Un acelerón tecnológico para suavizar los atascos nuestros de cada día

Las soluciones inteligentes para descongestionar el tráfico urbano se multiplican para poner una alfombra roja al coche conectado y al autónomo

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Menos accidentes de tráfico; menos emisiones de CO2, y en consecuencia menos consumo energético, en este caso de combustible; menos tiempo perdido en desplazamientos… Ante tales ventajas no es de extrañar que cada vez más ciudades caminen hacia una eficiente gestión del tráfico en sus principales calles y arterias. Para ello multinacionales, grandes empresas, universidades, startup y pymes están dando forma a productos y soluciones tecnológicas inteligentes con el fin de optimizar el tráfico urbano y acabar, o por lo menos reducir, los temidos atascos. Nuevos sistemas que harán de nuestras metropolis lugares más cómodos, eficientes y sostenibles por donde desplazarse. Ejemplos de estas experiencias ya hay no solo en grandes urbes como Madrid, Barcelona o Valencia, sino también en otras muchas localidades con menor densidad de población repartidas por toda nuestra geografía.

Ya no basta que el navegador del coche o una app en el móvil recomienden una ruta alternativa para evitar una congestión, ni que los ayuntamientos estén impulsando el uso de aplicaciones móviles que informen en tiempo real de los aparcamientos libres en una zona determinada o en todo el área urbana. Se precisan soluciones más inteligentes si se tiene en cuenta que en algunas ciudades se pierden de media 15 minutos al día en aparcar el coche, que los atascos cuestan cada año el 1% del PIB de la UE y que generan el 40% de las emisiones de CO2 del transporte por carretera.

Los semáforos inteligentes se pueden regular de forma autónoma o semiautomática

Ahora se trabaja en avanzados sistemas tecnológicos. Hay redes semafóricas que con software de Inteligencia Artificial toman sus propias decisiones, en cuestión de segundos, para controlar la luz roja o verde según la situación del tráfico e incluso pueden predecir que unos minutos más tarde se va a producir un atasco. Se prueban semáforos inteligentes que conocen el tráfico existente en una zona en tiempo real gracias a la información que proporciona, de forma anónima, los teléfonos móviles de los conductores que tienen activado el bluetooth o la red wifi. Algunas ciudades cuentan con pasos de peatones inteligentes dotados de señales lumínicas que advierten del cruce de personas o señales de tráfico convencionales que activan mayor luminosidad cuando detectan la presencia de peatones, ciclistas o vehículos.

A veces son proyectos avanzados y en otras ocasiones ensayos o pruebas pilotos muy concretos. Todas son iniciativas que suponen el primer paso hacia la transición al vehículo autónomo y conectado.

Gestión semafórico

Aplicar soluciones inteligentes a la gestión de los semáforos de una ciudad es una de las tecnologías más extendidas. «Los semáforos no tienen siempre el mismo comportamiento ni periodicidad depende del día, la hora, de incidencias... Por eso suele existir una red de cámaras, radares, lazos magnéticos, sensores y otros dispositivos que recaban datos del tráfico y alimentan un sistema de información que analiza patrones de congestión, va aprendiendo y, en función de cómo se comporta el tráfico rodado, va ajustando los parámetros de los semáforos. Son soluciones muy a medida», explica Francisco Falcone, director del Instituto Smart Cities de la Universidad Pública de Navarra. Es decir, los semáforos controlan sus luces, a veces de forma autónoma y otras semiautomática.

El 40% de las emisiones de CO2 de todo el transporte por carretera provienen de la movilidad urbana

La multinacional Kapsch TrafficCom es una de las compañías que lleva a cabo proyectos de sistemas de regulación adaptativa para gestionar el tráfico en más de una veintena de ciudades en el mundo. En las principales arterias de las ciudades o en zonas estratégicas o vías críticas «se hace una sensorización extensa en diferentes intersecciones (glorietas, cruces...). Los sensores (cámaras, radares...) son detectores que cuentan los vehículos, miden las velocidades, la longitud de la cola que hay en el semáforo, cuántos coches giran y no siguen de frente... Todos esos datos llegan al centro de movilidad, donde se encuentra nuestro sistema adaptativo, que incluye un motor de reglas de Inteligencia Artificial y decide en tiempo real, segundo a segundo, posibles adaptaciones de los tiempos semafóricos: si retener vehículos en un punto para evitar saturaciones o reducir o extender el tiempo de verde de los semáforos para minimizar paradas o para crear corredores de paso en grandes avenidas. Puede incluso predecir la situación en periodos siguientes actuando para evitar embotellamientos o reducir el tráfico en zonas perimetrales de colegios a las horas entrada y salida de escolares», explica José Carlos Riveira, director de Producto de Kapsch TrafficCom.

