburgo .

El evento más importante del famoso hipódromo y gran escaparate de la nobleza y de la gente que quiere dejarse ver en la alta sociedad británica, empezó este martes a puerta cerrada por primera vez en 309 años. Sin sombreros ni tocados imposibles, sin aplausos, sin los miles de espectadores que acuden a él y sin todas las actividades sociales que lo rodean y que hacen las delicias de la prensa. Sin embargo, la llamada nueva normalidad también aplica para Ascot, y la organización pidió a los espectadores de todo el planeta que se pongan sus mejores galas para ver las pruebas por televisión desde su casa, por supuesto con sombrero, como es la tradición, y que publiquen sus selfies con el hashtag #StyledWithThanks , además de donar cinco libras. Los beneficios de esta iniciativa serán destinados a cuatro organizaciones sanitarias «en reconocimiento a quienes trabajan en la primera línea de la crisis global de Covid-19», afirmaron los organizadores, que lanzaron la idea con una donación inicial de 100.000 libras (unos 112.000 euros). Las fotos se convertirán en un mosaico gigante que se instalará de forma permanente en el hipódromo.

Inauguradas en agosto de 1711 por la Reina Ana en Ascot, en el condado de Berkshire, las carreras son uno de los eventos más destacados en la agenda Isabel II, que siente una gran pasión por los caballos. Hace pocos días, y recién cumplidos los 94 años, se hizo pública una fotografía suya montando a su pony Balmoral Fern en los jardines de Windsor , lo que supuso su primera foto al aire libre desde que empezó el confinamiento.

Jinetes con mascarilla

Cada día de carreras generalmente comienza con la Procesión Real, cuando la Reina y los miembros de la Familia Real que la acompañan desfilan en carruajes. Este año, no obstante, los focos estarán puestos no sobre la ausente Familia Real, sino sobre los jinetes con mascarilla que competirán durante cinco días en 36 pruebas. Pese a que por primera vez en sus 68 años de reinado la soberana no asistirá en persona, «la atención de todo el mundo está puesta en el evento deportivo más importante del mundo desde que se reanudaron los deportes», aseguró el director de carreras de Ascot, Nick Smith , quien añadió que «esta es una gran responsabilidad para nosotros» y «una declaración de que las carreras están de vuelta. Debemos dar el mejor espectáculo posible».

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