MotoGP

Así es la seguridad en MotoGP

Jorge Lorenzo afirmó que el airbag y la espaldera habían hecho su función para que su aparatosa caída quedara en un susto a pesar de que no existe el riesgo cero

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«La verdad es que la caída de Jorge Lorenzo ha sido muy fea. Aún así, seguramente Jorge pruebe a subirse a la moto otra vez. Cuando hay este tipo de caídas hay que intentar encontrar cuál ha sido el problema y solucionarlo. Eso da mucha tranquilidad, saber que eso en concreto no va a volver a fallar. Los pilotos normalmente no solemos tener miedo a volvernos a subir a la moto tras una caída, entendemos que es parte de nuestro trabajo y, siempre que el cuerpo lo permita, puedes volver a estar al mismo nivel rápido. Sabemos que es un riesgo que tomamos, pero normalmente nunca pensamos en ello. Está claro que un error puede pasar factura, pero intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible sin pensar en el riesgo. Pensar en eso nos limitaría mucho a la hora de pilotar », analiza para ABC Ana Carrasco , campeona del mundo de Superbikes 300 . «No podemos pensar demasiado en esas cosas o no sadríamos de casa», confirmó Andrea Dovizioso.

Los pilotos de MotoGP son conscientes de que en cada carrera hay un factor incontrolable que puede llevar a una caída, una lesión o incluso una tragedia. Sus cuerpos, marcados por cicatrices, les recuerdan la dificultad del deporte de velocidad. Nombres como los de Andreas Pérez, Luis Salom o Marco Simoncelli resuenan en su memoria. Por eso, además de intentar llegar a la victoria, los pilotos trabajan para desarrollar mejores sistemas y solicitan a su vez avances en la seguridad.

Cada viernes se reúnen para comprobar entre todos el estado de la pista. En cada Gran Premio hay decenas de personas que comprueban por cámaras cada curva del circuito y se establece un inmediato complejo de asistencia para actuar si un piloto se va al suelo: voluntarios a pie de pista, coches médicos, ambulancias, centro médico y helicópteros . «Yo me siento más seguro dentro que fuera del circuito», espetó Márquez tras la muerte de Andreas Pérez. Una sentencia confirmada en sus 27 caídas de 2017 que no resultaron más que sustos, estadísticas y arañazos. Si bien es cierto que la experiencia y la pericia de los pilotos juega a favor, también basa sus palabras en la tecnología que vela por su integridad. El mono, el casco, el servicio médico y las motos viven en el futuro para que el Mundial de MotoGP disfrute del presente.

En esta temporada todos los pilotos de todas las categorías cuentan con un sistema de airbag que les protege la espalda, los hombros, el cuello y el pecho . Controlados cada dos milisegundos, el sistema reconoce cualquier mínima variación extraña del piloto y de la moto y tarda entre 8 y 50 milisegundos en tomar la decisión de abrirse para proteger al protagonista. Si se activa, en apenas 25 milisegundos, el piloto nota cómo se despliega a su alrededor un globo que amortigua la caída.

Los cascos y los monos evolucionan en materiales y diseños cada vez más livianos pero sin olvidar que son la armadura de los pilotos. En esta constante búsqueda de lo imposible, las marcas trabajan en el futuro con tecnología y millones de ensayos de prueba y error para que la seguridad no choque con la comodidad o la física.

Pero siempre hay un factor humano en la toma de decisiones , el que a veces encuentra el fallo, y a veces, también la solución. Como el doctor Ángel Charte, el primero que evalúa las condiciones del piloto en el propio circuito y elige, en un breve suspiro, lo mejor para su salud y su recuperación. No existe el riesgo cero, pero el principal triunfo de MotoGP es que todos los pilotos vuelvan a la parrilla cada fin de semana.

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