Nuestra Señora del Pino: Un paso más allá de la fe sociológica

En 2018 la parroquia Nuestra Señora del Pino , calle Doroteo Laborda, 8, Villaverde Alto , cumplió cincuenta años. La historia de esta comunidad se puede resumir en una frase que escuché, en animada conversación, paseando por el precioso jardín que sirve de pórtico al templo: «Esta parroquia ha pasado del cristianismo de la ideología al cristianismo de la fe». La lógica de una historia cuyas lecciones no siempre aprendemos.

Allá por los años sesenta y setenta, este barrio, que se había construido con el aluvión inmigratorio interno, se convirtió en lo que se denominaba un barrio obrero, un barrio de reivindicaciones sociales y laborales. Y la fe acompaña la vida de quienes mantenían la antorcha de la justicia . La sociedad cambia, la secularización se impone, llega un afluencia masiva de personas procedentes de Hispanoamérica, del centro de Europa y del norte de África , el multiculturalismo se convierte en el pan nuestro de cada día, y agotadas las vías de lo mero social, la parroquia se abre a la nueva realidad de un barrio que ahora tiene una fuerte presencia de fieles de procedencia hispana, de polacos y de rumanos de confesión católica. Es lo que el papa Francisco denomina el protagonismo del pueblo de Dios, la teología del Pueblo y la espiritualidad popular que se acrecienta cada día. Asistimos al fin del catolicismo sociológico para adentrarnos en una nueva época. Y esta parroquia, como muchas otras de Madrid, levante cada día acta de ese proceso.

Sorprende tanto el jardín por el que se accede al templo, con una preciosa imagen de la Virgen Milagrosa que mira a la calle y que es venerada y querida desde la calle, como la amplitud de un templo que se construyó con una plantilla arquitectónica similar a las parroquias de San Bonifacio y san Leopoldo . Del interior hay que destacar esa mixtura de referencia icónicas de la tradición oriental, en homenaje a los files rumanos y polacos, y la sobriedad de la devoción hispana. Cuenta con un amplio retrato de san Juan Pablo II y con una copia fiel del mural de los Mártires de Madrid.

También con una reliquia, permanente expuesta, de uno de los protagonistas de esa gloria de santidad, el beato Cesáreo Elexgaray de Otazua , mártir, hermano coadjutor de la Congregación de la Misión, miembro de la comunidad de religiosos de la calle Lope de Vega, que atendían a las Hijas de la Caridad y que estuvo en la Checa de la Brigada motorizada. Fue ejecutado en Vallecas el de 23 de octubre de 1936. También hay en el templo un cuadro de santa Joaquina Vedruna, en agradecimiento por el servicio que las religiosas Carmelitas de la Caridad han hecho por el barrio y por la parroquia. Congregación que sigue manteniendo el colegio en la zona. Por cierto que la población de esta parroquia no es pequeña numéricamente, alcanza unas veinte mil personas.

El párroco de Nuestra Señora del Pino es Francisco Javier Ardila Carvajal. Esta acompañado por el sacerdote Jhoisen Lopez Quispe. La parroquia cuenta con un diácono permanente, Francisco Gómez Álvarez, una de las almas más activas de esta comunidad. El día a día lo sostiene la celebración del eucaristía y Cáritas, el lugar en el que se pone rostro a la pobreza, el espacio del encuentro del tú a tú con cada persona o familia que se acerca en busca de ayuda. Es cierto que la parroquia tiene un banco de alimentos que reparte mensualmente comida a cerca de cien familias. Pero la clave es la acogida, el seguimiento, la compañía y una propuesta de dignidad de vida integral que también es una invitación a formar parte de la vida parroquial.

Son muchos los grupos y actividades que se desarrollan en esta iglesia de referencia en Villaverde Alto . Además de las tres Comunidades del Camino Neocatecumenal, que tienen una contrastada vocación de servicio, están, entre otros, como nota distintiva, el Grupo de Oración y de Alabanza, el grupo de jóvenes, el de estudio de la Biblia y el Grupo de monaguillos, en el que se hace una propuesta vocacional. La catequesis ha apostado por trabajar con los padres de los niños que asisten a la formación a partir de una propuesta de experiencia de fe para la vida, que no se limita a la insuficiente forma de transmitir la fe sociológica, tan dominante en nuestros días.