El cerero Manuel Yuste en la fábrica de velas artesanas de Segovia
El cerero Manuel Yuste en la fábrica de velas artesanas de Segovia - ICAL
Semana Santa

Medio siglo iluminando la Semana Santa

La cerería Fabril Cerera de Segovia, la única que ha existido en la capital del Acueducto, podría cerrar muy pronto por el gran descenso de demanda de velas

Valladolid Actualizado: Guardar
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Uno de los oficios más antiguos y que, por desgracia, está desapareciendo con el paso de los años, es la fabricación de velas artesanales. Y una de las pocas empresas que queda de este noble trabajo es la cerería Fabril Cerera, en la calle Licenciado Peralta de la ciudad de Segovia. Este taller, que tiene la característica singular de ser el único que ha existido en la capital, está comandado por Manuel Yuste, quien fabrica la vela artesanal «cien por cien, sea cual sea el encargo y el tamaño que me pidan».

Con casi 80 años de vida del taller artesano, Yuste, único trabajador de la Fabril Cerera, sigue haciendo el mismo proceso para fabricar velas que en los inicios: «El pábilo (la mecha que está en el centro de la vela) se cuelga en una rueda octogonal giratoria, donde se coloca la mecha doble, tensada con hierro.

Tras esto, a partir de unos contrapesos, se baja el hilo de algodón al noque (una caldera donde se vierte la cera en fundición) y se van dando las capas necesarias para conseguir el grosor deseado para las diferentes velas en cuestión», explica Yuste. Algunos productos, como los cirios, pueden llegar a tener 300 o 400 capas de cera alrededor de los hilos de algodón que forman el corazón de las velas.

Cambio «a eléctrico» de las iglesias

Pero este proceso cada vez se realiza y repite menos. El maestro cerero admite que ya se produce «muy poquito» y achaca el principal problema al cambio «a eléctrico» que han llevado a cabo las iglesias del país, principales clientes de la Fabril Cerera. «La crisis no ha afectado en este sector, más que nada ha sido porque decían que la cera ensuciaba los templos y se han pasado a la energía eléctrica», menciona Yuste, que si que reconoce que en la Semana Santa aumenta considerablemente la demanda de las velas, en las que lleva trabajando desde hace meses para los encargos recibidos, y que son una de las piedras angulares de esta celebración, pero fuera de estas fechas «la carga de trabajo no es ni parecida».

«Ya son muchos años aquí, desde el año 66 que entré como aprendiz, y ya llega un momento en el que tienes que ponerte fecha de caducidad»

Además, aporta un pequeño dato esperanzador, y es que los particulares consumen «cada vez más, incluso ha habido un aumento desde hace unos años a esta parte» este tipo de productos, aunque también tiene una contra: las velas se hacen por el llamado sistema «a moldeo», lo que hace que se abarate el precio y que la materia sea de peor calidad, como parafinas en vez de cera de abejas. Incluso, la combustión es peor, ya que se crean burbujas y no quema bien toda la vela.

Futuro poco esperanzador

Pasan los años y el frío por Segovia y en la Fabril Cerera, que en otros tiempos llegó a tener hasta nueve trabajadores, a Manuel Yuste se le va gastando la mecha y piensa cada vez más en la retirada, sin visos de que nadie coja su relevo. «Ya son muchos años aquí, desde el año 66 que entré como aprendiz, y ya llega un momento en el que tienes que ponerte fecha de caducidad», asegura Yuste, que también recuerda que hay gente que se interesa por el oficio y sus entresijos, pero nadie se ha predispuesto a coger las riendas de la Fabril Cerera.

Yuste, único trabajador de la Fabril Cerera, lleva haciendo el mismo trabajo desde los inicios
Yuste, único trabajador de la Fabril Cerera, lleva haciendo el mismo trabajo desde los inicios - ICAL

Consciente de que cuanto más corre el tiempo, menos esperanza hay para que el negocio se mantenga, Yuste es realista y da las claves para que la empresa se mantenga a flote: «Es un trabajo que tal cual está montado, ya no es viable. Habría que reciclarse, ir con los tiempos actuales, vender por internet... y yo no estoy para reciclarme. Todavía no lo he decidido al cien por cien, pero más pronto que tarde me jubilaré».

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