Un par de ciclistas pedalean ayer por el carril-bici que une Pirámides con Puerta de Toledo
Un par de ciclistas pedalean ayer por el carril-bici que une Pirámides con Puerta de Toledo - INMA FLORES

MadridEl carril-bici de la discordia

Tras un mes de uso, el Consistorio rediseñará la vía ciclista de la calle Toledo por su «problemática»

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Apenas un mes después de la creación de uncarril-bici en la calle de Toledo, en el tramo que comprende la Glorieta de Pirámides y la Puerta de Toledo, la Junta Municipal de Arganzuela tendrá que replantearse la configuración de esta nueva vía. Tras las quejas de los ciclistas ante el «peligro» y los «problemas» que les genera, la oposición en bloque aprobó en el último Pleno una enmienda transaccional del PSOE a una proposición de Ciudadanos (Cs) para que se cree una mesa de trabajo en la que, según reza la iniciativa, «se procederá a rediseñar y a modificar, en su caso, el carril bici atendiendo a criterios técnicos, de seguridad y de utilidad para todos». Desde Ciudadanos se instó incluso a que se considerase «la opción de eliminarlo».

«El carril que han hecho es un despropósito: lo han ubicado en la izquierda, pegado a la mediana. Con lo cual, el acceso a él es muy problemático porque hay que cruzarse con el tráfico, tanto para entrar como para salir de él. Y lo mismo ocurre en las intersecciones intermedias que tiene», explica a ABC un portavoz de la asociación Madrid Ciclista, Luis Ovalle. Con la implantación de este carril-bici en la calzada el pasado febrero, la calle de Toledo vio reducidos sus carriles para los coches de tres a dos. Así, el carril contiguo a la mediana ajardinadada en ambos sentidos se destinó al tránsito de bicicletas.

La revisión de este carril-bici durará tres meses. Las posibles soluciones y alternativas se debatirán en un foro en el que participarán no sólo los Servicios Técnicos Municipales y la Policía Municipal, sino también la Mesa de Movilidad, el Club Ciclistas y vecinos del barrio. Las conclusiones se expondrán en el Pleno de este junio.

Este itinerario, que recorre 2,5 kilómetros, fue uno de los ocho que el Ayuntamiento de Madrid se propuso crear en agosto de 2016. Forma parte de un eje norte-sur, que comienza en la Puerta de Toledo, continúa por las calles Toledo, Antonio Leyva, de la Vía y Valle del Oro hasta conectar con la vía ciclista de la calle del General Ricardos. Este carril-bici se realizó con cargo a las Inversiones Financieramente Sostenibles, las que provienen del remanente de tesorería, por valor de 1,2 millones de euros.

Desde Madrid Ciclista ven el carril-bici como un sistema «peligroso, incómodo, obsoleto y caro», que empeora las condiciones para el ciclismo urbano. Una visión que comparten con Ciudadanos, quienes consideran que se trata de un «modelo desfasado». Ambas formaciones abogan por integrar al ciclista como «un vehículo más», en vez de segregarlo. «El ciclocarril a 30 kilómetros por hora funciona bien; la construcción de carriles-bici es innecesaria y, en casos como el de la calle Toledo, peligrosa», indica a este diario el edil de Cs Sergio Brabezo.

Desde el área de Desarrollo Urbano Sostenible defienden que no todas las vías ciclistas se deben plantear como ciclocarriles, ya que «hay un tipo de usuario que tiene miedo a circular con el resto del tráfico por la calzada» y, por ello, consideran que el hecho de establecer «carriles delimitados aumentarán el número de usuarios de la bicicleta».

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