VIDA EN EL RURAL (III): LA SANIDAD

«Aquí, los de setenta son jóvenes»

Manuel Méndez es el médico de Currelos. «Estás rodeado de paz, y hay una amabilidad que no se encuentra en las ciudades»

Manuel Méndez, en una de las carreteras que usa a diario para visitar pacientes MIGUEL MUÑIZ

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«Señora Irene, ¿qué tal?». Son las doce del mediodía y el doctor Manuel Méndez visita a una de sus pacientes en casa . Normalmente, los domicilios los deja para última hora, explica, pero hoy ha preferido atender cuanto antes la llamada de esta familia. El cuentakilómetros de su coche —cerca de 400.000— es testigo del día a día de este médico rural . Unos quince kilómetros a través de una carretera llena de curvas separan este domicilio en el lugar de Teibel del consultorio médico de Currelos (O Saviñao, Lugo) en el que tiene su plaza desde hace siete años — «las distancias teóricas se amplían con este firme y estas vías , y esta es la razón de estos consultorios que se mantienen en isocronas un poco disparatadas y que se quedarían muy lejos del centro de salud principal ante cualquier urgencia», expone Méndez, ya de vuelta al volante—. Antes, ejerció en el PAC de Quiroga-O Courel, y en Navia de Suarna, otro destino «fabuloso», afirma, que «no habría cambiado» si estuviese más cerca de casa, en el municipio lucense de Taboada. «Podría haber tenido plaza en Vigo, en Vilagarcía... Todos alucinaban, pero este va para el monte, decían, pero a mí me gusta el entorno natural; aquí estás rodeado de silencio, de paz, y hay un respeto y una amabilidad que no siempre se encuentra en las ciudades . Cuando quiero desconectar voy a la ciudad, a La Coruña, y allí hago bici o me pongo el neopreno o veo escaparates también», apunta este médico de familia que ha probado con el golf, pero que ha decidido quedarse con el sacho para esos días en los que «te vas para casa cargado sentimentalmente por la situación de alguno de tus pacientes».

El trabajo en el consultorio de Currelos, separado por 13 kilómetros del centro de salud principal en Escairón, se reparte entre el doctor Méndez y un profesional de enfermería. Cuando es posible les acompaña en las labores administrativas Luis, un trabajador municipal que reparte su jornada entre el consultorio médico y el colegio anexo —con 21 niños matriculados entre Infantil y Primaria—. Esta mañana tienen 18 citados y dos más han llamado antes de las diez para solicitar un hueco. Cuando Luis está ocupado en el centro escolar, el doctor Méndez Ruiz se ocupa también de descolgar el teléfono. «Lo bonito de esto es que una vez que conoces tu cupo, que tienes en la memoria a tus pacientes, no cuesta. Yo lo hago contento, ¿a mí qué me importa coger el teléfono? Incluso es bueno, así ya hablan conmigo directamente» , dice Manuel Méndez.

La población asignada a este consultorio no alcanza las mil tarjetas y se compone mayormente de personas mayores. «Una parte importante son pacientes crónicos y polimedicados, algunos tienen hojas de medicación que ocupan la pantalla entera del ordenador... y mayores, muy mayores; aquí de setenta son jóvenes» , cuenta. «Para que os hagáis una idea tengo varios pacientes de ciento tres, que por cierto vienen por su propio pie al consultorio y les da vergüenza llevar bastón», relata.

Tiempo por paciente

Por lo demás, afirma, el consultorio tiene todo lo necesario. «En medicina los más importante es una buena exploración, y tiempo para detenerse con cada persona», reivindica este profesional. Electrocardiograma, pulsioxímetro, otoscopio, esfigmomanómetro, oftalmoscopio... enumera el doctor Méndez mientras guía a ABC por las instalaciones del consultorio. «Ecógrafo no se me ocurre pedir» , añade con naturalidad.

Como tantos otros municipios del rural , O Saviñao, el ayuntamiento al que pertenece Currelos, acumula saldos vegetativos negativos desde que existen datos del Instituto Galego de Estatística (1975) y registra menos de una veintena de nacimientos anuales desde mediados de los 90. «Niños también atiendo, pero muy de vez en cuando. En el centro de salud de Escairón tenemos un médico de familia que hace las labores de pediatra y se encarga del seguimiento de esta población... Hay pocos niños, aunque eso no es una realidad sólo de aquí» , lamenta Manuel Méndez Ruiz.

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