Carga y descarga de una frutería, ayer, cerca de la calle de Arturo Soria
Carga y descarga de una frutería, ayer, cerca de la calle de Arturo Soria - Fotos: Inma Flores

Ciudad Lineal, en pie de guerra: «Reducir dos carriles en la calle de Alcalá es una barbaridad»

Comerciantes y residentes, contra la vía para bicis y el ensanche de aceras que hará Carmena

MADRID Actualizado: Guardar
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Locura. Barbaridad. Descabellado. Un sin sentido… Así calificaron ayer comerciantes, trabajadores, residentes y conductores las medidas del Ayuntamiento de Madrid, dirigido por Manuela Carmena, de recortar carriles en la calle de Alcalá de dos por sentido a uno. Se realizará en el tramo comprendido entre Ventas y Arturo Soria (Ciudad Lineal) y, además de permitir circular a las bicis, las aceras se ampliarán.

El proyecto de remodelación divide la calle de Alcalá en dos zonas. En la primera, situada entre Ventas y Quintana, el carril bici y el carril bus serán exclusivos, mientas que en la segunda, Quintana y Arturo Soria, en los dos carriles convivirán transporte público, privado y bicis.

El rechazo en las zonas afectadas fue generalizado.

«Es una auténtica barbaridad. ¿Qué piensa el Ayuntamiento, que está calle es la avenida del 9 de Julio de Buenos Aires, que en algunos lugares tiene entre 8 y 10 carriles por sentido?», recalcaba el argentino José Ramón Soriano, conductor de la Línea 104 de la EMT en la dársena de Ciudad Lineal esquina a Arturo Soria. «Vamos a sufrir colapsos de tráfico sin razón. Ni esta ciudad ni esta calle están preparada para dejarla en dos carriles. ¡Qué locura!», se desahogaba, preparándose para lo que ocurrirá no solo cuando entre en vigor esa medida sino cuando empiecen las obras: en el primer trimestre de 2018.

Quiosquero de la calle de Alcalá esquina a García Noblejas
Quiosquero de la calle de Alcalá esquina a García Noblejas - INMA FLORES

« Es lo peor que puede hacer Carmena. Aquí ya hay atascos con dos carriles, con lo cual, si se eliminan más, no solo esta la vía si no las adyacentes se colapsarán y se convertirán en una ratonera. Hay otras cosas que debería arreglar el Ayuntamiento y que son prioritarias, como las aceras, en las que abundan la baldosas sueltas y los tropiezos de la gente o los baches de la carretera», explicaba Cayetano Garrigos desde su quiosco de prensa junto a la calle de García Noblejas.

«Es surrealista. Si ya es difícil aparcar en esta calle, en la que para colmo, no hay parkings públicos»

«¡Es surrealista. Si ya es difícil aparcar en esta calle, en la que para colmo, no hay parkings públicos. Si quitan las plazas de la calle de Alcalá y ensanchan las aceras, que son de las más grandes de Madrid, ¡apaga y vámonos!», se quejaba Carmen Casas, una vecina junto a varias amigas.

La carga y descarga es uno de los quebraderos de cabeza para los comerciantes. «¿Qué vamos a hacer? Nos tendrán que dejar espacio en la calle, digo yo. Si habilitan una zona más alejada no podremos venir tan cargados con las carretillas y corremos el riesgo de llevarnos a alguien por delante. A no ser que hagan como en Gran Vía y nos dejen subir a las aceras. ¡Cómo se nota que los políticos no viven el día a día!», precisaba Sojher Auled, nacido en Marruecos, en plena faena.

Será peligroso y habrá accidentes

Ahmed Stili, responsable de una frutería, también marroquí, reía por no llorar. «¿Cómo vamos a traer nuestra mercancía? ¿Qué es lo que pretenden? Tal y como está ahora está bien para todo el mundo. Lo que tienen que hacer es reparar la calzada, inclinada en muchas partes y con losetas rotas, al igual que los alcorques. ¡Ese hombre ha estado a punto de caerse!», señalaba a un anciano. Sus clientes ponían el acento en el caos que se iba a organizar, además de por la congestión del tráfico, cuando en el tramo Quintana-Arturo Soria, en cada sentido y en el mismo carril circulen bicis, vehículos privados y transporte público. «Será muy peligroso y habrá accidentes, seguro», explicaba María Pérez.

Las dependientas de una tienda de cosmética, Antonia Martínez y Sheila González, ponían el acento en la necesidad del aparcamientos públicos, en lugar de ganar espacio para el peatón y las bicis a costa los coches. «En Madrid solo tenemos dos tiendas, una en Velázquez y otra aquí. Los clientes se quejan de lo complicado que es encontrar una plaza para dejar el vehículo. Y eso que no hay parquímetros. Perdemos público seguro».

Andrés Torrent, encargado de un establecimiento tienda de deportes, calificaba la idea municipal de «descabellada». «Es una ocurrencia más de esa mujer (Carmena). El transporte público cada vez es más caro y de peor calidad y si quitan tanto espacio para el coche no sé qué vamos a hacer».

Yash Aswani y Camilo Ramírez, dependientes de un comercio de electrodomésticos, subrayaron los perjuicios que sufrirían durante las obras. «¿Cuánto van a durar? Aquí se alargan y se alargan y nos perjudican: bajan las ventas. La gente mayor tiene miedo a salir por si se cae y quienes miran los escaparates desde los autobuses o desde sus vehículos en los semáforos, o mientras esperan en las paradas, que suponen más del 10% de la clientela, no lo podrán hacer», precisaron.

«Más contaminación»

Andrés Martínez, en Quintana, estaba indignado. «Este Ayuntamiento está dejando Madrid impracticable para circular. Su idea causará una contaminación horrorosa y un gasto inútil. Lo que deben de hacer es el carril bici en las aceras, porque hay sitio . Yo tengo un grado de discapacidad alto. Si no puedo coger el coche, ¿qué hago?»

«Si se recortan carriles en esta calle se liará la mundial», precisó José Bautista. La nota discordante la puso Julia Mazuecos. «Quizá cause problemas de tráfico, pero será bueno para el peatón y para fomentar del transporte público».

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