Semana Santa

Los grandes imagineros de la Semana Santa de Castilla y León

El gusto por lo clásico y el minucioso conocimiento del cuerpo humano permitió a Gregorio Fernández, Juan de Juni, Alejo de Vahía y Salvador Carmona, entre otros escultores, crear tallas con un extremado realismo y honda expresión

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  1. Gregorio Fernández y Juan de Juni, en Valladolid

    «Cristo atado a la columna». Gregorio Fernández 1615
    «Cristo atado a la columna». Gregorio Fernández 1615 - ICAL

    Los dos autores por excelencia de la Semana Santa vallisoletana son Juan de Juni (Francia, 1506 - Valladolid,1577) y Gregorio Fernández (Sarria,1576 - 1636). Al primero se le atribuye la formación de la gran escuela castellana junto a Alonso Berruguete. Formado en Francia y en Italia, su oficio fue el de escultor, también denominado entonces «maestro de hacer imágenes». Entre sus más bellas obras se encuentra la «Virgen de las Angustias», realizada a partir de 1561 para la cofradía del mismo nombre y que cobra protagonismo el Martes Santo en la procesión del Encuentro.

    Respecto a Gregorio Fernández, se le considera el máximo exponente de la Escuela de Valladolid. Heredero en sus tallas de la expresividad de Alonso Berruguete y Juan de Juni, el escultor de origen gallego se instaló en Valladolid atraído por la corte entre 1601 y 1606. Refinado marienismo, gusto por lo clásico -sobre todo en las figuras masculinas- son algunos de los rasgos que definen su obras. Su conocimiento del cuerpo humano le permitidó dar a las figuras un extremado realismo. Fue creador de modelos fundamentales de la imaginería como los Cristos yacentes, el Cristo atado a la columna o la Dolorosa.

  2. Alejo de Vahía, en Palencia

    Un grupo de legionarios de Valladolid portan el Cristo Crucificado de Alejo de Vahía por la calle Mayor de Palencia
    Un grupo de legionarios de Valladolid portan el Cristo Crucificado de Alejo de Vahía por la calle Mayor de Palencia - ICAL

    Palencia no es sinónimo de un sólo imaginero sino que su obra es el resultado de una amplia y rica variedad de autores. Este año, una de sus imágenes penitenciales más queridas, el «Nazareno Viejo» ha cumplido su tercer centenario habiéndose convertido en símbolo de la devoción que los palentinos sienten por su Semana de Pasión. Este Nazareno, al que cariñosamente llaman «el Abuelo», estuvo olvidada durante décadas pero en 1996 fue recuperada para la procesión del Silencio en la Madrugada del Viernes Santo. Reseñable y de enorme valor artístico, es también el Nuestro Padre Jesús Crucificado de Alejo de Vahía. Una obra que data de 1500, que se encuentra en la Iglesia de San Francisco de la capital Palentina y que, cada Lunes Santo, recorre las calles de la ciudad en una de las procesiones más emblemáticas, la de «Las Cinco Llagas».

  3. Maese Calvo, en Burgos

    La procesión del Encuentro en la Catedral de Burgos es de los momentos más esperados cada año en la Semana Santa burgalesa también por el esplendor de sus imágenes. La de Nuestra Señora de los Dolores procede del antiguo convento de la Merced. Datada en el SVII se atribuye al taller de Gregorio Fernández aunque el actual paso fue encargado por su hermandad al orfebre burgalés Maese Calvo. Sale al encuentro de Jesús con la Cruz a cuestas, espléndida obra del escultor Ildefonso Serra realizada en el año 1901. Por otra parte, un elemento diferencial de la Semana Santa burgalesa es el Santísimo Cristo de Burgos, obra del siglo XIV que se custodia en la Catedral desde 1836. Su paso forma parte de la procesión del Santo Entierro el viernes Santo. La imagen procesionada es una réplica realizada en 2014 en los Talleres de Arte Granda de Alcalá de Henares siguiendo las claves del original, forrado en piel y articulada la cabeza, brazos y piernas.

  4. Víctor de los Ríos, en León

    Tres de los trece conjuntos escultóricos de la procesión de Los Pasos, en León, son del cántabro Víctor de los Ríos
    Tres de los trece conjuntos escultóricos de la procesión de Los Pasos, en León, son del cántabro Víctor de los Ríos - ICAL

    Las imágenes más espectaculares que desfilan en la Pasión leonesa son obra de imagineros como el cántabro Víctor de los Ríos, autor de El Descendimiento (1945); San Juan Evangelista (1946), con el que ganó el premio nacional de escultura; La Dolorosa (1949); Casa de Betania (1969); Sagrada Cena (1950); Oración del Huerto (1952); La Resurrección (1957) y La Soledad o Las Tres Marías (1957-1959). En la procesión de Los Pasos –distinguida con las declaraciones de Interés Turístico Regional, Nacional y con una mención especial en la declaración de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa de León- son suyos tres de los 13 conjuntos escultóricos que participan. De Juan de Juni es la talla del S. XVI Santo Cristo, propiedad de la Cofradía Nuestra Señora de las Angustias y Soledad. A Gregorio Fernández se le atribuyen la cabeza y manos del Jesús Nazareno de la Cofradía del Dulce Nombre; y destacan también obras de Juan de Angers; Luis Salvador Carmona o Juan de Archeta.

  5. Salvador Carmona y Alejandro Carnicero, en Salamanca

    La Hermandad Dominicana de Salamanca custodia a «Nuestra Señora de los Dolores». una de las tallas de Salvador Carmona
    La Hermandad Dominicana de Salamanca custodia a «Nuestra Señora de los Dolores». una de las tallas de Salvador Carmona - ICAL

    Dos imagineros, prácticamente contemporáneos nacidos entre finales del XVII y los primeros años del siglo XVIII, destacan en la Semana Santa de Salamanca. Se trata de los vallisoletanos Salvador Carmona y Alejandro Carnicero.

    Al primero se le atribuyen las imágenes de «Nuestro Padre Jesús Flagelado», de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado (1760), que refleja el instante en el que Jesús extiende los brazos para recoger sus vestiduras tras la flagelación, y «Nuestra Señora de los Dolores» (La Piedad), tallada en madera policromada entre 1755 y 1760, que sale con la Hermandad Dominicana.

    De Alejandro Carnicero es el grupo escultórico de cuatro figuras conocido como «La flagelación del Salvador» (1724) que representa a Cristo atado a una columna siendo azotado por dos sayones y «Ecce homo» (1790), también de cuatro figuras que simboliza a Cristo Flagelado y coronado de espinas flanqueado por dos sayones mientras Pilato lo presenta al pueblo. Ambas procesionan con la cofradía de la Vera Cruz.

  6. Ramón Álvarez, en Zamora

    Procesión de la Cofradía de Jesús Nazareno 'Sección de Damas de la Virgen de la Soledad' en Zamora
    Procesión de la Cofradía de Jesús Nazareno 'Sección de Damas de la Virgen de la Soledad' en Zamora - ICAL

    Ramón Álvarez está considerado el imaginero zamorano por excelencia porque su obra se concentra en la provincia y es expresión de la imaginería local. Este maestro de la gubia autodidacta que vivió en el siglo XIX aporta una decena de pasos a la Semana Santa de la capital zamorana, entre ellos dos de las tallas marianas de mayor devoción de la Pasión zamorana, como son la Virgen de la Soledad y Nuestra Madre de las Angustias.

    Información realizada con textos de M. González; N. Prieto; A. Ferreras; A. Míguez; R. Álvarez, y H. Díaz

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