Miguel Bernad, en la sede de Manos Limpias, ya abandonada
Miguel Bernad, en la sede de Manos Limpias, ya abandonada - EFE

Manos Limpias recurrirá ante el Supremo la condena en costas del caso Nóos

Miguel Bernad, «cada día más enloquedico», sigue actuando en nombre de Manos Limpias con unos poderes que le otorgó el presidente del sindicato ocho meses antes de su fallecimiento. Ha jurado vengarse por su encarcelamiento

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Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias, ha presentado en la Audiencia Provincial de Palma el anuncio de recurso de casación ante el Supremo de la sentencia del caso Nóos. El escrito, al que ha tenido acceso ABC, tiene un motivo único, la «indebida aplicación de la jurisprudencia en materia de imposición de costas». El sindicato, que fue condenado al pago de las costas por la acusación contra la Infanta Cristina, que fue absuelta, sostiene que en su actuación no hubo «mala fe» ni temeridad.

El pasado 30 de marzo, Bernad se presentó en una notaría de Madrid para otorgar el correspondiente poder general para pleitos a la procuradora y al abogado a los que le ha encomendado el recurso contra la sentencia del caso Nóos.

Para demostrar su legitimidad al frente de Manos Limpias, presentó un poder de fecha 5 de junio de 2015 que le otorgó el presidente de Manos Limpias, Francisco Jiménez. El notario refleja en el acta que Bernad «me asegura que dicho poder no le ha sido revocado, suspendido ni limitado y que no ha variado la la capacidad del poderdante».

La verdad es que la capacidad del «poderdante» sí ha variado, pues Francisco Jiménez murió en febrero de 2016. Pese a que los estatutos de Manos Limpias obligan a la celebración de una asamblea anual que renueve la Junta Directiva -máxime ahora que está descabezada-, esta no se ha celebrado. Además, el vicepresidente, Manuel Linares, también murió, concretamente en marzo de 2016. Exmiembros de Manos Limpias aseguran a ABC que Bernad carece de legitimidad para seguir manejando el sindicato.

Por otro lado, Miguel Bernad se ha presentado ante notario como «abogado», profesión que nunca ha tenido ni ha podido ejercer. Es licenciado en Derecho, pero no se colegió, por lo que no paga la correspondiente cuota. Su nombre no está en el registro oficial del Consejo General de la Abogacía. También ha dado como domicilio el piso 1ºB del número 13 de Ferraz, la sede de Manos Limpias, abandonada hace meses.

Fuentes próximas a Bernad sostienen que «cada día está más enloquecido». Investigado por integración en organización criminal, extorsión y apropiación indebida en dos juzgados, culpa de su estado a una «conspiración» en su contra y ha jurado «venganza contra jueces, fiscales, excolaboradores de Manos Limpias y un periodista» a los que culpa de su encarcelamiento. Estuvo en prisión provisional desde el estallido de la operación Nelson, el abril de 2016, hasta diciembre del año pasado, cuando el juez de la Audiencia Nacional decretó su libertad provisional bajo fianza de 50.000 euros.

Por otro lado, en el anuncio de recurso de casación presentado en la Audiencia de Palma alega desconocer la fecha de notificación de la sentencia del caso Nóos por desavenencias con la abogada que ejerció la acusación popular, Virginia López Negrete, también investigada en el caso de las extorsiones junto a Ausbanc. El escrito sostiene que «es público y notorio que la letrada directora de esta acusación popular, Dª Virginia López Negrete, tras la finalización del juicio vertió manifestaciones a distintos medios de comunicación, en las que exponía que “renunciaba a seguir representando al sindicato”, que “su trabajo termina aquí. Aquí termina todo y yo no represento más a un cliente con esas características”, alegando motivos estrictamente personales, la absoluta falta de confianza hacia el cliente y desavenencias que entre ellos son insalvables».

Este argumento ha producido sonoras carcajadas entre abogados que colaboraron en Manos Limpias por un obviedad: las sentencias, los autos, las providencias o cualquier dictamen de un juez se notifican a los procuradores de las partes personadas, no a los abogados.

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