Hallan en Belchite una fosa común con 150 fusilados de la Guerra Civil

Se harán pruebas de ADN para tratar de identificar los restos: «Es complicado, porque en muchos casos o las familias se exiliaron por la Guerra Civil o no quedan descendientes», explica a ABC el antropólogo que lidera este trabajo

La fosa hallada en el Cementerio de Belchite, donde se produjeron esos fusilamientos masivos José Ignacio Lorenzo
Roberto Pérez

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Un equipo de arqueólogos ha localizado en Belchite (Zaragoza) una fosa común con 150 fusilados de la Guerra Civil , asesinados por milicias de Falange que se adueñaron del pueblo en las primeras semanas de la Guerra Civil. Ahora se afronta la tarea ardua –y en muchos casos imposible– de identificar esos restos para devolvérselos a las familias, si es que quedan descendientes localizados que puedan aportar muestras de ADN.

La excavación, financiada con fondos públicos de la Memoria Histórica, ha permitido reconstruir físicamente el espeluznante testimonio que dieron décadas atrás quienes vivieron aquellos días. Entre ellos, uno de sus protagonistas, un falangista que participó en aquella sangrienta purga, que fue capturado e interrogado por los republicanos. Contó que la represión que se desplegó en Belchite durante esos primeros días de la Guerra Civil se saldó con unos 400 asesinatos, unos fusilamientos masivos que tuvieron como escenario el cementerio de la localidad.

Los esqueletos que se han encontrado ahora corresponden a parte de esas alrededor de 400 víctimas que quedaron enterradas en fosas comunes en el Cementerio de Belchite. Muchos de los que se han encontrado ahora presentan orificios de bala en sus cráneos , evidencia de tiros de gracia. Los hay que fueron atados de pies y manos.

Uno de los múltiples cráneos que presentan orificios de bala, tiros de gracia

Las excavaciones, realizadas durante este mes de octubre, han sido codirigidas por Hugo Chauton y José Ignacio Lorenzo . A partir de ahora se va a intentar la identificación de esos restos, mediante cotejos de muestras de ADN que puedan aportar los descendientes de quienes fueron víctimas de aquel masivo fusilamiento.

La identificación es un trabajo muy complicado. No solo por la complejidad del proceso sino por la dificultad de dar con descendientes de todas esas víctimas. «El principal objetivo ahora es devolver los cuerpos a las familias, pero es el problema más complicado al que nos enfrentamos ahora», explica a ABC José Ignacio Lorenzo, doctor en Antropología que ha trabajado en un amplio listado de proyectos de investigación de fosas comunes de la Guerra Civil, «de ambos bandos» –precisa–.

«Hasta ahora tenemos una veintena de personas que nos ha facilitado muestras de ADN para poder cotejarlas, y van llegando más», indica. La cifra es a todas luces muy reducida para la cantidad de cuerpos que hay que identificar, un reto que en muchos casos será imposible de cumplir. «De algunas de las víctimas no quedan descendientes, y en otros casos las familias se exiliaron» y se ha perdido su rastro, explica José Ignacio Lorenzo.

La cruenta Batalla de Belchite

Aquel brutal episodio se produjo en los primeros días de la Guerra Civil. La localidad quedó en manos del bando franquista. Después, avanzada la contienda, el estratégico enclave de Belchite fue escenario de cruentos combates entre ambos bandos y los republicanos lograron hacerse temporalmente con el control del municipio. Algunas fuentes hablan de 5.000 muertos de ambos bandos en la Batalla de Belchite, que ha pasado a la historia como uno de los más cruentos episodios de la Guerra Civil .

El pueblo quedó destrozado, herido de muerte. El resto lo puso el olvido. Tras la Guerra Civil, el régimen franquista optó por construir un pueblo nuevo junto a las ruinas del Belchite originario. Sus últimos habitantes lo abandonaron años después.

Las ruinas del Pueblo Viejo de Belchite han quedado como testimonio de la tragedia. Ahora, el Gobierno de Pedro Sánchez ha prometido 4 millones de euros para consolidar esas ruinas y evitar que se pierdan . Al menos, esa es la intención que recoge el proyecto de Presupuestos Generales del Estado que se está tramitando en el Congreso. Y es que, pese a la pregonada Memoria Histórica desde los años del presidente Zapatero, el olvido sigue erosionando esas ruinas y cada año que pasa queda algo menos de lo que fue el Pueblo Viejo.

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