Real Madrid

Una eliminación que salpica a Ancelotti

El técnico, que apenas refrescó a un Real Madrid agotado, confirmó en San Mamés el inmovilismo en sus onces y el papel residual de Hazard, que acabó molesto con él

Ancelotti saluda a Gil Manzano tras caer eliminado en la Copa en San Mamés
Tomás González-Martín

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Bale se partía de risa en San Mamés al ver calentar a Hazard por segunda vez para volver a sentarse en el banquillo a su vera. La indignación que produce el galés en el club y en el madridismo ya no sorprende. Muchas veces se ha pensado en sancionarle por sus faltas de indisciplina con Zidane, con Pintus y ahora con Ancelotti , riéndose en la suplencia. La entidad ha preferido no aplicar castigos públicos porque provocaría una reacción mediática que afectaría negativamente al ambiente del equipo.

El malestar de Hazard sí tiene un significado distinto. Su ausencia del partido disgustó al belga, como molestó a Jovic, que no disputó ni un minuto cuando el delantero centro titular, Benzema, no estaba. Considerado un buen entrenador en la casa blanca, Ancelotti sí ha quedado salpicado por su inmovilismo con los cambios y por esa apuesta por futbolistas cansados como Casemiro, Vinicius y Rodrygo, recién aterrizados en Madrid procedentes de Brasil.

Ancelotti confía en dieciséis futbolistas, lista que forma su once ideal, con Carvajal y Mendy, más Nacho, Lucas Vázquez, Camavinga, Valverde y Rodrygo; el resto no están en su cabeza y la suplencia fija de Hazard, Jovic y Mariano es un mensaje de futuro para que se busquen equipo en julio. Bale, Isco y Marcelo serán baja por final de contrato

La alineación de tres hombres que llegaron a Madrid un día antes y fueron introducidos en el once es la primera crítica que recibe el italiano. Especialmente la titularidad de Vinicius , que había jugado cuarenta horas antes en Suramérica. Ceballos, Hazard, Jovic, Mariano y Bale habían entrenado en Valdebebas durante once días y no tuvieron ni un segundo de fútbol en la cancha rojiblanca. Camavinga e Isco, que también trabajaron estas dos semanas en la ciudad deportiva blanca, jugaron solo veinte.

El análisis más profundo del madridismo subraya la falta de reacción del técnico para inyectar energía o calidad, según lo casos. Camavinga e Isco debían haber entrado antes, al comprobar que el dominio físico del Athletic continuaba hasta el minuto setenta. Fue entrar Camavinga en esos momentos y la pelota pasó a ser del Real Madrid ante un rival que daba signos de desfondamiento. «Yo estaba tieso», reconocía Dani García.

La justificación más difícil es presenciar cómo Hazard, Ceballos y Jovic no jugaban ni un segundo. «Pensaba hacer cambios en la prórroga, pero el gol en los minutos finales lo impidió», advierte Ancelotti .

No han convencido estos argumentos. «No estuvo ágil», es la frase que se escucha en el mundo madridista, dentro y fuera de la entidad. «Espeso», definen otros en una palabra. Líder de la Liga, clasificado en la Champions, ya no puede alcanzar todos los títulos. No es una obsesión, aunque públicamente se diga que se aspira a ganarlo todo. La Copa de Europa y el campeonato liguero son las grandes metas.

Es la incapacidad para frenar a los rivales que imponen la presión total y un ritmo físico muy alto lo que realmente preocupa en el Real Madrid ante la llegada del PSG. No es un equipo, el francés, que ejecute un 'pressing' excesivo, pero sí demuestra un nivel de potencia importante.

Carlo mantiene un estilo de juego claro que se fundamenta en la calidad de Modric y y la posesión de Kroos , pero la idea se cae cuando es el adversario el que manda, sea por fútbol o por pulmones, pues el croata y el alemán no destacan en la faceta defensiva. Sin balón, el esquema sufre. Es el principal problema del conjunto blanco y el Athletic lo sacó a relucir. Es el talón de Aquiles que intentará explotar el París Saint-Germain. Lo sucedido en Bilbao es una advertencia.

La realización de dos meras sustituciones en un partido que requería un redoble aeróbico es el dato que señala al responsable deportivo del Real Madrid, que ha vuelto a utilizar las normas de la vieja guardia, basada en pocos relevos y tardíos, en un fútbol moderno cada vez más apoyado en el oxígeno y menos en la técnica.

Sus decisiones han desvelado que confía plenamente en dieciséis hombres, los que le han otorgado el liderato, y no se mueve de ese espectro. Al once titular que tiene en su cabeza, con Carvajal y Mendy en los laterales, se suman en su predilección Nacho, Lucas Vázquez, Camavinga, Rodrygo y Valverde, que se quedó en el banquillo de San Mamés los noventa minutos tras brillar con Uruguay el día anterior. El resto de jugadores del elenco no están en su proyecto.

La suplencia fija de Hazard, Jovic, Mariano y Bale expresa un mensaje directo, de presente y de futuro. No cree en ellos y les dice que la próxima temporada tampoco tendrán sitio. E l galés, Isco y Marcelo acaban contrato y se marcharán. Los otros tres poseen ficha por más tiempo y el club desea desprenderse de ellos. Pero ante una situación crítica, como la vivida en San Mamés, otros tres cambios habrían venido bien en un equipo sin fuelle, agotado y sin un punta de referencia .

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