Bernad extorsionó a la vicepresidenta económica del F.C. Barcelona

Miguel Bernad exigió a Susana Monje, vicepresidenta tesorera del F. C. Barcelona hasta su dimisión el pasado 26 de noviembre, el pago de 350.000 euros a un amigo suyo bajo amenaza de denunciarla si no cedía. Manos Limpias se llevaba un 10% de comisión.

Así lo acredita una carta de dos folios que el líder de Manos Limpias envió a Susana Monje el 22 de abril de 2014 y que está en poder la UDEF. Bernad se dirigía a ella porque, al margen del F. C. Barcelona, es la directora general y accionista del grupo Essentium, que entre sus filiales tiene Assignia Infraestructuras: «Estimada Sra.: Ha llegado a los servicios jurídicos de Manos Limpias, una reclamación de don Ángel Muñoz, referente a 3 facturas por importes respectivos de 103.000 € (5/9/2011), otra vez 103.000 € (10/10/2011) y 44.183,06 € (21/11/2011), así como una transferencia por importe de 100.000 € (15/7/2011)», empezaba la misiva.

En total, la reclamción ascendía a 350.183,06 euros.

Bernad sostiene que «estas cantidades fueron acordadas en su día por D. José Luis Montesinos, Director General del Grupo Assignia, con el Sr. Muñoz y correspondían a las gestiones y trabajos realizados por el Sr. Muñoz para la consecución de las obras que se habían adjudicado en Aranjuez al Grupo Assignia».

«O pagas, o denunciamos»

El líder de Manos Limpias le decía a Susana Monje que sus subordinados se negaron pagar a Muñoz porque esas mismas cantidades «están pagadas a un despacho de abogados», pero Bernad aseguraba que es «incierto» y «poco creíble» que el bufete «hiciera las gestiones». Tras enseñar los dientes, el secretario general de Manos Limpias amenaza sin paliativos a la propietaria del grupo Essentium: «Nuestro cliente quiere que denunciemos ante la Agencia Estatal de Administración Tributaria y en la Fiscalía Anticorrupción estos pagos que presuntamente presuponen un hecho ilícito. Antes de tomar cualquier decisión al respecto, nos dirigimos a Ud. a fin de clarificar las referidas operaciones».

Fuentes oficiales del Grupo Essentium confirman a ABC que Susana Monje recibió la carta, «la rompió nada más leerla» y no cedió a la presunta extorsión. Las mismas fuentes sostienen que el citado «cliente» de Manos Limpias no había realizado los trabajos correspondientes a los pagos que reclamaba, sino otros de menor cuantía. Por su parte, Ángel Muñoz ha reconocido a ABC que recurrió a Manos Limpias para intentar cobrar porque «soy amigo de Miguel Bernad». «Me pidió a cambio una comisión del diez por ciento, que es lo que solían cobrar, para los gastos del sindicato», confirma a este diario. Muñoz también asegura que tras intentar el cobro, Assignia firmó un contrato con su hijo con un pago inicial de 20.000 euros y luego 2.000 euros mensuales durante dos años. Muñoz sostiene que «solo pagaron las primeras mensualidades.

Este contrato también estaba en el ordenador de Miguel Bernad. Los archivos fueron transferidos a dos discos duros externos antes de la operación contra Manos Limpias y Ausbanc, por lo que no fueron incautados en el registro, pero dos testigos los han entregado a la Policía Judicial.

Entre los documentos que Bernad guardaba en su ordenador también hay seis facturas a nombre de Ángel Muñoz y sus empresas que suman 45.000 euros por varios conceptos, entre ellos la reclamación a Assignia. Muñoz sostienen que no le llegaron a girar esas facturas porque no consiguieron cobrar lo que se reclamaba a la empresa de Susana Monje. Sí reconoce haber dado a Bernad «pequeñas cantidades, 400 euros... de vez en cuando para los gastos corrientes del sindicato».

Usó a un anciano

Por otro lado, Bernad no puso su nombre como remitente de la carta, sino el de «Manuel Linares, jefe de Servicios Jurídicos». En realidad se trata del vicepresidente del sindicato, un anciano que falleció el pasado mes de marzo y que nunca tuvo competencias reales en Manos Limpias. Se limitaba a firmar donde le decía Bernad.

Cuando Monje recibió la carta era directiva del Barcelona y responsable de la sección de Balonmano. Un año después, en julio de 2015, fue nombrada vicepresidenta quinta al cargo del Área Económica, la primera mujer en lograrlo.