La incertidumbre sobre el máster abre la guerra por la sucesión de Cifuentes

En el PP madrileño aumentan los que piden una solución «a la murciana»: cambiar a la presidenta por otro diputado para no perder el gobierno

Ángel Garrido y Pedro Rollán ABC
Sara Medialdea

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Cunde la incertidumbre entre los populares madrileños ante el torrente de informaciones contradictorias en torno al curso de postgrado de la presidenta Cifuentes . La inquietud es mucha, y con ella han comenzado a registrarse movimientos que defienden una solución «a la murciana»: cambiar a la presidenta por otro diputado para no perder el gobierno.

El que ya es conocido como «mástergate» tiene desconcertados a los diputados y altos cargos del PP en la Comunidad de Madrid; quieren creer a su presidenta, que insiste sin descanso en defender su inocencia, pero no pueden aislarse del cúmulo de informaciones en contra de su versión.

Salvados por Ciudadanos

Mientras se aclara el panorama -que mantiene abiertos el frente universitario, el de la Fiscalía y el político con la moción de censura pendiente de fijar fecha-, las siempre revueltas aguas de la política han comenzado a planear opciones de futuro. Y a preparar, por si fuera necesario, la sucesión de la presidenta.

Todos tienen algo claro: lo que nunca va a perder el PP es la presidencia de la Comunidad de Madrid. Ese escenario sólo sería posible si Ciudadanos decidiera dar su apoyo -o al menos abstenerse- en la moción de censura que ha registrado el PSOE . Hasta ahora, la postura de la formación naranja ha sido muy crítica en las palabras, pero no tanto en los hechos: quiere una comisión de investigación primero para aclarar lo sucedido, y sólo apoyarán la moción si Cifuentes es imputada.

Con la premisa, por tanto, de mantener la presidencia, la opción que les queda en el PP es la de sustituir a la presidenta Cifuentes por otra persona de su partido al frente del Gobierno regional hasta el final de la legislatura. Y ahí es donde empiezan las especulaciones .

Entre los más cercanos a la presidenta, nadie quiere ni siquiera especular con esta sucesión. Pero en el siguiente escalón, o en conversaciones privadas con diputados regionales, surgen los nombres de «futuribles».

Ruptura

Uno de los primeros que surgen es el de Ángel Garrido , portavoz del Gobierno de Cifuentes y su consejero de Presidencia. Es su mano derecha también en el partido, ha vivido con ella todo el proceso de llegada a la Real Casa de Correos y también a la sede regional del partido, y ha conducido con mano firme el proceso de regeneración interna que se aceleró desde el congreso regional del partido de marzo de 2017.

Garrido controla el partido y lleva gran parte del peso del Gobierno autonómico. Además, es el portavoz gubernamental, y hombre de la absoluta confianza de Cifuentes. Como su número dos, sería el sucesor natural. Pero esa cercanía es, precisamente, su mayor hándicap: hay quien piensa en su partido que está demasiado vinculado a Cifuentes: no habría ruptura con la etapa anterior . En su círculo más cercano rehuyen comentar siquiera que esté en las quinielas.

El segundo consejero con posibilidades al que apuntan muchos populares es Pedro Rollán , consejero de Medio Ambiente -antes de Transportes-, con cargos de peso en el partido y que viene avalado desde la sede nacional del PP , donde les convence su perfil y el aval electoral que le acompaña: fue el alcalde más votado de las grandes ciudades de España, con un 68,5 por ciento de los votos, en las elecciones de 2011, cuando se presentó como regidor de Torrejón .

El interesado niega la mayor: está en política por Cifuentes y se marcharía en cuanto ella lo hiciera. Pero en los últimos plenos se ha podido ver un cambio en la forma en que algunos de sus compañeros se acercan a él.

Hay otras menciones, del bien nutrido banquillo de los populares: entre ellas, la consejera de Economía, Empleo y Hacienda Engracia Hidalgo . Una mujer con un excelente currículum a sus espaldas, y que incluso ha sido Secretaria de Estado de Empleo entre 2011 y 2015. Pero en su caso, la sustitución de Cifuentes sería imposible por un problema procedimental: el presidente de la Comunidad se elige entre los miembros de la Asamblea. Es decir, es imprescindible ser diputado para resultar elegido, tal y como recoge el artículo 16 del Estatuto de Autonomía de Madrid. Y Engracia Hidalgo no es diputada: en el Gobierno regional existe la posibilidad de nombrar consejeros entre personas que no hayan ido en las listas electorales.

Aún hay otra incógnita por desvelar: qué ocurriría con el partido en Madrid. La lógica indica que si Cifuentes se viera obligada a abandonar el Gobierno, también podría verse abocada a dejar la presidencia del PP de Madrid . En ese caso, de nuevo una gestora se haría cargo del mismo hasta el nombramiento de cargos definitivos.

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