El Banco de España reconoce como posible recortar el gasto en pensiones y buscar nuevos ingresos
El supervisor sostiene que con mejorar el sistema de trabajo no será suficiente para garantizar la viabilidad del sistema de la Seguridad Social
Si bien esta semana se ha conocido que la deuda de la Seguridad Social está próxima a tocar los 50.000 millones de euros (4% del PIB), la reforma del sistema no cuenta con una reforma clara a la vista. Más aún con el Gobierno en funciones y tras sumar ahora el 10-N cuatro elecciones generales en cuatro años. Bajo este panorama, el Banco de España ha sacado a relucir, de nuevo, las carencias de la viabilidad del sistema. «Vivir más es bueno, pero esto hay que financiarlo» , ha comentado Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del supervisor, en el evento anual sobre pensiones organizado por BBVA.
El gasto en pensiones continúa al alza y la previsión del Banco de España es que la tendencia se mantenga. Básicamente, por la pirámide poblacional de España . Ante ello, Arce ha reclamado reformas de calado (como las sucedidas en 2011 y 2013, con efecto limitado). «El sistema público de pensiones está en una situación en la que es necesario apuntalar su viablidad financiera y viabilidad social/política. Lo cual dado la magnitud del reto financiero al que se enfrenta el sistema va a conllevar la necesaria movilización de muchos recursos. Y el orden de magnitud de la reforma implica que posiblemente requiera utilizar todas las palancas disponibles», ha destacado. Entre ellas, «un ajuste de las fuentes de gastos e ingresos del sistema» .
Hay quien estima que con mejorar el sistema laboral español se mitigarían los efectos de la evolución demográfica de nuestro país. Sin embargo, desde el Banco de España desmienten ese argumento con datos: con una tasa de empleo del 80%, se cubriría apenas la mitad del gasto en pensiones a causa del factor demográfico. En consecuencia, Arce destaca que «puede no ser suficiente para afrontar el desfase entre ingresos y gastos».
La etapa de superávits en el sistema que sucedieron en la etapa precrisis tocaron a su fin al mismo ritmo que el empleo se desplomaba y se perdieron millones de puestos de trabajo. Concretamente se pasó del 1,5 puntos de PIB de superávit a un déficit crónico.
Nuevas reformas
Así, el representante del Banco de España ha asegurado que las circunstancias en que se mueve actualmente el sistema «suscita ciertas cuestiones acerca de qué decisiones se van a tomar para apuntalar la viabilidad financiera del sistema y constata la necesidad de que esa reforma que venga se logre en base a acuerdos políticos amplios. Es la garantía para que el sistema sea viable financiera y socialmente». Un llamamiento a los partidos políticos para que se pongan a trabajar; harto complicado en estos momentos con un Gobierno en funciones y un parón político recurrente los últimos ejercicios. Incluso, España iniciará 2020 con los Presupuestos Generales del Estado de 2018 de Cristóbal Montoro.
Arce ha recordado que el problema no ha surgido de los ingresos sino de los gastos. El déficit proviene del aumento de la tasa de dependencia de las pensiones, en torno al 30% en la actualidad. Es decir, que hay un pensionista por cada tres personas en edad de trabajar. Y entre los cálculos de la entidad está que nuestro país tendrá una tasa de dependencia del 50% en el futuro, lo que «añade una presión extra al sistema muy considerable».
Esa evolución demográfica que atenaza al sistema español, según Arce, provocaría un aumento del gasto en pensiones de entre 5 y 7,2 puntos de PIB en 2035 y entre 7,6 y 13,6 puntos en 2050. Cifras a las que habría que añadir la posibilidad que siempre planea de vincular pensiones al IPC. Según cálculos del Banco de España, esto último aumentaría la factura de pensiones en 2 puntos de PIB en 2030 y más de 3 puntos de PIB en 2050. «Tendría un impacto muy significativo sobre el gasto del sistema», ha comentado Arce.
Asimismo, Arce ha planteado algunas de las opciones que los expertos manejan para tratar de atajar el problema de las pensiones. Entre ellas, vincular las prestaciones a la esperanza de vida y, también, reequilibrar el déficit de ingresos con más impuestos. Sin embargo, respecto a esto último el director general de Economía del Banco de España ha advertido que esa fórmula tendría efectos sobre el carácter contributivo del sistema, el cual aboga por mantener.
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