El «kit de la patera»: de 600 a 1.000 euros por la plaza, traje de agua, frutos secos y bebida

La Policía aborta los intentos de reabrir la ruta atlántica de los cayucos desde Mauritania y Senegal

El equipo policial conjunto descubrió hace 15 días una casa patera en Nuadibú; estaban a punto de navegar ABC

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Desde 2009 no había salido ni un cayuco de Mauritania tras sellarse una ruta, la atlántica, que provocó una de las mayores crisis migratorias en el sur de Europa. Este año ha llegado uno a Canarias desde ese país, pero solo en septiembre se ha abortado la salida de otras dos embarcaciones desde Nuadibú. Una había partido de Senegal y ya estaba navegando cerca de la costa mauritana. A la otra expedición le faltaban horas para emprender viaje hacia las islas. La organización había confinado a los inmigrantes en una casa del barrio de Lereghib , tirados por los suelos, mientras buscaban algún candidato más en el puerto con el fin de ganar más dinero.

Cada uno había pagado entre 600 y 1.000 euros y habían sido captados en sus lugares de origen (quince de ellos eran senegaleses). Entre las dos operaciones fueron interceptados 49 inmigrantes. La clave de las intervenciones fue la labor policial conjunta en Mauritania que lleva años funcionando sobre el terreno.

Patrullas conjuntas

En lo que va de año han llegado a Canarias tres cayucos desde la fachada occidental africana, el citado de Mauritania y otros dos procedentes de Senegal, y una veintena de pateras procedentes de Marruecos. Hace menos de una década nadie podía imaginar ese descenso de miles y miles de candidatos a la travesía más larga y peligrosa por mar con destino a España. La pregunta es evidente. ¿Los tres cayucos que han logrado llegar más los intentos abortados significa que se ha reabierto la llamada ruta atlántica de la inmigración? Según los expertos policiales de la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsificación (Ucrif Central), «no hay ruta atlática pero sí tentativas por activarla», de ahí que insistan en la prevención, en que no salga ni una barcaza.

Los artífices de las dos operaciones más recientes son los agentes del Equipo de Cooperación Internacional (ECI ) con sede en Nuadibú, que se creó tras la crisis de los cayucos de 2008 y está integrado por cinco policías españoles de la citada unidad y cinco mauritanos. Hasta septiembre han logrado impedir la salida del país de 1.245 personas que se dirigían a Canarias . «No solo se ocupan de los cayucos, también patrullan la ciudad y el aeropuerto bajo el mando del oficial mauritano», explican fuentes de la Comisaría General de Extranjería y Documentación. En los «foyers», zonas de seguridad o casas patera, como la descubierta en Nuadibú hace quince días, las mafias guardan también todo lo necesario para el viaje: hallaron 14 bidones repletos de combustible, dos garrafas de aceite de motor, un motor de 40 CV, un GPS, chalecos salvavidas, trajes de agua, guantes, mantas, colchonetas, botellas de gas y hornillos para cocinar, comida y bebida para la travesía.

Cola para saltar la valla

Es el llamado «kit del cayuco o la patera», que varía de precio según el punto de salida, desde los mil euros o más si parte de Senegal; entre 600 y 1.000 como se ha dicho si el origen es Mauritania y algo más barato si se trata de conseguir plaza en una patera desde Marruecos, donde el precio oscila entre los 600 y 800 euros, aproximadamente. Por esa cantidad, el migrante se asegura una plaza y lo básico: un traje de agua, usado decenas de veces y de escasa protección (nada de neopreno), un chaleco (no siempre), frutos secos y agua para la travesía. «El problema ahora mismo en Marruecos es conseguir plaza. Ya hay cola hasta para situarse en una buena posición para saltar la valla», explican fuentes policiales.

«Si cerramos la ruta marítima de Marruecos surge de inmediato el riesgo de que se reutilice la atlántica, de ahí que no se pueda bajar la guardia». Además, Mauritania es el punto más cercano de los tres países desde los que partían cayucos (hay que sumar Senegal y Gambia). La travesía Nuadibú-Canarias se cubre en tres o cuatro días, casi la mitad de la que es la ruta más larga y peligrosa. Hasta el 31 de agosto llegaron 33.195 inmigrantes por mar a España, más del doble que el año pasado en las mismas fechas (15.114). La colaboración policial es la clave. En lo que va de año se han desmantelado 17 redes de inmigración irregular gracias a este mecanismo: nueve de tráfico de personas y ocho dedicadas a la falsificación. Aun así, los expertos insisten en que los miles de migrantes en situación irregular que acaban en nuestro país aterrizan en avión.

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