El «vuelva usted mañana» renace en tiempos de coronavirus
El parón administrativo provocado por la crisis sanitaria pone al límite la paciencia de los ciudadanos al hacer cualquier trámite y obliga a trabajar al borde de sus posibilidades a las asesorías y gestorías fiscales, que no dan abasto
Mariano José de Larra lo advirtió con su famoso «vuelva usted mañana». Para tratar con la Administración siempre ha sido necesario cargarse de valor y tiempo. Un poquito más, si cabe, justo después del gran golpe de la pandemia de coronavirus en España. Y si no, que se lo pregunten, por ejemplo, a Pilar Abril, que lleva semanas dándose de bruces con las puertas de la Seguridad Social para hacer los papeles de la jubilación de su marido: « Estoy llamando desde abril y no hay manera , esto ya se pasa de castaño oscuro».
«Mi marido hizo los 63 años el 19 de abril y se jubilaba, pero claro, el tema está en que intentamos gestionarlo antes pero nos dijeron que no podían hacer nada porque estaba todo parado por el tema del coronavirus y que llamáramos otra vez a los 15 días», comienza esta mujer, que no se rindió: «Entonces llamé otra vez, fui a la Seguridad y Social y no había gente para atender, estaba cerrado, así que llamé al teléfono que pusieron en un papel en la puerta y saltó el contestador porque tampoco me contestaron».
Abril, pese a los problemas, ha insistido varias veces más durante las últimas semanas e incluso volvió a la sede de la Seguridad Social sin poder llevar a buen puerto el trámite, ya que hay menos personal que en una situación normal. «Además parece que no podemos hacer esta gestión por internet», indica esta mujer turolense, quien adelanta que seguirá intentándolo pese a todos estos problemas, que no son exclusivos de los particulares.
Recientemente se acaba de cerrar el plazo para presentar la declaración de la renta y este procedimiento, que se sucede todos los años, no ha supuesto un mayor inconveniente para todos aquellos que dominan las herramientas telemáticas que permiten hacer la declaración por internet. Sin embargo, aquellas personas que por desconocimiento, edad o cualquier otro motivo no están acostumbradas han tenido problemas. Más todavía al comprobar cómo los gestores y asesores fiscales a los que recurrían habitualmente estaban desbordados de trabajo.
Plazos tributarios
Fuentes del sector consultadas por ABC diagnostican que el problema principal está en que no se han ampliado los plazos para realizar ciertos trámites, aunque la Administración haya estado parada durante semanas. Adolfo Jiménez, presidente de la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios (Asefiget), explica que la avalancha de ERTE que se ha producido en los últimos meses ha llevado a las plantillas de las asesorías al límite de su capacidad. «En todos los sitios, la mitad de la plantilla está con los ERTE . Todos hemos tenido que desviar unos esfuerzos terribles al tema laboral y todavía siguen trabajando en ello porque ahora se están actualizando muchos procedimientos de ERTE. Eso, unido a que no se han aplazado los impuestos…», suspira Jiménez.
«Es una avalancha de trabajo y lo que no entiendo es que si se ha parado el país y estamos todos trabajando en peores condiciones, no se hayan ampliado los plazos», critica Alberto Hernández, gerente de estudio asesor La Ronda, en Teruel, que precisamente recibió la llamada de Abril cuando constató que no podía tramitar la jubilación de su marido. «A los asesores nos viene gente que antes iba a la mesa de la Seguridad Social o Hacienda y que estos días no les han atendido», confirma Hernández, quien reconoce haber estado haciendo declaraciones de la renta hasta apenas unas horas antes de cerrar el plazo y haber tenido, incluso, que renunciar a trabajo.
«La carga ha sido brutal y no ha habido la más mínima compasión», censura Jiménez, quien es consciente de que, aunque ha llegado el calor y el coronavirus la Administración echa a andar poco a poco, le queda un verano y un cierre de año complicados por delante. La gente seguirá llamando a las puertas de una Administración más saturada que de costumbre y que tendrá que seguir diciéndoles a muchos eso de «vuelva usted mañana».
«Tienes la preocupación de qué va a pasar con la pensión y todo esto nos ha pillado en medio. Pero bueno, que no vengan más cosas . Al menos la familia está bien y ya se solucionará el tema si Dios quiere», manifiesta Abril intentando buscarle un punto positivo a tanto problema.
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