Podemos sube el órdago: un Gobierno sin Iglesias, pero nombrando a un tercio de los ministros

Da un paso atrás pero impone una cuota proporcional de ministros y sin vetos

El PSOE elude responder y se limita a decir que es el momento de las propuestas

Vídeo: Sánchez afirma a Iglesias que primero programa y después Gobierno
Adrián Marina Bralo

Adrián Marina Bralo

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«He estado reflexionando y no voy a ser la excusa para que el PSOE evite un Gobierno de coalición». Así, con unas declaraciones en un vídeo de 50 segundos publicado en Twitter, Pablo Iglesias anunció ayer que renunciaba a formar parte de un eventual Ejecutivo con el PSOE . «Mi presencia en el Consejo de Ministros no va a ser problema», subrayó Iglesias atendiendo a la exigencia que impuso el secretario general del PSOE cuando dijo que era «el principal escollo» para un acuerdo. Pero lo que a priori parecía una derrota de Iglesias no era tal: el secretario general de Unidas Podemos acompañó su renuncia de dos condiciones: que la presencia de su formación en el próximo Gobierno sea «proporcional a los votos» y que desaparezcan los vetos personales. Una de cal y otra de arena para Pedro Sánchez. Aplicando ese requisito, en un Consejo de Ministros como el actual, con 17 carteras, la formación morada dirigiría cinco o seis ministerios.

Así, el anuncio de Iglesias supone que la pelota vuelve a estar en el tejado del socialista. El jueves, Sánchez expresó con dureza que el secretario general de Podemos era «el principal escollo» para llegar a un acuerdo: «No se dan las condiciones para que Iglesias sea miembro del Gobierno». Llevaban una semana sin hablar y con las negociaciones completamente bloqueadas , a pesar de que para los socialistas eran el «socio preferente» para formar un Ejecutivo. Entre los principales argumentos para justificar esta postura se encontraba la gestión de la crisis soberanista en Cataluña. «He escuchado a Iglesias defender en público y en privado que hay presos políticos», manifestó Sánchez, que continuó hablando del juicio del «procés» y de la sentencia que emitirá, previsiblemente en septiembre, el Tribunal Supremo. El presidente del Gobierno aseguró que, llegado ese momento, necesitaría «un vicepresidente que defienda la democracia y que defienda que aquí no se persigue a nadie por sus ideas». No veía a Iglesias en ese papel.

El señalado, por su parte, respondió a través de otro medio de comunicación, «20 Minutos», mostrándose confiado en que Sánchez se había «equivocado» o había «tenido un lapsus» : «Creo que Pedro Sánchez se va a disculpar y que no ha querido decir eso. Referirse al secretario general de la fuerza que quieres que te apoye diciendo que no defiende la democracia... Es algo que no van a entender ni sus votantes».

Presión continua

La insistencia por parte de los socialistas para que Iglesias abandonara su pretensión de formar parte del Ejecutivo continuó tras la entrevista. Ayer por la mañana, la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra, abrió la puerta a que otros dirigentes de Podemos como Irene Montero, Rafael Mayoral o Pablo Echenique sí entraran en el Gobierno , pero Iglesias seguía siendo un «escollo». «No puede haber dos almas, dos voces» que se contradigan, aseguró. Tras escuchar a Lastra, la pregunta era evidente:¿Por qué el PSOE veta el discurso de Iglesias y no el de Montero? ¿Realmente la portavoz parlamentaria cumple los requisitos que impuso Sánchez?

A mediodía fue el turno de Isabel Celaá, la portavoz del Gobierno en funciones. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, afirmó que Podemos «pedía un Gobierno de coalición y Sánchez ofrece un Gobierno de coalición», pero en él no podía estar Iglesias: «Es un propósito inasumible sacrificar el interés general por el interés de una persona». «Es honesto decir que el señor Iglesias no cabe en el gabinete porque no se dan las condiciones políticas ni funcionales» , insistió Celaá, que puntualizó con respecto a otros posibles nombres que Sánchez no había dicho más «de nadie». «Es un escenario abierto», subrayó.

El escueto vídeo de Iglesias, que llegó después de «días» de reflexión, fue recibido con cautela por las filas socialistas. Según las fuentes del partido consultadas por ABC, «sin vetos ni imposiciones podemos llegar a un acuerdo», pero señalaron que será Pedro Sánchez el que decida el equipo tras escuchar «las propuestas». «Empecemos por los contenidos. Primero programa y luego el Gobierno», insistieron las mismas fuentes.

Las valoraciones también llegaron desde otros partidos cruciales para que la investidura salga adelante, como el PNV. Fuentes del Euzkadi Buru Batzar, su órgano ejecutivo, señalaron que la renuncia de Iglesias constituía «una señal positiva si es que esta decisión posibilita realmente que se abra de una vez por todas un verdadero proceso negociador». A pesar de eso, puntualizaron que «hasta el momento nadie ha llamado al PNV para negociar», por lo que lanzaron un aviso: «Se equivoca quien dé automáticamente por hecho el apoyo de los seis diputados y diputadas del PNV» .

Consulta a las bases

De llegar a un acuerdo de Gobierno con Unidas Podemos, Sánchez tendrá un último obstáculo que saltar: sus propias bases. Según los estatutos del partido, «será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE». A dos días de que comience la investidura en el Congreso, l os plazos parecen demasiado ajustados para que pueda preguntarse a la militancia.

La segunda y última votación se celebrará el jueves 25, lo que daría algo más de margen. Los socialistas podrían agarrarse al artículo 483 del Reglamento Federal de desarrollo de los Estatutos, que contempla la posibilidad de reducir los tiempos marcados «por razones de urgencia o interés del partido».

Al otro lado de la mesa, en Unidas Podemos, la consulta ya está hecha. Con un 70 por ciento de los votos, las bases de la formación morada avalaron el jueves que «para hacer presidente a Pedro Sánchez es fundamental llegar a un acuerdo integral de Gobierno de coalición, acuerdo programático y de equipo, sin vetos, donde las fuerzas de coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos».

Aun así, el mero hecho de que el PSOE ya hable abiertamente de un Ejecutivo conjunto ya supone un avance en las negociaciones. «Pedían un Gobierno de coalicion y Sánchez ofrece un Gobierno de coalición», dijo ayer Celaá , que recordó que los socialistas preferían un Consejo de Ministros monocolor. Entre ambos extremos hubo una propuesta de «Gobierno de cooperación» que muchos aún preguntan en qué consistía.

Ruptura en el Senado

El paso atrás de Iglesias no evitó una fuga dentro de sus propias filas. Adelante Andalucía y En Comú Podem, las confluencias andaluza y catalana de Unidas Podemos, se unirán al grupo en el Senado formado por Compromís, MÉS per Mallorca y Más Madrid, el partido de Íñigo Errejón. No obstante, el portavoz de Compromís, Carles Mulet, aseguró que la creación de este grupo estaba motivada en que no querían verse «abocados a compartir espacio, tiempo, y recursos en el Mixto con los grupos de derecha o extrema derecha».

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