Los mercados piden que Mario Draghi recete mañana más «paracetamoles»

Nadie duda de que el BCE volverá a mover ficha en la reunión de este mes, la pregunta es si logrará satisfacer las expectativas de los inversores

BERLÍN Actualizado: Guardar
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El Banco Central Europeo (BCE) celebrará en la reunión del Consejo de mañana jueves el primer aniversario de su programa de expansión monetaria, pero no será una celebración festiva. La inflación de la Eurozona permanece en terreno negativo y la subyacente en niveles tan bajos que no permite otear una mejora. Nadie duda que Draghi volverá a mover ficha este mes, la pregunta es si con su movimiento logrará satisfacer las expectativas de los mercados, que esperan “una política monetaria expansiva más agresiva”.

El profesor de CUNEF, Carlos Salvador, sugiere que el BCE podría lanzar “una ampliación del importe de las compras mensuales de deuda, actualmente presupuestadas en 60.000 millones de euros mensuales, una redefinición del programa QE, considerando la posibilidad de adquirir otros activos de renta fina con menos calificación crediticia, y una modificación de las condiciones de las operaciones de facilidades permanentes de crédito y depósito que incluiría reducción del tipo de interés al que presta a los bancos comerciales a un día e incremento del tipo de interés negativo que reciben los bancos por depositar liquidez en el BCE”.

También contempla “una operación LTRO de financiación a largo plazo con vencimiento a cuatro años, otra barra libre condicionada a la concesión de créditos a la economía real”. Pero al igual que muchos otros expertos, Salvador admite que “toda esta batería de medidas no convencionales de política monetaria, Draghi está recetando paracetamoles a la economía europea, con el fin de ganar tiempo para llevar a cabo una operación quirúrgica en el que se implanten reformas estructurales destinadas a mejorar la eficacia del mecanismo de transmisión de política monetaria y abrir el grifo de la financiación a las empresas y hogares”. La pelota de la auténtica recuperación sigue estando en el tejado de los gobiernos.

Los gobiernos europeos, sin embargo, parecen ocupados en todo menos en reformas estructurales de calado, mientras el contexto global se enfría por momentos. Los mercados llaman a la puerta de Draghi en busca de recetas de contención de los síntomas y esperan que recorte su tasa de depósitos en al menos 10 puntos básicos, además de la ampliación del programa de compras de activos. Commerzbank anticipa un recorte a 20 puntos básicos en la tasa de depósitos y un aumento de 20.000 millones de euros en la compra de activos mensuales porque “no quieren decepcionar en esta ocasión", explica su estratega Rainer Guntermann, en comparación con la anterior jugada de Draghi.

Estas altísimas expectativas serán difícilmente saciadas por completo, sobre todo porque el BCE debe justificarse ante los detractores de su política, los miembros alemanes del Consejo, y mirar por los efectos en los bancos a largo plazo. Si mantiene en el tiempo la política del dinero gratis para todos, los bancos deberán seguir también una política de tipos bajos en los intereses de sus créditos y no podrán generar resultados suficientes para equilibrar sus costes y mejorar sus niveles de rentabilidad. Draghi es consciente de que no se puede uno pasar toda la vida tomando paracetamoles.

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