Los bancos ya cobran a empresas por sus depósitos ante la política del BCE

Las entidades negocian también condiciones especiales con la Administración pública a cambio de guardarle su dinero

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La política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) ha derivado en una anomalía financiera: que no se cobre o incluso se pague por prestar dinero . Y en ese contexto a la banca no le salen las cuentas, pues debe dar crédito cada vez más barato y al mismo tiempo pagar por su exceso de liquidez. Para compensar ese escaso margen, no solo ha reducido casi a cero la remuneración de los depósitos; varios de los principales bancos españoles confirman que ya cobran por guardar el dinero de grandes depositantes y se plantean extender cada vez más esta medida entre los clientes corporativos e institucionales.

«Guardar su dinero nos cuesta dinero a los bancos, y eso no tiene sentido», señalan desde una entidad. Una de las medidas tomadas en los últimos años por el BCE para tratar de impulsar el crédito y la economía fue fijar una tasa negativa, ahora en el -0,4%, al dinero que el sector guarda en el propio banco central cuando tiene liquidez de sobra. Si hasta 2012 les pagaba por ello, ahora esa tasa de facilidad de depósito cuesta al conjunto de la banca europea unos 7.000 millones de euros al año.

Para aminorar ese gasto, los bancos, según fuentes del sector, están trasladando desde 2017 ese coste y cobrando por sus imposiciones a plazo fijo a grandes clientes institucionales, principalmente aseguradoras y gestoras de fondos. Además, ya han comenzado a cobrar a grandes empresas cuando estas hacen depósitos muy voluminosos en momentos de picos de tesorería.

El sector público

La banca también empieza a debatir si ese coste debe repercurtirlo a otro gran cliente institucional: la Administración pública. Desde el sector aclaran que en general no se aplica aún tipos negativos a los depósitos del sector público, pero sí que se ha reducido al 0% o se negocian contrapartidas como la contratación de líneas de crédito.

Hay que tener en cuenta, como señalan fuentes del sector, que la ley impone a autonomías y ayuntamientos un principio de prudencia financiera que acota lo que pueden pagar por la financiación bancaria que pidan, lo que limita mucho los ingresos de la banca por prestar a la Administración.

A raíz de la reducción del déficit público y que muchas administraciones ya registran superávit, municipios y comunidades han elevado notablemente sus depósitos bancarios, y al cierre de 2018 la Administración atesoraba 102.891 millones en plazos fijos . Y la imposibilidad de las entidades de pagarles por esa liquidez ha quedado patente en la adjudicación pública de algunas de las últimas grandes cuentas.

El FROB convocó a finales de 2018 un concurso para adjudicar la cuenta de su operativa diaria, y en un principio la puja quedó desierta porque el pliego de condiciones del fondo de rescate fijaba que el banco no podría cobrarle intereses. Al final tuvo que eliminar ese condicionante para poder adjudicarla bajo las siguientes condiciones: la entidad que se hizo con la cuenta, Caixabank, no le remunera los saldos medios de hasta tres millones, y por aquellos superiores el FROB pagará el 0,4% que el BCE cobra al banco.

La banca aclara que el cobro por las imposiciones a empresas y clientes institucionales no es una medida generalizada, sino que se negocia caso por caso con, y que se cobre o no o se imponga un interés más o menos alto dependerá del grado de vinculación de la empresas , es decir, del número de productos que tenga suscritos con la entidad.

De hecho, el interés medio que cobra la banca española a las empresas sigue siendo por ahora positivo, del 0,23% por un plazo fijo a un máximo de un año, según las estadísticas del Eurosistema. Mientras, en otros países esa tasa ya es negativa. En Bélgica las empresas pagan de media un 0,08%, en Holanda un 0,04% y en Irlanda un 0,01%. Y aunque en Alemania las entidades están remunerando ahora de media las cuentas con un 0,01%, desde marzo de 2016 y hasta final del año pasado aplicaron tipos medios negativos.

Que los bancos españoles empiecen a cobrar a las empresas de forma generalizada dependerá en buena parte de la próxima decisión del BCE. El organismo acaba de anunciar una posible rebaja de tipos en sus próximas reuniones , en referencia a esa tasa de facilidad de depósito. Si, por ejemplo, pasa del -0,4% al -0,5%, esto elevaría el coste que ya supone para los bancos tener liquidez en sus balances.

¿Cobrar a las familias?

El propio banco central concluye en un papel de trabajo publicado este mes que «los bancos pueden cargar intereses negativos a una porción significativa de sus depósitos», en referencia a las empresas. El argumento del BCE es que las compañías no pueden hacer operaciones cotidianas como pagar a empleados y proveedores y cobrar a sus clientes sin depósitos. En cambio, recuerda, los particulares pueden retirar más fácilmente su dinero de sus cuentas.

Y ese temor a una retirada masiva de fondos de los particulares es el motivo por que el los bancos rechazan que vayan a cobrar a las familias por sus depósitos . Otra cosa es que no se los remuneren nada o casi nada y sus cuentas, en caso de no ser clientes vinculados, lleven aparajadas comisiones.

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