El dilema no resuelto del PP con Sánchez: oponerse u ofrecerse

El PSOE descarta de antemano y con prisas cualquier solución con los populares

El presidente del PP, Pablo Casado EFE | Vídeo: Montesinos asegura que el PP será un «dique de contención» (Vídeo: EP)
Manuel Marín

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El Partido Popular se halla ante un dilema incómodo, de compleja resolución política, y de gran riesgo en términos de credibilidad ante su electorado. Desde que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias anunciasen su preacuerdo de coalición sustentada en el independentismo, en el PP se ha abierto un debate interno que ha crecido con los días, con dos alternativas: oponerse frontalmente, sin ofrecer a Sánchez una salida «constitucionalista» o «patriótica» , que es la tesis inicial de la dirección; u ofrecerse a Sánchez a través de distintas propuestas para evitar un Ejecutivo de extrema izquierda forzado a ceder ante el separatismo. E incluso en este segundo caso, con distintos matices y tiempos. Sobre todo, porque Sánchez no se ha puesto en contacto con Pablo Casado en una semana, porque no ha formalizado ninguna oferta concreta de gobernabilidad al PP, y porque está demostrando una actitud «menesterosa» hacia ERC para blindar su investidura.

Presión creciente sobre Casado

Durante los últimos días, han hablado muchos dirigentes del partido. Alberto Núñez Feijóo, para afirmar que «aún hay tiempo -sostiene a ABC- para frenar un proceso en el que Pablo Iglesias sea el político más importante de España, y ERC el partido más influyente. Es necesario que PSOE y PP hablen para frenar ese acuerdo». Cayetana Álvarez de Toledo ha planteado abiertamente la necesidad de un «gobierno de concentración»; José Manuel García Margallo ha apelado en este diario a un «gobierno de salvación nacional»; y José María Aznar, ha recordado -sin añadir más matices- que la única alternativa posible al «acuerdo radical del PSOE entre comunistas e independentistas» es la de «un gran acuerdo constitucional». La presión de sectores del partido sobre el núcleo duro de Pablo Casado es evidente.

Por eso ayer Génova se apresuró a enfriar el debate, si no a frenarlo en seco. La vicesecretaria general de Política Social, Cuca Gamarra , dio por hecho en TVE que Pedro Sánchez ya ha elegido socios, que Casado no se plantea «escenarios hipotéticos» y que «no podemos mentir a los españoles» ante la lógica impuesta por Sánchez: «Estamos en la realidad -zanjó-, y es la que es, nos guste o no. Podemos querer otro escenario, pero quien tiene la iniciativa es Sánchez y ni siquiera nos coge el teléfono».

Pero lo cierto es que en el PP conviven estos días dos teorías. «Hay una pulsión evidente -reconocen fuentes del partido- para desear que Sánchez pacte con Podemos y el secesionismo, y se estrelle. Sería una manera dura de tratar al votante de la derecha como adulto para que se dé cuenta de que la fragmentación del voto trae consecuencias muy nocivas para España, y reaccione». Pero hay una segunda posición, más constructiva, aducen sus partidarios, según la cual «nada de lo que sea malo para España es bueno para el PP».

«No regalar un Gobierno en solitario»

Desde esta perspectiva, en la que coinciden quienes pretenden lanzar a Sánchez un salvavidas condicionado, el «rescate» del PSOE adquiriría fórmulas diferentes. Y en ningún caso pasaría por «regalarle» el Gobierno en solitario con una abstención patriótica. Muy al contrario, solo podría ser con un hipotético gobierno de «gran coalición», incluso con los restos de Ciudadanos , para compartir riesgos y visibilizar unidad constitucional. En ningún caso, una «abstención patriótica» para que después Sánchez tuviese vía libre para pactar con Podemos u otros partidos.

Sin embargo, Sánchez está haciendo el trabajo sucio al PP con inusitadas prisas. Es el PSOE quien ha descartado de antemano cualquier solución con el PP, alegan desde Génova, «con lo cual, abrir este debate no solo resulta incómodo, sino también corrosivo para el partido porque nos desgasta, como ha desgastado a Ciudadanos». Simplemente, recuerdan, Sánchez se ha limitado a exigir una vez más los votos gratis de cualquier partido para gobernar en solitario. «Y eso es una quimera».

«Una abstención, ni de broma»

«No podemos abstenernos ni de broma -sostienen en la dirección del PP-. Si hacemos algo, lo hacemos bien. Un pacto constitucional a fondo. Con notarios si hace falta… pero es que Sánchez no es fiable. Por eso ha decidido, y parece que sí le saldrá, asumir el coste del chantaje que está exigiendo el separatismo: una consulta, Pedralbes, excarcelaciones, amnistía…»

Así, Casado sigue alimentando la tesis de «oposición, oposición, oposición», porque Sánchez está en la de «abrazo, abrazo, abrazo» con la izquierda y el independentismo. « No ha dado ninguna opción constitucionalista al PP … Entonces, ¿abrimos en Génova ese debate para desgastarnos innecesariamente, mostrar fricciones en público y puntos de vista diferentes? Más aún si Sánchez ni siquiera hace amago de pedirnos nada más que un cheque en blanco… El temor a una futura desnaturalización del papel del partido como oposición fuerte y a una fuga masiva de votos a Vox también influye… Nadie podrá decir lo contrario».

La tesis del «doble tripartito» con ERC

El diagnóstico de Génova es que Sánchez no va de farol para romper en última instancia con Podemos o ERC, y que avanza a pasos de gigante hacia el «doble tripartito»: en el Gobierno de la nación y después en la Generalitat, cuando ERC pueda deshacerse de Joaquim Torra y ganar junto al PSC la batalla por el poder de un separatismo fragmentado.

Esta tesis es abonada también, por ejemplo, por Jaime Mayor Oreja, apartado de las cuestiones orgánicas del PP, pero considerado un referente. Para el ex ministro del Interior, ofrecer una salida a Sánchez es un error. « Es un falso debate, un no debate … Sería debate si en la mente de Sánchez estuviera esa posibilidad. Pero esta operación está configurada desde hace años, incluso desde que Rodríguez Zapatero inició su acuerdo con ETA. El frente popular socialista y nacionalista no es flor de una noche de verano, sino una operación de deslegitimación del sistema de larga trayectoria con partidos que quieren enterrar la Transición».

Mayor Oreja: «No hay nada que pactar»

«La izquierda -recuerda Mayor Oreja a ABC- lo cambió todo cuando el PP ganó por mayoría absoluta en el 2000. Todo el nacionalismo pactó entre sí, incluso con ETA, como hizo ERC en Perpiñán, y solo faltaba que el PSOE se uniese a ese proceso para imponer un nuevo orden político, social y territorial. En eso estuvo Zapatero y en eso es en lo que está Sánchez. Por tanto, no hay nada que pactar con él, sino oponerse… Es que la izquierda ha querido enterrar al PP. No veo posible ofrecer ni disposición ni colaboración a quien quiere fulminarte». Según Mayor, la derecha solo tiene una alternativa tras las elecciones del 10-N: «Unirse, y aclarar cómo va a fraguar una alternativa. Y hoy son el PP y Vox. No hay más. Lo tendrán que hacer…»

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