BCE: ¿y ahora qué hacemos ante la guerra en Ucrania?

Christine Lagarde, la presidenta del supervisor, está abierta a medidas extraordinarias por la situación causada por la invasión rusa

La guerra también tiene leyes: cuáles son y cómo se aplican

Christine Lagarde, presidenta del BCE Reuters / Vídeo: ATLAS

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Las ingentes inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) en el sistema monetario europeo, junto a sus compras de deuda, tanto pública como corporativa, han servido de respiración artificial para varios periféricos europeos durante las dos últimas crisis. La debilidad de la recuperación llevó al BCE a prolongar esas ayudas y, solamente forzado por una inflación que amenazaba con escapar a su capacidad de control, se disponía a dar los primeros pasos de retirada de estímulos. Pero hete aquí que la invasión de Ucrania y sus consecuencias económicas en Europa enfrenta al BCE a un nuevo y endiabladamente complicado escenario: la incertidumbre sobre el crecimiento se ha disparado al mismo tiempo que lo hace a inflación .

«El conjunto de consideraciones macro hará que la decisión sea muy difícil. Aunque esperamos que el BCE se muestre cauto y haga hincapié en las incertidumbres que rodean a los elevados riesgos geopolíticos, esto se verá compensado por las crecientes impresiones sobre la inflación y las proyecciones de inflación a corto plazo revisadas al alza», dice Peter Goves, analista de renta fija de MFS Investment Management, que considera la reunión que mantendrá hoy el Consejo de Gobierno del supervisor como una de las más complicadas a las que se ha enfrentado el gremio hasta hoy. «Esperamos que confirme la finalización del PEPP en marzo, pero más allá de eso creemos que el BCE querrá esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo afecta el empuje de la inflación de los costes a las perspectivas de crecimiento», continúa. Y añade: « Pensamos que es poco probable que el BCE se comprometa de antemano a eliminar el programa PEPP antes de lo previsto en el calendario actual ».

A esta visión contribuyen las últimas declaraciones de Olli Rehn, gobernador del Banco de Finlandia, que ha adelantado que, «dada la situación, debemos tomarnos un momento de reflexión en los que respecta a la normalización gradual de la política». Pero sobre todo han calado las declaraciones de Christine Lagarde , que se reitera en la afirmación previa al bazuka prepandemia: «Tiempos extraordinarios requieren medidas extraordinarias».

Los mercados especulan con la posibilidad de que despliegue medidas regulatorias para aliviar a los bancos con exposición a Rusia, entre los que destacan el francés Societé Generale, el italiano Unicredit o es austriaco Raiffessen . Solo la banca española, sin mayor presencia en Rusia, ha perdido una quinta parte de su capitalización bursátil desde el 24 de febrero, unos 26.000 millones de euros. Si hasta mediados de febrero se daba casi por hecho que el BCE anunciase hoy mismo la primera de las subidas de tipos de interés, hoy ya nadie cree que pueda dar ese paso. En el mejor de los casos, según un sondeo de Reuters entre medio centenar de analistas, no se espera la primera subida de tipos al menos hasta final de año.

«El conflicto entre Rusia y Ucrania ha generado dudas sobre si el BCE anunciará este jueves la normalización de su política monetaria, aspecto que parecía muy probable hace apenas dos semanas», señala Germán García Mellado, de A&G, que describe la ecuación de difícil resolución a la que se enfrentan hoy los consejeros: «En esta reunión, la autoridad monetaria revisará sus expectativas de crecimiento e inflación . Con la escalada de tensión bélica se han incrementado sensiblemente los riesgos a la baja de crecimiento y al alza de inflación, lo que deja al BCE en una situación complicada a la hora de intentar enfriar la inflación esperada sin tensionar en exceso las condiciones financieras, aspecto que tendría un efecto negativo adicional sobre el crecimiento económico».

García Mellado espera que el BCE siga con la retirada de estímulos anunciada, la reducción del programa de compras e incremento de los tipos de interés, «pero que esta sea probablemente acompañada con un mensaje de mayor flexibilidad, dependiendo de cómo evolucione la guerra en Ucrania». «Respecto a los tipos», añade, «habrá que ver si sigue comunicando que subirá la tasa de depósito poco después de la finalización de las compras netas de bonos. El mercado, que en momentos previos al conflicto ponía en precio una tasa de depósito en terreno positivo para finales de año, actualmente descuenta un movimiento más suavizado».

El BCE había anunciado previamente que pondría fin en marzo a las compras netas de activos del programa PEPP y que elevaría a 40.000 millones de euros mensuales el programa APP, el mecanismo que lleva activo desde 2015. Pero la guerra ha cambiado muchas cosas y ahora el Consejo debe centrarse en manejar los nuevos riesgos y todo apunta a que gana fuerza la política de mayor flexibilidad.

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