LA ESPAÑA HECHA ASI MISMA

El negocio que se acurruca en el calor de la tradición

Es una pequeña empresa de diez trabajadores que ha logrado situar en el mundo sus mantas artesanales tejidas con la mejor lana

Mantas Grazalema ha logrado que sus prendas sean reconocidas en los mercados internacionales ABC
Susana Alcelay

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Se dice que Grazalema es el pueblo más lluvioso de España, lo que hace que sus pastos estén bien alimentados y den muy buena lana. Para muchos este es uno de los secretos de la calidad de sus mantas, lana más limpia y de mayor calidad que en otras zonas. Es su factor diferenciador, como lo es el sello de la tradición artesanal que está impreso en la elaboración de estas prendas características de la sierra gaditana.

Durante el siglo XVIII y la primera parte del XIX Grazalema fue un pueblo puntero de la provincia de Cádiz por sus productos de lana. Enrique Romero de Torres cuenta como antes del incendio que destruyó el archivo municipal de la localidad este contenía un real decreto según el cual Felipe V había otorgado privilegios a los artesanos que fabricaban textiles y productos de lana.

En Grazalema ya no quedan tantas fábricas como entonces, pero se siguen tejiendo esos renombrados paños y mantas con fidelidad absoluta a la tradición. Así lo hace Mantas Grazalema , una pequeña empresa de diez trabajadores fundada por José Mario Sánchez, donde el proceso de fabricación, que comienza con el urdido, atado, tejido, batanado y perchado, está en manos de tejedores y acabadores de productos de lana de calidad, lo que confiere a sus piezas ese aire característico de distinción.

Esta pyme cuenta con clientes den Berlín, París, Zurich, Amsterdam o Londres ABC

Mario Sánchez, director general de la firma andaluza e hijo del fundador, asegura que l a actual fábrica se construyó a principios del siglo XX. Relata que la llegada de la electricidad a la localidad a mediados del siglo pasado supuso un avance tecnológico importante para la época ya que hasta entonces era la fuerza hidráulica la que impulsaba la maquinaria. Fue en los ochenta cuando se construyó la nave anexa en la que actualmente se producen las mantas.

Mantas Grazalema ha logrado que sus prendas sean reconocidas en los mercados internacionales. Tiene clientes en Berlín, París, Zurich, Amsterdam, Londres y hasta hace poco en Tokio , aunque los costes de transporte hicieron imposible que las relaciones se mantuvieran. La firma cuenta además con importantes distribuidores en Francia y Suiza y recientemente han cerrado un acuerdo para fabricar sus «plaids» de pie de cama de un hotel de lujo en Noruega. El Hotel Majestic de Barcelona es cliente habitual para mantas de cama.

Tirón internacional

Pero como la tradición no está reñida con la modernidad, la enseña gaditana ha diversificado y fabrica también bufandas de lana, que surte a dos marcas españolas con presencia internacional . Distribuye sus mantas estriberas y ponchos a mayoristas del mundo del caballo y se ha centrado también en complementos de mujer. Explica Mario Sánchez que Mantas Grazalema cuenta con una gama de complementos de mujer entre los que destacan ponchos de lana y las capas, además de bufandas y chales como principales accesorios. Las corbatas, bailarinas y próximamente cinturones terminan de completar el porfolio de accesorios de moda en lana.

Dice Sánchez que en los últimos años la tienda online y la posibilidad de personalizar las mantas con nombre bordado «ha hecho que el consumo aumente sobre todo en invierno, y en épocas previas a Navidad». Apunta que la calidad y suavidad de la manta acompañado de una buena presentación en caja individual hacen que el producto haya tenido muy buena acogida en la red.

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