Una incógnita llamada Sancho

Desde la Eurocopa que organizaron en 1996 cuando naufragaron en la antesala de la final, los ingleses nunca estuvieron tan cerca del título como en esta edición. 25 años después, vuelven a una semifinal que, como ya pasó en el 96, se disputará en la cuna del fútbol, en el histórico estadio de Wembley . Poco queda ya de aquella Inglaterra thatcheriana y de aquel equipo liderado por la sobriedad de Shearer y la locura de Gascoigne . Incluso Wembley necesitó una reconstrucción para volver a ser el Olimpo del fútbol mundial.

De la cruel experiencia de perder en la Euro organizada en casa, solamente perdura un hombre en el entorno de la selección: Gareth Southgate , el chico que se hundió tras fallar el penalti decisivo ante Alemania Federal y que hoy dirige a los ‘Three Lions’ en la búsqueda de la primera Eurocopa para el país que inventó el fútbol.

Inglaterra siempre ha sido tierra de grandes futbolistas (la lista de talentos es interminable y sería una calamidad dejar algunos sin nombrar), pero en esta Euro, coincidiendo con una Premier League en pleno apogeo y con la madurez de sus mejores hombres, Southgate tiene a su disposición la más completa de las plantillas británicas en años. Su defensa es la mejor del torneo (aún nadie ha sido capaz de hacerle un gol), y su ataque intimida: con jugadores de la talla de Harry Kane , Raheem Sterling , Marcus Rashford , Phil Foden o el díscolo Jack Grealish , Inglaterra aspira, al fin, a la gloria europea.

Sin embargo, en la línea ofensiva no hay hueco para tanto talento y jugadores como Saka o el propio Grealish suelen empezar los partidos en el banco. Pero al margen del problema de espacio, esta Eurocopa estaba dejando un gran interrogante sin responder: la suplencia de una de las estrellas emergentes más ilusionantes del fútbol europeo, Jadon Sancho . Ese adolescente que emigró a Alemania, que maduró e impresionó en el Borussia de Dortmund y por el que el Manchester United acaba de pagar 90 millones de euros.

El joven londinense, criado en el Watford y formado en la cantera del Manchester City, parecía condenado al ostracismo por su entrenador. Solo había jugado siete minutos en la fase de grupos y vivió los cuartos de final ante Alemania vestido de chándal. Pero, sorprendentemente, Southgate le incluyó en el equipo titular ante Ucrania, completó los noventa minutos y fue uno de los hombres más destacados del encuentro que les dio el pase a la semifinal. Los eslavos, desbordados por el vendaval inglés, sufrieron la verticalidad de Sancho a campo abierto, un jugador que posee la habilidad propia de los elegidos.

Sterling y Kane han sido titulares en todos los partidos del torneo y estarán en el once ante Dinamarca con total seguridad. En cambio, es toda una incógnita quién completará el tridente ofensivo inglés en el partido más importante de su historia reciente. Tanto Foden y Grealish, como Saka y Sancho, han rendido con garantías cuando han gozado de minutos. Southgate tiene un bendito problema .

Los ‘Three Lions’ vuelven a Wembley con su maquinaria perfectamente engrasada y solo una nueva, e inesperada, machada nórdica les puede privar de su primera final de Eurocopa. En Londres, rodeados de su gente y con una plantilla inmejorable, Inglaterra tiene argumentos para soñar.