El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras el Consello de Goberno
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras el Consello de Goberno - EFE

Feijóo: «Lo que preocupa en Galicia, ahora preocupa también en España»

El presidente de la Xunta se muestra cauto antes de negociar la financiación: «No va a ser fácil ponernos de acuerdo»

Implica a Bruselas en la creación de una estrategia común para paliar el envejecimiento demográfico

Santiago Actualizado: Guardar
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Porque «acordar es ceder», el presidente de la Xunta estará atento a si la Conferencia de Presidentes «más productiva» de entre las últimas ha valido la pena para la Galicia. «Si las cosas van bien lo diré; y si las cosas van mal, también lo diré», pronunció ayer. La actitud vigilante de Alberto Núñez Feijóo le quita algo de trascendencia a los once acuerdos alcanzados en la cumbre del Senado, pero sin desmerecer los avances conseguidos por la delegación gallega: «Las principales preocupaciones de Galicia ahora forman parte de las principales preocupaciones de España», resumió.

Financiación autonómica

Que nadie se lleve a engaño. La cita de los presidentes territoriales no resolvió ningún nuevo modelo de financiación: «Acordamos ponernos a trabajar en 2017», aclaró el jefe del Ejecutivo gallego.

«Y ya lo advierto, no va a ser fácil ponernos de acuerdo». Solo se ha conseguido el compromiso de las regiones para aprobar un sistema aceptado por todos, sin exclusiones. La Xunta ha conseguido que las autonomías menos lastradas por el gasto sanitario accedan a incorporar un criterio que, para Galicia, supone cuatro de cada diez euros de su presupuesto. «No estamos hablando de una subasta en la que una comunidad autónoma vea cómo puede sacar más dinero frente a otra», destacó, por la relevancia de baremar el coste efectivo de los servicios y la cooperación entre territorios. Fácil no va a ser, pero Feijóo ya ha puesto pies en polvorosa: «Lo que suele ser fácil normalmente es malo».

El reto demográfico

Es el desafío que condiciona el pasado, presente y futuro de la política gallega. Ahora también de España. El Estado coordinará la elaboración de una estrategia nacional por la demografía para que Galicia no sea una isla en la apuesta por los incentivos a la natalidad. El titular de la Xunta quiere que Moncloa asuma primero el debate en su agenda para después trasladarlo a la Unión Europea. La meta es que Bruselas dedique un capítulo completo de sus presupuestos «de miles de millones de euros» a financiar una batería de actuaciones para paliar la crisis que, en términos cuantitativos, está colocando a la Comunidad «en una situación límite». En el último año, nacieron 19.500 niños gallegos, muy cerca del suelo registrado en el año 1998, cuando se registró el peor dato: 18.000 nacimientos. La población mayor de 65 años en Galicia ya supone el 24% del total, cinco puntos más que a nivel estatal.

El modo de atajar el envejecimiento cree que debe ser piramidal: «Una estrategia de la Unión, de los estados y de las comunidades». Ni la problemática es nueva «ni se va a resolver a corto plazo». Durante la Conferencia, ocho territorios se fueron sumando gradualmente a una propuesta para alcanzar un gran consenso: «Todo lo que hicimos tiene un gran valor», continuó el presidente, que tendrá su reflejo en el pacto final. El horizonte es que a final de año esté terminado y listo para comenzar a operar.

Acuerdo por la educación

Lograr que un pacto nacional por la educación no suene a quimera es en sí un avance. Feijóo reclama que se tenga en cuenta la opinión de las administraciones territoriales, las responsables de gestionar en el día sus respectivos programas educativos, desde la primaria hasta la enseñanza universitaria: «La legislación sería incompleta si no se escucha a quienes manejan las competencias». Es imprescindible, aseguró, si se pretende hacer «un buen diagnóstico» de la situación actual. Las conversaciones se trasladarán a la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado, donde se pautarán las líneas generales de la próxima ley marco.

Más cumbres autonómicas

El actual Ejecutivo gallego está orgulloso de que fuera Manuel Fraga quien lanzara la propuesta, allá por 1992, de citar a todos los presidentes autonómicos en una misma mesa. Existe cierta unidad en distinguir a la última Conferencia de Presidentes como una de las más provechosas desde que en 2004 José Luis Rodríguez Zapatero convocó la primera. Para que el diálogo explorado el pasado martes en Madrid no sea en vano, la Xunta apoya que la cumbre se produzca todos los años, con reuniones periódicas cada seis meses para evaluar el grado de cumplimiento de los acuerdos. «Una España más autonomista es compatible con una España que trabaje de forma conjunta», concluyó, para demandar que este tipo de encuentros –válidos para «marcar el terreno» de juego– dejen de «ser excepcionales».

Las negociaciones

Los agradecimientos fueron para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por incluir el gasto sanitario y el futuro de las pensiones como piezas separadas en las conversaciones posteriores a la cita. La promesa de negociarlo «todo entre todos» es frágil, desde el momento en que las regiones se juegan parte de su margen financiero para la gestión. Feijóo no va a ser el único barón territorial que estará expectante a la que ocurra de aquí hasta el 2018. Reconoce que este ha sido «un muy buen punto de partida» con todo un camino por recorrer. «De momento las cosas van bien y lo digo, si el desarrollo [del proceso] no está yendo también lo diré», concluyó.

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