ACCIDENTE VIGO

Caballero reaparece pero evita aclarar si verificó el estado del muelle

El alcalde de Vigo rompe su silencio de las 48 horas previas pero no aclara si inspeccionó la seguridad del muelle

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, el pasado domingo tras el desplome del muelle EFE

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Abel Caballero rompió su silencio. No para explicar por qué el Ayuntamiento autorizó la celebración de O Marisquiño en la dársena desplomada, ni tampoco para justificar por qué el muelle no fue debidamente inspeccionado. Ni una ni otra. El alcalde de Vigo volvió a imputar al Puerto la responsabilidad de la zona, prosiguió con sus ataques a Alberto Núñez Feijóo, y sobre todo hizo gala de su innegable habilidad para zafarse de un foco que estos días lo señala por su vinculación con el accidente. Lo hizo con un solemne acercamiento a los servicios de seguridad y a los 467 heridos, a quienes ensalzó como los «héroes y heroínas» de una noche sobre la que todavía planean varias incógnitas.

Después de cancelar una visita a unas obras de la ciudad, Caballero se acercó con buena parte de su séquito de aliados al cuartel de la Guardia Civil. Desde allí, c onjugó su «reconocimiento desde el corazón» a las fuerzas policiales y a los servicios de emergencias, con una declaración «llena de sentimiento» . «Sois lo mejor que tenemos en Vigo, sois maravillosos, sois capaces de entender la ciudad, lo que somos, de sentirnos juntos», dijo en referencia a los jóvenes que aquella noche asistían al concierto del rapero Rels B. Cuatro de ellos permanecen hospitalizados.

Así pues, e l alcalde socialista preparó su regreso a la escena pública, — tras 48 horas sin ofrecer declaraciones — con varias medidas encaminadas a atemperar el «shock» de los afectados . Para ellos anunció la creación «en poco tiempo» de un gabinete de atención psicológica, la existencia de un teléfono de información 24 horas (986 81 01 01), o la apertura de una oficina municipal para prestar asesoramiento en materia de indemnizaciones, pese que muchas de las denuncias podrían ir dirigidas contra el propio Ayuntamiento, tal y como recalcaron distintos expertos consultados por ABC.

A partir de ahí, Caballero dejó de nuevo trazas del que viene siendo su discurso oficial desde el siniestro. Cierto es que tendió la mano al Puerto para que «nunca más se repita» un desplome como del pasado domingo, y que también recalcó su voluntad de «cooperación» con la jueza que instruye el caso. Pero Caballero no pudo resistirse a seguir calificando la dársena como una «estructura portuaria» ajena a sus competencias . Muestra de ello fue su deseo de que la causa abierta en el juzgado de instrucción número 3 de Vigo la «trate como tal», y lo exonere así de unas responsabilidades —las de mantenimiento— que aparecen recogidas en el convenio de obra de 1992.

«Madrid Arena a la viguesa»

Mientras, la guerra política sigue dando de sí. Por un lado, Caballero insinuó una vez más un supuesto abandono de Alberto Núñez Feijóo la noche del incidente —«los que no quisieron estar, no estuvieron», dijo—, y por otro, el PP redobló la presión para que el Ayuntamiento aclare su papel en lo que pudo ser «un Madrid Arena a la viguesa ».

La viceportavoz de los populares gallegos en el Parlamento, Paula Prado, planteó que la «desaparición» mediática del alcalde podría deberse a la «fabricación exprés» de los expedientes del festival, y lanzó toda una serie de dardos contra su afán de protagonismo. « Es difícil comprender que Caballero, que suspendió partidos de la Liga en base a su autoridad y personalismo, pueda autorizar que se celebre un evento como O Marisquiño , con deficiencias severas de seguridad», criticó en rueda de prensa.

Prado, además de recordar la presencia habitual de Caballero «cuando hay titulares», alertó de que el tiempo corre en contra del consistorio: « Cada día que pasa se estrecha más la soga sobre la corporación municipal de Vigo y sobre su alcalde », a quien acusó también de preferir «subirse a un escenario de telonero» antes que «garantizar la seguridad de las personas».

En la misma línea, la portavoz del partido en el Concello, Elena Muñoz, destacó que «todas las certezas y todos los indicios» disponibles hasta el momento dejan entrever la vinculación deCaballero en el deficiente estado del «paseo». Para Muñoz, es tiempo de que el responsable municipal asuma «su responsabilidad» en un accidente que podría haberse evitado, añadió, «si hubiera escuchado» a todos aquellos que, como los «jueces, el Puerto o el PP», ya dieron la voz de alarma sobre el desgaste de la dársena.

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