Pablo Iglesias en rueda de prensa
Pablo Iglesias en rueda de prensa - IGNACIO GIL

Iglesias quiere imponer al PSOE un referéndum en Cataluña

Lo carga con la responsabilidad de no impedir un gobierno del PP si no lo acepta y avisa de que estaría «encantado» de repetir las elecciones

Madrid Actualizado: Guardar
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Con 69 diputados y algo más de un 20 por ciento de los votos, Podemos irrumpió como tercera fuerza en el Congreso de los Diputados. No hubo «sorpasso» al PSOE, pero se quedó a poco más de 300 mil votos de los socialistas y consumó su remontada, ganando peso en regiones históricas frente a los nacionalistas. Y puede ser determinante a la hora de facilitar gobiernos.

Para Pablo Iglesias, el resultado es más que suficiente para marcar la agenda e imponer sus condiciones al PSOE. En la rueda de prensa el día después de las elecciones trató de acorralar a Pedro Sánchez: o acepta las propuestas «innegociables» de reforma constitucional de Podemos -entre las que se incluye un referéndum en Cataluña-, o estará entregando el gobierno al Partido Popular.

Pese a que en campaña basó su discurso en asegurar que si no quedaba por encima del PSOE sería muy difícil que éste virara hacia los acuerdos que Podemos proponía, ahora, con 11 diputados menos que los socialistas, pretende insistir en que es el partido de Pedro Sánchez quien tiene que aceptar su hoja programáticao, de lo contrario, será el responsable de no impedir un gobierno del PP.

Sin el tono amable

Sin rastro del tono calmado y amable que defendía durante la campaña, mucho más serio y tajante, el líder de Podemos avanzó que iniciará contactos con «todas las fuerzas políticas con luz y taquígrafos» y que les pedirá «altura de Estado» sobre las cinco propuestas de reforma constitucional que llevó en su programa, a la que sumó incluir los revocatorios por incumplimiento del programa electoral en la Carta Magna: el blindaje de los derechos sociales, una reforma del sistema electoral, el reconocimiento del «derecho a decidir», asegurar la independencia del Poder Judicial y poner fin a las puertas giratorias.

De todas ellas, la que plantea más problemas en las filas socialistas es el referéndum para Cataluña, que el líder de Podemos fijó como «imprescindible» y «sin matices». Lo hizo con mucha más claridad que en su intervención durante la noche electoral, en la que habló de ser «favorable a una consulta» pero no la incluyó entre las condiciones que calificó como «inaplazables e ineludibles». Iglesias lamentó que «los señores que mandan en el PSOE ya han hablado y no entienden que España es un país diverso y plurinacional». «Están buscando una fórmula para llegar a la gran coalición», los acusó.

«El PSOE tiene que asumir sus resultados, revelan la debilidad de una fuerza política con los peores resultados de su historia»

Iglesias sacó pecho de sus resultados y advirtió al PSOE de la lectura que en el partido morado hacen de los mismos: «Que a nadie se le olvide que Podemos es la fuerza española de ámbito estatal más votada en Cataluña y en el País Vasco», indicó, y ahondó en la idea de que superan a los socialistas en ocho regiones y éstos han perdido seis millones de votos desde 2008. «El PSOE tiene que asumir sus resultados», dijo, que «revelan la debilidad de una fuerza política con los peores resultados de su historia».

Como ya hiciera la noche electoral, Iglesias se erigió ayer como el líder de «la única fuerza que asume los cambios constitucionales y la plurinacionalidad del país» y que «puede liderar un proyecto de unidad». El candidato de Podemos está convencido de que los resultados de sus alianzas plurinacionales en regiones históricas, que lo han aupado a la tercera fuerza política, lo legitiman para presionar a los dos grandes partidos para que asuman su hoja de ruta sobre el «derecho a decidir». Iglesias recordó que el PP es la sexta fuerza en Cataluña y quinta en País Vasco, y que el PSOE es tercera en Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Galicia, Canarias y Navarra. «Me preocupan los resultados humillantes de PP y PSOE en Cataluña y País Vasco», porque demuestran que «tienen un problema con España», dijo, e insistió en que Podemos «puede jugar como pegamento» en esas dos regiones. «No queremos que Cataluña se vaya de España, pero precisamente porque defendemos el derecho a decidir podemos garantizar la unidad de nuestro país».

Iglesias cree que los resultados de sus alianzas plurinacionales lo legitiman para presionar a PP y PSOE para que asuman su hoja de ruta sobre el «derecho a decidir»

Iglesias evitó calificar como «líneas rojas» su hoja de ruta programática -«no son propuestas de máximos, responden a consensos de la ciudadanía», se enrocó-, porque corresponden a un nuevo acuerdo de país en una «nueva transición».

Esa idea de «fin del turnismo» y de «momento de reflexión constituyente» hiló todo su discurso. Iglesias insistió en pedir «altura de Estado» al resto de formaciones políticas porque es «la hora de los estadistas», y así se definió a sí mismo. Ni nervios, ni prisas, ni primarias dentro de los partidos -pidió- sino «altura de Estado» para afrontar un cambio constitucional a la vista del fin del sistema del turno. Con ese discurso de hombre de Estado, aseguró que «no es momento de hablar de investiduras», sino que «toca hablar de España».

Nuevas elecciones

En su estrategia de presión al PSOE, Iglesias llegó incluso a lanzar una amenaza velada a los socialistas: «si el inmovilismo fuerza» a que tengan que repetirse las elecciones generales, Podemos lo aceptará «encantado».

El líder de la formación morada dijo que volver a las urnas «no es lo que toca ahora», pero, con una media sonrisa, se mostró convencido de que unos nuevos comicios le favorecerían. «Quiero recordarles que hablaban del hundimiento de Podemos y ahora nadie duda de que la remontada ha sido un éxito. Podrán calcular qué ocurriría si esto hubiera durado más», aseguró. «Cada vez que hay elecciones, las fuerzas del cambio avanzan y la tendencia va a continuar», advirtió a sus adversarios.

Aunque no quiso responder explícitamente a si facilitaría un gobierno de Pedro Sánchez pese a que este no aceptara alguna de sus condiciones -se limitó a insistir en que, en ese caso, serían los socialistas quienes estarían dando el gobierno al PP y no Podemos- sí fue muy claro en su idea de votar en contra de la investidura de cualquier candidato popular: «Ni por activa ni por pasiva Podemos va a permitir que gobierne el PP».

«Lo que estamos planteando es que si el PSOE no entiende que España es diversa y se "bunkeriza" en el pasado, entonces están entregando el gobierno al PP», repitió.

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