La crisis en Turquía pone más tensión a las relaciones entre Washington y Ankara

La delicada situación económica turca no la ha desaprovechado Trump para empujar al país otomano a pedir un rescate

AFP

ABC

Turquía vivió ayer un viernes negro. Desde hace meses vive una depresión económica que está causando la desconfianza de los inversores, un hecho que se ha intensificado esta semana con una caída de su divisa , la lira, de más de un 20% respecto al dólar estadounidense. Los expertos atribuyen la depreciación de la moneda turca a la fragilidad de la economía del país euroasiático, basada sobre todo en el consumo interno , con un alto déficit comercial y necesitada de inversiones extranjeras.

Esta delicada situación no la ha dejado pasar el presidente de EE.UU., Donald Trump. Ayer, el mandatario estadounidense anunció duplicar los aranceles al acero y al aluminio al país otomano, hasta el 20% y el 50%, respectivamente. «Acabo de autorizar que se doblen los aranceles sobre el acero y el aluminio de Turquía ya que su moneda, la lira turca, se deprecia rápidamente hacia abajo contra nuestro fuerte dólar», fueron las palabras de Trump en la red social Twitter. Con esta decisión, Turquía se queda a las puertas de pedir un rescate financiero al FMI, aunque de momento el presidente turco, Tayeep Erdogan, no contempla este escenario.

«¡Nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento!», escribió también Trump ayer. Y es que durante las últimas semanas ambos países se han estado atacando con distintas medidas . En concreto, hace una semana EE.UU. anunció la imposición de sanciones económicas contra los ministros turcos de Justicia, Abdülhamit Gül, y de Interior, Suleyman Soylu, por su papel en el arresto en Turquía del pastor protestante estadounidense Andrew Brunson, que fue detenido en octubre de 2016.

La Fiscalía turca pide hasta 20 años de cárcel para el religioso al considerar que tiene lazos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla secesionista kurda de Turquía, y que está vinculado también con la red del predicador islamista Fethullah Gülen , exiliado en EEUU y al que Ankara achaca el fallido golpe de Estado de hace dos años.

Esta situación parece haber sido el detonante de la tensión en una relación que ya estaba marcada por las discrepancias sobre el apoyo de EEUU a las milicias kurdas en Siria en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico, una cuestión que Erdogan ha criticado abiertamente en reiteradas ocasiones , entre otras cuestiones.

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