Pablo Iglesias, «orgulloso» de llevar en sus listas a un condenado por agresión

«Es un ejemplo en la defensa de los derechos de los de abajo». Así definió ayer Pablo Iglesias al candidato que encabeza la lista de Podemos en la provincia de Jaén, Andrés Bódalo, portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) en la provincia y condenado a tres años y medio de prisión por un delito de atentado contra la autoridad y una falta de lesiones por agredir a un edil.

El secretario general del Podemos aseguró que, a su juicio, se «ha perseguido a demasiada gente por protestar y manifestarse, mientras los corruptos siguen en partidos políticos y empresas». «El Gobierno intenta meter en la cárcel a la gente por hacer huelga», insistió, aunque la condena contra Bódalo habla de agresión y no solo de una manifestación pacífica.

Pese a que Iglesias volvió a ser interrogado sobre este «matiz», reiteró que está «orgulloso» de contar con el sindicalista en sus listas. «Los tribunales tendrán que hablar», recordó el líder de Podemos, en alusión a que la sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén que condenó a Bódalo está recurrida ante el Tribunal Supremo.

La inclusión de Bódalo como número uno por Jaén ha despertado recelos dentro del propio partido en la provincia. Bódalo concurrió a las primarias de Podemos dentro de la lista «Utopía y Dignidad», que impulsaron otros miembros del SAT como Diego Cañamero o José Manuel Sánchez Gordillo y que fue la segunda más votada a nivel nacional tras la avalada por Pablo Iglesias. Bódalo obtuvo solo un 8,69% de los apoyos de los inscritos, por lo que sorprende que acabe ocupando un puesto de salida en las listas.

No es el único caso de candidatos que no cosecharon buenos resultados en las primarias y a los que el mecanismo de elección de la circunscripción ha acabado situando como cabezas de lista. El sistema de primarias que estableció Podemos contemplaba una circunscripción única, de forma que cada candidato podía escoger libremente la provincia por la que quería concurrir a posteriori. El partido se reservaba dos «criterios de corrección de listas», uno para proteger la paridad y otro, la territorialidad. Pero en Andalucía, cuatro de los ocho cabezas de lista son sevillanos. Iglesias respondió a este hecho con evasivas: «Hubo unas primarias y los ciudadanos eligieron un orden. Las listas responden a ese orden», señaló. «Estoy orgulloso y satisfecho», quiso zanjar.

Ni siquiera el orden que defiende Iglesias se ha respetado en la confección de las candidaturas finales. Como Bódalo, otros candidatos que encabezan circunscripciones obtuvieron pocos apoyos en el proceso de primarias. En Castilla-La Mancha, salvo el «fichaje» de Juan Pablo Wert -número 1 por Ciudad Real-, todos los cabezas de lista pasaron por primarias y apenas superaron el 4 por ciento de los votos. Fernando Prieto (0,72 por ciento), Ariel Jerez (3,74), Gloria Elizo (2,64) o Mariángeles García (0,75) formaban parte de la candidatura «Territorios CQP», la lista «B» que presentó la dirección de Podemos a las primarias y que quedó por detrás de otras como la avalada por el propio Iglesias, con 65 nombres más votados, o «Utopía y Dignidad», circunscrita a Andalucía.

El partido alega que «son los candidatos con más votos de los que han elegido ir por esas provincias». «Puede parecer extraño, pero no lo es tanto», aseguran a ABC fuentes de Podemos en la región. «Muchas personas que han tenido más votos y que podían haber encabezado estas circunscripciones han decidido estar en puestos más bajos en sus provincias o en otras cercanas», señalan. Pero no todos sabían la «competencia» que tendrían en la provincia elegida.

Iglesias arguyó ayer que se ha seguido «escrupulosamente» el resultado de las primarias. La misma respuesta, breve y evasiva, que dio Marta Domínguez, candidata por Córdoba y cuya designación ha despertado críticas de 13 de los 15 parlamentarios andaluces de Podemos: «Es el resultado del proceso de primarias». Un reglamento contra el que se levantaron entonces más de 900 cargos y hasta cinco consejos territoriales.