El PSOE esquiva a ERC alejando la «mesa de diálogo» de los comicios en Castilla y León

Los republicanos piden evitar un «baile de fechas» y Junts se burla de un espacio que no se reúne desde el 15 de septiembre

Aragonès y Sánchez, en su reunión del mes de septiembre INÉS BAUCELLS

El Gobierno no tiene intención de reunir a corto plazo la denominada mesa de diálogo con la Generalitat. PSOE y ERC juegan esta partida de cara a la opinión pública , conscientes ambos de que su entendimiento debe ser prolongado en el tiempo pero que, a su vez, es del todo improbable que puedan sustanciarse acuerdos en el plano del llamado «conflicto político».

El pasado 15 de septiembre la mesa se reunió por primera vez un año y medio después de que una primera cita se viese cortada primero por la pandemia y después por las elecciones y el cambio de gobierno en Cataluña. Al contrario de lo que sucedió durante la etapa de Quim Torra al frente del Govern, en esta ocasión no se pactó una periodicidad fija para las reuniones . Se apostó por la discreción y por convocar este foro cuando hubiese avances que sellar y posteriormente comunicar. Fue una demostración de que a ambas partes les interesaba un formato que no precipitase la ruptura por falta de avances. Y en estos momentos el Gobierno considera que no hay suficientes mimbres para una nueva cita. Además de que dos elementos desaconsejan, entiende Moncloa, que deba celebrar ahora otra reunión: la persistencia de la sexta ola del Covid-19 y las elecciones en Castilla y León.

En el Ejecutivo se da por hecho que el mes de enero será duro en lo que tiene que ver con la gestión de la pandemia. Y aunque su discurso es optimista por la eficacia de la vacunación, no ven adecuado trasladar la idea de que se pone el foco en cuestiones más alejadas del día a día de los ciudadanos. Un cálculo que extienden al elemento electoral. Castilla y León es una cita muy difícil para el PSOE. Ocupar foco mediático con Cataluña en esta situación puede perjudicar las ya pésimas perspectivas de los socialistas en esa región.

Por todo ello, Sánchez no quiere comprometerse ahora mismo con una fecha. Lo hizo ya en su discurso de balance anual el pasado 29 de diciembre y lo volvió a repetir ayer durante una entrevista en la Cadena SER: « Ahora la ciudadanía en Cataluña, y en el conjunto de España, están anteponiendo cómo vamos a gestionar la emergencia de la ómicron , cuándo vamos a llegar al pico y vamos a poder empezar a ver una curva de contagios en descenso, si vamos a garantizar la seguridad o no de nuestros niños en la vuelta al colegios, qué pasa con la incapacidad temporal y con las bajas que estamos viendo en las oficinas… Estamos ahora mismo en eso», justificó el presidente.

Sánchez se ve con margen tras los indultos

En el Ejecutivo se ven con margem, de hecho, desde que concedió los indultos a los líderes del 1-O y se accedió a celebrar la mesa, el Gobierno se siente legitimado ante el independentismo para que no se cuestione su voluntad de hacer gestos. Sánchez usa ese bagaje en los momentos en los que desea despejar esta cuestión, como ahora. «Creo que el Gobierno de España ha mostrado su absoluta predisposición a que se celebre esa mesa de diálogo», apuntó ayer recordando que se reclamó que él mismo participara en la cita que se celebró en Barcelona y así lo hizo. Pero ahora, ni siquiera quiere comprometerse con una fecha aproximada: «Si le doy una fecha, ya nos atamos», se resistió.

Consciente de la inquietud que el asunto provoca en ERC, su socio preferente en el Congreso, Sánchez quiso tranquilizar a los de Oriol Junqueras asegurando que esa reunión «tendrá lugar» y que a lo largo del año 2022 que acaba de empezar va a celebrarse «más de una» cita y habrá «avances» . Pero dejando claro que ahora mismo no puede ser el momento porque «estamos en algo mucho más urgente e importante para la ciudadanía como es la emergencia sanitaria». Además, el presidente quiso dar un toque a sus socios para cuestionar que no hay avances porque no han aceptado abandonar sus reclamaciones de máximos, en referencia a la autodeterminación y la amnistía.

«Por lo que estoy viendo, por las declaraciones que hacen los dirigentes nacionalistas, es evidente que continúan en sus máximas (…) Es evidente que no puede haber ningún acuerdo, pero tampoco ningún avance», alertó al Y volvió a reclamar a la Generalitat que fomente un diálogo en Cataluña con las formaciones no independentistas. «Me gustaría pedir al Govern que, al igual que pide y exige una mesa de diálogo con el Gobierno de España para tratar de dar respuesta a esta situación del procés, también haga lo propio con la sociedad catalana. Porque hay una parte considerable de la sociedad catalana que no comulga con las tesis independentistas y que también merece ser escuchada».

Nervios en ERC y burlas de Junts

Desde ERC, se recibió ayer el nuevo restraso de una cita que nunca ha tenido fecha con más resignación que enfado. Tras la reunión semanal de la cúpula republicana, la portavoz de la formación, Marta Vilalta, afirmó ante la prensa que la intención de su partido no era entrar en lo que denominó «baile de fechas». Exigió, eso sí, que la mesa se encontrara lo antes posible, sin poner un límite temporal ni entrar a debatir si Sánchez estaba esquivando la cita pensando en las elecciones castellanas. «Es evidente que la reunión se ha de producir cuanto antes mejor y que se tiene que constatar avances, hace falta que haya concreciones», avisó Vilata. Aprovechó la dirigente para pedir que la próxima reunión traiga consigo «concreciones» en los dos únicos aspectos que los republicanos quieren tratar en ese foro: autodeterminación y amnistía, dos platos que Sánchez inistió ayer que no iba a catar.

Entre medio, el ruido de fondo del independentismo más radical que acompaña desde hace meses los debates sobre la tan comentada «mesa». Ayer, las críticas vinieron por parte del vicepresidente catalán, el posconvergente Jordi Puigneró, quien, al ser preguntado por este asunto en una presentación del nuevo 'metaverso' catalán aseguró con cierta sorna que una mesa de diálogo que no se reúne ni «no es mesa ni es de diálgo» . Zanjó la chanza con una oferta: Si ERC y Sánchez necesitan un lugar para la próxima reunión, que lo hagan en el nuevo 'metaverso' que ayer estrenó el Govern, un espacio virtual con aspecto de juego de ordenador de los 2000.

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