Accidente Moto2Luis Salom, penúltima joya de la inagotable factoría del motociclismo español

Como ocurrió con Marco Simoncelli (2011) o Shōya Tomizawa (2010), este mallorquín nacido en 1991 ha muerto sin llegar a los 25 años. Le apodaban «El Mexicano», era amante de la vida familiar y de sus dos perros. Siempre llevó el «39»

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La era dorada del deporte español de la última década empezó con los triunfos de Fernando Alonso en Formula 1, terreno inhóspito para los españoles, siguió con los Gasol, Navarro, Reyes y compañía en baloncesto; el legendario Rafael Nadal, entre otros, nos emocionó con el tenis como nunca antes, y por supuesto el fútbol, con las Eurocopas y el Mundial de 2010. Pero el motociclismo patrio va mucho más allá de héroes puntuales o generaciones espontáneas. Si hay una disciplina que se ha mantenido constante en épocas de vacas gordas y flacas, con mayor o menor atención mediática, es esta: la gran factoría del éxito de lo nuestro. Una de sus últimas perlas era el español Luis Salom, piloto de Moto2, que ha muerto trágicamente este viernes en el circuito de Montmeló después de sufrir un grave accidente en los entrenamientos libres del GP de Cataluña.

Como ocurrió con Marco Simoncelli (2011) o Shōya Tomizawa (2010), este mallorquín nacido en 1991 ha muerto sin llegar al cuarto de siglo. Salom fue evacuado en ambulancia al Hospital General de Cataluña, tras caerse en la curva doce del trazado catalán y ser golpeado por su propia moto. Una muerte propiciada por la máquina que le daba de comer. El joven quedó tendido en la grava en la escapatoria de la curva 12 tras irse al suelo a falta de poco menos de 25 minutos para el final de la segunda sesión de libres.

Como recoge Red Bull, uno de las marcas que más han apostado por el motor, Salom como el resto de pilotos de su generación se subió a una motocicleta cuando apenas sabía atarse los cordones. Con ocho años, consiguió el Campeonato Supermotard de Baleares de 50cc en su primer año compitiendo.

Luis Salom debutó en el Campeonato Mundial en 2009 en el circuito de Jerez en la categoría de 125cc. Subió al podio en 25 carreras, incluyendo nueve victorias en Moto3. En 2012 realizó su mejor actuación al terminar subcampeón de la categoría. Fue subcampeón de Moto3 en 2012 y tercero al año siguiente, su mejor año con 7 victorias y 4 poles, siendo el que más carreras ganó de aquel campeonato. Sin embargo, otro accidente, en Valencia, acabó con su sueño de ser coronado Campeón del Mundo de Moto3.

En el paddock le apodaban «El mexicano», por culpa del hermano de su manager, Marco Rodrigo. Al parecer, este hermano tenía un caballo negro mexicano en Argentina que no le dio buen resultado. Cuando se conocieron, le dijo: «Espero que no seas como mi mexicano», caballo que se quedaba parado en las salidas. Bromas aparte, Luis Salom era un gran amante de los animales. Entre sus principales aficiones estaba pasar el tiempo junto a sus perros. Tenía un pastor alemán de tres años llamado Indy como recuerdo al circuito de Indianápolis, circuito donde ganó su primera carrera. Luego estaba Mexicana, una perra mestiza de unos cinco años.

De familia motera porque su abuelo tenía un taller, otros Salom de la familia han despuntado en el deporte de las dos ruedas: David Salom, su primo, es piloto de Superbikes.

Luis Salom era un chico familiar, con sus manías (como rezar antes de las carreras) pero nada excéntrico. Llevaba el dorsal 39 por una casualidad ocurrida en su juventud. Sucedió en un torneo de promoción en el año 2005, un fin de semana de esos en los que los chicos jóvenes se juegan buena parte de su futuro. El sábado le asignaron por sorteo el número 39, al día siguiente ganó la carrera y a partir de ahí ese dorsal le acompañó a todas partes.

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