La prisión de Lledoners, un «despacho oficial» para los líderes secesionistas

Los populares denuncian los «privilegios» de «los golpistas catalanes»

Una mujercon una parcarta a favor de la libertad de los soberanistas presos, en la prisión de Lledoners, en julio Inés Baucells

Daniel Tercero

El PP registró ayer, en el Congreso de los Diputados, la solicitud de creación de una comisión de investigación para que la Cámara Baja esclarezca «los presuntos privilegios penitenciarios que se están otorgando a los independentistas catalanes actualmente encarcelados en el centro penitenciario de Lledoners (Barcelona) por la organización del referéndum ilegal del 1-O».

A través de un informe de uno de los funcionarios de la prisión de Lledoners, que puso en conocimiento del director de la cárcel y se dio a conocer a la prensa, los presos que mantienen el escaño de diputado autonómico Oriol Junqueras y Raül Romeva, de ERC; y Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull, de JpC; así como el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, sobre todo, estarían teniendo un trato de favor por parte de los servicios penitenciarios de la Generalitat de Cataluña, administración que tiene transferidas las competencias de la gestión de las cárceles catalanas.

«Una oficina soberanista»

Según los populares, «los golpistas catalanes» están teniendo «privilegios y complicidades» como las de poder celebrar un cumpleaños fuera de lo estipulado reglamentariamente o mantener reuniones en el patio cuando el resto de presos ya están en sus respectivas celdas. En este sentido, tal y como publicaron El País y El Confidencial, los seis dirigentes secesionistas más Joaquim Forn, exconsejero de Interior, habrían convertido Lledoners en «un auténtico centro de poder y oficina de gestión de la estrategia soberanista».

Los funcionarios de prisiones han denunciado que los citados secesionistas, acusados de rebelión por el Tribunal Supremo , han recibido la visita médica de asistentes ajenos al servicio penitenciario; «no pisan prácticamente la celda, excepto a la hora de dormir»; y reciben «todo tipo de visitas» –hasta quince al día– camufladas como «visitas de autoridades» o «visitas institucionales» y se convierten en reuniones al hacerse en grupo, algo que no está al alcance de los otros presos de Lledoners.

A esto hay que sumar que los presos de la cárcel barcelonesa han disfrutado de varios conciertos (Mishima y Marina Rossell), fueron trasladados de Madrid a Barcelona en furgonetas sin logotipo de los Mossos d’Esquadra y, según denunciaron los sindicatos, se trasladaron a otras cárceles a los presos más conflictivos de Lledoners antes de la llegada de «los golpistas catalanes».

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