Esta multinacional también impulsa lo que denomina gestión de la demanda, es decir «influir en el comportamiento de los propios conductores», detalla Riveira. Ahora los navegadores de muchos vehículos y también diferentes aplicaciones móviles hacen recomendaciones de rutas, advierten de atascos... «Se están haciendo muchos proyectos piloto. Es el paso intermedio a sistemas más avanzados. La tendencia es ir al vehículo conectado que puede aportar mucha información al centro de control y recibir también información desde los propios reguladores inteligentes, verdaderos ordenadores. En Málaga hemos ayudado al Ayuntamiento a instalar la infraestructura necesaria para un autobús autónomo. Los reguladores difunden información de los semáforos, así el autobús puede parar o reducir la velocidad si la intersección le comunica que se encuentra en rojo o este se producirá próximamente, por ejemplo», matiza Riveira.

Los atascos cuestan el 1% del PIB de la Unión Europea cada año, eso supone 100.000 millones de euros

GTT Grupo Tecnología del Tráfico también ha desarrollado su propio software basado en algoritmos de Inteligencia Artificial (IA-CAM). A partir de las imágenes de cámaras puede contar vehículos, clasificarlos por peso y tamaño (vehículos ligeros, taxis, emergencias, furgoneta...), detectar incidencias (vehículos en la calzada, velocidades excesivas o bajas...). «El software permite el nivel de automatismo que cada uno quiera», dice esta empresa.

El Grupo ETRA es otra de las empresas que desarrolla soluciones para el control de tráfico adaptativo. « La tendencia es ir a la sensorización masiva con cámaras que incorporan Inteligencia Artificial. Esa información llega al centro de control y, a través de diversos algoritmos, establece los planes de tráfico que saca a la calle», cuenta Antonio Ortín, director del Grupo ETRA. Esta compañía ha desarrollado un gemelo digital de la ciudad, donde se concentra toda la información de tráfico, transporte público, energía, otros modos de movilidad... «Tenemos capacidad de procesamiento, de almacenamiento y de comunicaciones, además contamos con Big Data e Inteligencia Artificial. Eso nos permite gestionar la movilidad de forma más eficiente para distribuir el flujo de tráfico y de personas de manera óptima en toda ciudad», considera Ortín.

Esta compañía dispone además de sistemas avanzados. En Vigo prueba su plataforma Aurora, que permite la interacción entre vehículos conectados y la infraestructura de tráfico urbano. «Hay casi cien intersecciones dotadas con reguladores que disponen de una red de radio de corto alcance. Estos se comunican con vehículos de servicio público conectados (autobuses, ambulancias ...), en los que se ha instalado equipos para recibir esa señal de radio. Así es posible, por ejemplo, que los semáforos se abran para permitir el paso de una ambulancia que acude a un accidente. Paralelamente, toda la información que proporciona el regulador se sube a la nube, de forma que el vehículo se conecta a la nube para recibir esos datos como ya lo hace el conductor a través de una app móvil. El conductor puede conocer así en tiempo real los tiempos restantes de verde o rojo, cualquier incidencia en la vía...», cuenta Ortín.

El coche autónomo

Ya se trabaja en soluciones que parecen llegadas del futuro. Como el sistema que está probando el Grupo de Redes de Computadores – DISCA de la Universitat Politécnica de Valencia y que podría aplicarse a cualquier ciudad. Está pensado para el coche autónomo que está por venir. «Se trata de software de gestión centralizada de tráfico que permite conocer la congestión actual y la futura en una ciudad e incorpora un servidor de rutas. La idea es que una central gestione el tráfico de toda la ciudad. Las autoridades son responsables de indicar al vehículo qué ruta debe seguir. Podría dar órdenes a los vehículos para circular por zonas perimetra les a estadios de fútbol cuando se celebre un partido o a la salida de un concierto, o no dejar entrar en una zona que registra mayores emisiones de CO2», explica Carlos Tavares Calafate, coordinador de este trabajo.

Soluciones inteligentes con su propia seña de identidad que en unos años evitarán los atascos en nuestras ciudades.

Monotorización en autopistas

Autopistas, autovías y carreteras de circunvalación de varios carriles, proximas a ciudades o que atraviesan diferentes núcleos urbanos son también puntos de congestión de tráfico. Para estas situaciones Cintra (en colaboración con otros patners como Microsoft y 3M) ya tiene la tecnología AIVIA. Se trata de corredores conectados: sensores de carretera (detectores de láser Lidars, cámaras de aprendizaje automático, radares de largo alcance...) identifican los eventos de la calzada y lo comunican a los usuarios a través de un plataforma. Los vehículos conectados reciben automáticamente los datos y el resto a través de aplicaciones y paneles digitales. «Se monitorizan todo tipo de incidencia que hay por delante: conductores en sentido contrario, coches en el arcén, atasco en una salida, vehículos de emergencia... para avisar a los conductores», explica Miguel Cargio, de la oficina de Innovación de Cintra.

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