El primer ministro David Cameron
El primer ministro David Cameron - reuters

Un exdonante conservador airea las juergas de David Cameron

Lord Ashcroft, que fue en su día un estrecho colaborador del primer ministro británico, lo acusa también de mentir en una controvertida polémica fiscal

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Fiel a lo de que no hay peor cuña que la de tu propia madera, el exdonante tory Lord Ashcroft, que entre 2005 y 2010 aportó once millones de euros al Partido Conservador y fue su vicepresidente, ha escrito un libro sobre David Cameron con sabor a ajuste de cuentas y que saldrá a la luz el próximo mes.

Ascroft, un referente en el mundo de las encuestas, y Cameron rompieron hace cinco años, cuando este último fue elegido primer ministro por vez primera y en contra de sus promesas no incorporó al magnate a su gabinete.

La biografía, titulada «Llámame Dave», relata las fiestas del Cameron estudiante en el Oxford de finales de los ochenta, con porros y juergasen dos clubes decadentes para niños ricos universitarios.

Pero aunque ese capítulo sea el más popular, el libro pude tener también una carga política, porque Ascroft acusa al primer ministro de haber mentido en una polémica fiscal en la que se vio envuelto el donante tory en 2010.

No es ninguna novedad contar que Cameron fumó porros en sus días de Oxford. Ha sido publicado varias veces y cuando se le pregunta por aquello, el primer ministro no dice ni sí ni no y se escabulle con un elocuente «viví la experiencia universitaria normal».

Ascrof, que ha escrito el libro en colaboración con Isabel Oakeshott, del diario conservador de Murdoch «The Sunday Times», relata que Cameron solía fumar cannabis en la habitación de otro alumno del Christ Church de Oxford, llamado James Delingpole, y que hoy es un periodista liberal. El tercer amigo era James Fergusson, ahora escritor. Los tres se sentaban en el suelo y fumaban porros escuchando a Supertramp. Se hacían llamar «The Flam Club» (la palabra flam a los ritmos de la batería de su grupo favorito).

«Llámame Dave» cuenta también que en fiestas en casa de los Cameron circuló la cocaína, aunque los invitados que aportan su testimonio dicen que jamás vieron ni al político ni a su esposa Samantha esnifando. Por el contrario, un antiguo asesor de Ed Miliband llamado Tom Baldwin, conocido por sus problemas con esa sustancia, asegura que llegó a ver a Cameron ingiriéndola.

El primer ministro está en contra de suavizar las leyes que penan el consumo de drogas: «Soy padre de tres hijos. No quiero enviar el mensaje de que tomar drogas es algo correcto o seguro». El primer ministro también tuvo problemas con los porros en el colegio de Eton, donde estuvo a punto de ser expulsado en un incidente en el que se echó del centro a siete escolares e incluso intervino la policía.

Bullingdon Club

El Cameron de Oxford fue miembro del controvertido Bullingdon Club, al igual que el alcalde de Londres, Boris Johnson. El asunto consistía en ataviarse con un uniforme de gala (frac azul oscuro, chalecos estampados de color mostaza y pajarita azul clara) para ir a un restaurante y cogerse una gran curda y armarla. Se subían a las mesas entre gritos contra «los plebeyos» y algunas veces ocasionaban destrozos. Un cheque de los padres de los estudiantes, todos de familias potentadas, solventaba luego el problema. «Al día siguiente te despertabas con una terrible resaca y una sensación de inmensa vergüenza. ¿Cuál era la maldita gracia?», dice, ahora, Boris Johnson. Cameron es hijo de un agente de bolsa adinerado y miembro de una ilustre familia, con remota sangre real incluida.

La novedad del libro es que asegura que también formó parte de un segundo club de borracheras decadentes, el Piers Gaveston, que lleva el nombre de un amante del rey del siglo XIV Eduardo II. Era una sociedad de excesos y rituales sexuales. Ashcroft, que no perdona nada, cuenta que en su ceremonia de iniciación Cameron hubo de introducir «una parte privada de su anatomía» en la cabeza de un cerdo muerto, anécdota que está generando una gran polémica en Reino Unido.

Aunque el color de las historias juveniles es la salsa, lo relevante políticamente es que Lord Ashcroft acusa a Cameron de mentir a los ciudadanos en marzo de 2010. En esa fecha se supo que el donante y vicepresidente tory estaba acogido al estatus fiscal de «no domiciliado» que disfrutan quienes viven en el Reino Unido pero generan sus ingresos fuera. No era el caso, pero Ashcroft aprovechó así descuentos fiscales. Al saltar el escándalo, Cameron se desmarcó diciendo que solo hacía un mes que sabía de esa situación. El libro dice que mintió y que lo conocía desde hacía un año.

El ministro de Hacienda, George Osborne, de gira en China, eludió preguntas sobre el tema hoy diciendo que aún no ha leído el libro. Downing Street declinó hacer comentarios. La obra elogia también al Cameron político por sus éxitos electorales, aunque una vez más Lord Ashcroft suelta un comentario envenado: «Cameron está más interesado en ostentar el poder que en utilizarlo para algo en particular».

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