La fiebre por las apuestas deportivas coloca al sector del juego en cada esquina

El riesgo de fomentar la ludopatía divide a la industria y a las asociaciones vecinales

JAIME GARCÍA

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En Internet. En la televisión. En los estadios de fútbol. Y, desde hace unos meses, en tu propio barrio. Las casas de apuestas deportivas han salido de la Red y ahora se expanden por las calles de ciudades como Madrid. Una tendencia que ha encendido las alarmas de asociaciones de vecinos y partidos políticos. Sobre todo porque existe la certeza de que el nuevo azar y su envoltorio deportivo está atrayendo a miles de jóvenes.

La realidad del sector va por barrios. Según los datos aportados por la Comunidad de Madrid, el número de locales específicos de apuestas deportivas se ha multiplicado por cuatro en los últimos cinco años. En Andalucía, el crecimiento del número de salones de juego durante este año ronda el 23% gracias a esta nueva modalidad de apuestas. Mientras, este tipo de juego sigue siendo prácticamente inexistente en regiones como Extremadura.

Hay que tener en cuenta que el sector se ha desarrollado alrededor de una regulación compleja y heterogénea. Mientras la parte digital del juego está en manos del Estado, la actividad que se desarrolla de forma presencial la controlan las comunidades autónomas. Como consecuencia, hay territorios en los que el juego ha estado prohibido hasta hace relativamente poco. En otros, está prácticamente liberalizado. Madrid se encuentra en este último grupo .

Por ejemplo, en la capital no es necesario dejar un espacio mínimo entre una casa de apuestas y otra. Una circunstancia que, según explican los propios representantes del sector, ha alentado el crecimiento de las franquicias de apuestas deportivas en determinados barrios.

Alejandro Landaluce, director general de la patronal Consejo Empresarial del Juego (CeJuego), afirma que en estos casos se produce un «efecto llamada» que impulsa cierta «concenctración» de casas en determinadas zonas. Además, reconoce que las apuestas deportivas atraen más a los usuarios jóvenes porque «son más apetecibles que otros para ellos». Pero descarta que este auge sea algo peligroso. « La apuesta media son 6 euros. No se puede considerar que exista un problema creciente de ludopatía en España. El 99,5% de la gente que juega lo hace de forma responsable», explica Landaluce.

¿Significa esto que los españoles juegan más ahora? Según Landaluce, no. El director general de CeJuego apunta que en la última década el sector se ha reducido un 24%. «Es cierto que las apuestas deportivas han crecido con fuerza, pero también se han cerrado muchos bingos», explica.

Es decir, las modalidades digitales están ganando terreno en detrimento de los segmentos más «tradicionales», aunque todavía representan un 6% de esta particular industria . Prueba de este crecimiento es que el número de jugadores (personas físicas que juegan) y usuarios (las cuentas que utilizan estos jugadores) digitales se han duplicado en los últimos cinco años, según las cifras de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ). Con todo, la versión «online» del juego todavía representa un 6% de esta particular industria.

Mikel López de Torre, presidente de Jdigital, asegura que muchas compañías de apuestas llevan años instauradas en nuestro país. Además, critica que propuestas como la realizada por Podemos recientemente reflejan que «existe un gran desconocimiento sobre el sector». La formación morada ha reclamado crear un impuesto especial para las casas de apuestas y prohibir su publicidad. «Ya pagamos tributos especiales por nuestra actividad. Y las empresas del sector no se pueden desgravar el IVA, por ejemplo», apunta López de la Torre. Con todo, el año pasado se rebajó cinco puntos el Impuesto sobre Actividades del Juego, que grava las apuestas digitales.

Movilización vecinal

Los argumentos del sector del juego, sin embargo, no convencen a colectivos como las asociaciones de vecinos. Esta misma semana, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) ha realizado un encuentro para reclamar a la comunidad que endurezca la normativa sobre las casas de apuestas deportivas. «La regulación es del año 2001 y está desfasada. Además, no se está cumpliendo, porque muchos establecimientos dejan entrar a menores, algo que está prohibido», explica Silvia González, vocal de la asociación. «Es una problemática social cuyo impacto va a ser visible en pocos años», añade.

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