La escalada criminal del ejército de butroneros: 150 antecedentes y los dejan en libertad

El peligrosísimo Barrantes tiene lazos con el Piojo, los hermanos Cazorla y el asesinado Niño Sáez

Fernando Barrantes y Mohamed Amine Bayod ABC

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Se llama Fernando Miguel Barrantes Pérez, tiene 37 años y 46 reseñas policiales. Es, supuestamente, uno de los butroneros más peligrosos del panorama nacional, y se hizo famoso por sus lazos con el fallecido Niño Sáez pero, sobre todo, con los hermanos Cazorla. A ellos los conoció en levantando pesas en un gimnasio de Ibiza , donde los delincuentes de este pelaje acuden de vacaciones a gastarse en fiestas a todo trapo los cientos de miles de euros que, presuntamente, roban el resto del año.

Ahora, ha vuelto a ser detenido, con la panda de delincuentes que, según la Policía Nacional, lideraba y había cometido diversos palos por Madrid y alguno más en Valencia. Un ejército de otros cinco tipos con los que suma más de 150 antecedentes . Tras ser arrestados y puestos a disposición judicial, al tratase de delitos contra el patrimonio, han quedado en libertad. «Ya estarán otra vez delinquiendo, seguro» , explican los investigadores, con resignación.

Además de Barrantes, en la operación Oxi-Corte han caído Darío Diego Martínez Catalán, de 38 años y 32 reseñas previas; José Ramón Rivero Alonso, de 30 (36 antecedentes); Pablo Hernández Castro, de 30 (2); Mohamed Amine Bayod, de 29 (36), y Raúl E. F., de 24 (4). Además, se ha investigado la participación de un séptimo sujeto, al que atribuyen, junto a Darío Diego, el alquiler del trastero número 39 en la calle de Noray, 6, que utilizaban como trastero criminal. Está en la Alameda de Osuna, en el distrito de Barajas.

El investigado es Iván Bocero Vega, quien se encuentra en prisión por haber apuñalado seis veces a un policía fuera de servicio en un bar de copas , el pasado mes de mayo, precisaron a ABC fuentes del caso. Acumula a sus 25 años un total de 29 detenciones y se le relaciona con las actividades delictivas de Jonathan Moñiz Alcaide, alias «El Piojo» , también amigo de Barrantes y los hermanos Cazorla.En cuanto a Darío, tiene domicilio conocido por la Puerta del Ángel (Latina), cerca de donde su excolega Niño Sáez. Barrantes, en el corazón de Usera, y Mohamed, el tercero más importante del clan, en Fuenlabrada.

Asalto junto a la Bolsa

El «modus operandi» de Fernando Miguel Barrantes es casi siempre el mismo: se disfraza de técnico de telefonía y acude a «bichear» a los locales que luego asalta con la excusa de que tiene que hacer un arreglo técnico o por el mantenimiento de las alarmas y demás medidas de seguridad.

Así hizo, por ejemplo, en una gestoría de la calle de Juan de Mena, 8, a dos pasos del Palacio de la Bolsa (Retiro), de donde se llevaron documentación, entre otras cosas; y en un taller de Joyería de la calle del General Pardiñas, 7, cuyo botín no ha trascendido, en el Barrio de Salamanca. También se les imputa un asalto en un centro de ortopedia de Valencia, la madrugada del 25 al 26 de junio, de donde se llevaron 2.500 euros.

El grupo criminal está considerado uno de los mayores en especialización en delincuencia itinerante de España : «Contaba con un arsenal de herramientas para perpetrar robos y disponía de un uniforme de Telefónica para hacerse pasar por técnicos y estudiar así los locales antes de asaltarlos. Son expertos en el manejo de herramientas como sopletes de oxicorte, lanzas térmicas e inhibidores de frecuencia y saben también desactivar alarmas», explica la Policía.

Las primeras detenciones se practicaron el 16 de octubre . Fueron las de Mohamed, José Ramón y Darío. Luego, cayó el resto, y no se descartan más en función de lo que se desprenda de la investigación de la documentación incautada por los agentes del Grupo XXIV de la Brigada de Policía Judicial de Madrid. Sin embargo, lo primero que localizaron los investigadores fue el trastero, en mayo. A raíz de ver quiénes eran los arrendatarios, comenzaron a tirar del hilo para identificar al resto de la banda. También los vehículos utilizados por la banda, centrando las gestiones policiales en localizar sus domicilios para proceder a su detención.

Tras la época estival, en la que los investigados pasaron largas temporadas fuera de Madrid, su lugar habitual de residencia, se establecieron distintos dispositivos tendentes a su localización y detención. De esta manera, durante una «troncha» (vigilancia, en el argot policial), a mediados de octubre fue detenido en el trastero el principal investigado, Fernando Miguel Barrantes , cuando se disponía a entrar en él.

Este sujeto se juntaba hace un par de años con los hermanos Cazorla, que en una veintena de robos se hicieron con un botín de más de un millón de euros , según las investigaciones practicadas.

Contaban con la gran ayuda de este sujeto madrileño, siempre según los investigadores, y protagonizaron una espectacular persecución en lanza por aguas de las Islas Baleares con la Policía.

También estuvo supuestamente implicado en un robo en la calle de las Carretas, donde uno de sus secuaces cayó al vacío y murió en el acto.

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