Sánchez pide a Puigdemont que retire la declaración de independencia y convoque elecciones

Iceta asegura que la DUI sería «el peor negocio de la historia de Cataluña»

Sánchez e Iceta, hoy en Barcelona IGNACIO GIL
Víctor Ruiz de Almirón

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Pedro Sánchez ha pasado todo el día de hoy en Barcelona. Si por la mañana lanzaba ante la prensa el mensaje de que respaldará la respuesta del Estado de Derecho ante una declaración unilateral de independencia (DUI) esta tarde en un acto de partido evitó esa referencia.

Sabe Sánchez que el PSC vive con enorme contrariedad el momento actual y que una cosa es el rechazo a los independentistas y otra cosa es aparecer mínimamente alineado con Rajoy. No es que él sea precisamente dado a eso último, pero entre la militancia socialista catalana había que extremar las cautelas.

Por eso empezó su intervención con ataques al PP. Aprovechando el ruido generado sobre las declaraciones de Pablo Casado sobre Lluis Companys se dirigió a Rajoy para pedirle que «esconda a sus pirómanos». A partir de ahí prosiguió con aplaudidas apelaciones a lo mucho que «España quiere a Cataluña» y que «España no es Mariano Rajoy». Que es lo mismo que decir que Rajoy no quiere a Cataluña pero sin decirlo. Eso sí, ante la militancia socialista nada que decir respecto a apoyar al Gobierno ante una DUI.

El líder del PSOE volvió a pedir un extremis a Puigdemont que retire la amenaza de DUI y que se abra a una negociación: «retire la DUI, vuelva a la legalidad democrática y dialoguemos y pactemos». Un terreno en el que el PSOE estaría mucho más cómodo y en el que se podría hablar, dijo Sánchez, de «infraestructuras, competencias, sistema de financiación o blindar la educación».

Eso sí, en esta ocasión Sánchez introdujo en el debate la petición de convocatoria electoral en Cataluña: «Estoy convencido de que más pronto que tarde habrá elecciones en Cataluña. Retire la DUI y convoque elecciones para que el pueblo catalán hable».

El líder del PSC, Miquel Iceta, definió la probabilidad de una DUI, como «el peor negocio de la historia de Cataluña» y aseguró que el problema no era tanto su falta de legalidad sino que en democracia «una minoría no se puede imponer a una mayoría».

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