Iglesias de Madrid

San Lorenzo, el tesoro más preciado de la parroquia

En el corazón de Lavapiés, en pie desde 1669, es el templo del casticismo que ha resucitado en no pocas ocasiones

Exterior de San Lorenzo Isabel Permuy

José Francisco Serrano Oceja

Tardaba demasiado en aparecer en esta serie la parroquia de San Lorenzo (calle del Doctor Piga, 2) en pleno Lavapiés , el ‘lava pies’ del plano de Teixeira de 1656, en ese Madrid de muchos colores que está anclado en un pasado que mira al futuro. La zarzuela ‘Agua, azucarillos y aguardiente’, de Miguel Ramos Carrión y con música de Federico Chueca, discurre en las vísperas de la fiesta de San Lorenzo, el 10 de agosto, por las calles de la parroquia. En el ‘Barberillo de Lavapiés’ , con letra de Luis Mariano Larra y música del maestro Barbieri , hay no pocas alusiones a esta emblemática comunidad.

Dicen que San Lorenzo, templo del casticismo reconvertido , ha resucitado en no pocas ocasiones, en el XIX y después de la guerra civil. Ahora también lo está haciendo después de una dura pandemia. En las crónicas del Madrid oculto la denominan «la parroquia de los chinches» , y no precisamente por falta de salubridad sino porque hubo un tiempo que allí se bautizan niños «como chinches».

En la judería

La parroquia está ubicada al final de la calle de la Fe, cuya denominación era calle de la Sinagoga , por eso de que Lavapiés era la aljama o judería de nuestra villa. Esta iglesia ocupa el lugar de la antigua Sinagoga de Madrid. Desgajada, no sin avatares, de la cercana parroquia de San Sebastián, la primera construcción del templo data de julio de 1669, obra de Tomás Román, fundador además de la Cofradía del Santísimo Cristo Redentor del Mundo . En la larga historia de la parroquia han sido los incendios los que han cambiado el curso del tiempo. El primero acaeció en 1852. El peor, según lo escrito por García Gutiérrez y Martínez Carbajo, fue el ocurrido el 20 de julio de 1936 que acabó por completo con el templo. Las obras del nuevo, de mayor modestia que el anterior, concluyeron en 1950.

Retablo mayor

Si por algo se caracteriza esa comunidad ha sido por la presencia numerosa de cofradías y congregaciones, la de las Ánimas, la Sacramental de San Lorenzo, de Nuestra Señora de los Dolores ... Del interior llama la atención en la actualidad el retablo mayor, una pintura mural obra de Emilio Sánchez Cayuela ‘Gutxi’, en diez escenas o fragmentos con motivos de la vida de San Lorenzo. Mural restaurado en noviembre de 2007.

Interior del templo Isabe Permuy

Hoy, siguiendo esa inveterada tradición de calor familiar, de acogida, el templo se ha convertido en el custodio del tesoro de la fe de miles de personas que proceden de Latinoamérica. Como se puede comprobar en la sacristía contigua al presbiterio, o en el altar lateral, ahí están las imágenes del Divino Niño de Colombia , de la Virgen de Caacupé o las de los santos recientes, como Santa Narcisa de Jesús de Ecuador, o la del doctor Guerrero Hernández, de Venezuela, por poner algunos ejemplos. Desde hace algo más que quince años, dado el cambio sociológico que se producía en el barrio, la parroquia apostó por convertirse en un santuario, un hogar en el que quienes viven a España con ansias de promoción humana y social puedan ofrecer el testimonio de su arraigada fe.

Una ciudad de desarraigos

Quien comenzó abriendo las puertas de la parroquia a esta sumada feligresía fue Emilio Regúlez y quien ha continuado con su labor es el actual párroco, Juan José Arbolí Trías, que destaca la centralidad de la misa de doce de los domingos como el lugar de encuentro de las comunidades de fieles que tiene esta Iglesia como su referencia en un Madrid de desarraigos. Cuentan además con la ayuda de las Religiosas de la Asunción y de las Siervas de Cristo Sacerdote.

En la parroquia también están los locales del centro arciprestal de encuentro e integración San Lorenzo, en el que, entre otras actividades, se dan clases de español a personas procedentes de norte de África. Además de las habituales actividades, de los grupos de catequesis, de jóvenes o de Emaús , a lo largo del fin de semana proliferan la celebraciones litúrgicas ligadas a la vida de las comunidades de hispanos.

Quizá no debamos olvidar que cuando el prefecto de Roma le dijo al joven diácono Lorenzo, de procedencia hispana, que le entregara los bienes de la Iglesia, después de varios días el mártir convocó a los pobres y se los presentó al emperador como «el tesoro más preciado» .

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