Operación Oikos

Así se vigilan en España los amaños deportivos

La Administración y los grandes actores como LaLiga o las federaciones han unido esfuerzos junto a las casas de apuestas para cazar a los tramposos

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Emilio V. Escudero

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Que España lidere el número de sospechas por posible fraude en el deporte no implica que sea el país más tramposo, pero tampoco es una casualidad . Es el fruto del trabajo de prevención que se ha liderado desde la Administración en los últimos años y que está desembocando en un control más férreo de las irregularidades. Un sistema común , centralizado en una plataforma para combatir a los tramposos, que ayuda a poner cerco a los intentos de amaño en el deporte del país y que desemboca en operaciones policiales como la desarrollada ayer en cuatro ciudades distintas.

España no es el país más tramposo, pero sí uno de los que más trabaja para erradicar este problema y de ahí que haya más casos que salen a la luz respecto a otros lugares de la Unión Europea. «España está varios pasos por delante y LaLiga es un actor fundamental para la persecución del fraude en nuestro país. En otros lugares de Europa, las administraciones y las organizaciones deportivas están mucho menos involucradas», explica a ABC Mikel López de Torre , presidente de Jdigital, la asociación española de Juego Digital.

Registro de todas las apuestas deportivas

En España, todas las apuestas deben estar registradas y vinculadas a un cliente individual, algo que hace una década era impensable. Esos datos quedan almacenados digitalmente durante al menos seis años -que es lo que marca la ley- para su posible consulta por parte de las autoridades. Todo el movimiento alrededor de las apuestas deportivas es trazable y transparente en España, uno de los países de la Unión Europea que más celo pone en este campo. El resultado es un fichero inmenso que sirve para cruzar datos de diferentes denuncias y para ponerlos en común en investigaciones como las llevadas a cabo ayer en la denominada operación Oikos.

Un sistema que detecta y avisa del posible delito

Suelen ser las casas de apuestas, principales damnificadas del fraude en el aspecto económico, las que ponen en alerta a las autoridades, aunque no siempre es así. Estas empresas cuentan con los BFDS ( Betting Fraud Detection System ), sistemas de análisis en tiempo real que miden, entre otras cosas, el volumen del dinero apostado en un evento o el lugar desde donde se producen las apuestas. Si detecta algo que se sale del rango habitual, se emite una alerta.

Esas anomalías se miran y se estudian con detalle y si se encuentra algún tipo de irregularidad se notifica a las autoridades a través de los canales diseñados para ello. Esas alertas pueden generarse también dentro de los servicios de integridad de las federaciones deportivas o de la ESSA, que es la organización europea que vela por la seguridad en las apuestas. «Cuando nos llega un aviso por parte de LaLiga o la ESSA, lo que hacemos es analizar si hay algún movimiento extraño en torno a ese encuentro en particular . Le enviamos la información relacionada a la organización que nos la ha requerido, para que la añadan al expediente antes de enviarlo a la Policía o de hacer una denuncia formal. A partir de ahí, nuestro trabajo está acabado», señala López de Torre.

«Tyche», el ojo vigilante de LaLiga

Al igual que las casas de apuestas, LaLiga ha desarrollado su propia herramienta para monitorizar los encuentros y detectar posibles irregularidades. Se llama «Tyche» y no descansa . Funciona los siete días de la semana y las 24 horas del día. Cuenta con un sistema de avisos que califica las alertas del 0 al 5. Si hay un movimiento sospechoso que supere el número 3 se activan las alarmas. Lo ocurrido con el Huesca-Nástic, por ejemplo, se situó entre el 4 y el 5, por lo que se procedió a abrir un expediente antes de llevar a cabo la denuncia correspondiente en el juzgado junto a la Policía Nacional.

La ley del silencio de los vestuarios deportivos

Uno de los problemas con los que se encuentran las autoridades a la hora de poner freno al fraude deportivo es el silencio que impera dentro de los equipos. Los vestuarios suelen ser un lugar cerrado y los deportistas pocas veces toman la palabra para hacer una denuncia. En este sentido, se han llevado a cabo charlas informativas por parte de LaLiga a diferentes equipos profesionales y no profesionales, tratando de mentalizar a los deportistas de la importancia de su colaboración. Les cuentan lo que pueden y no pueden hacer y cómo proceder en el caso de que reciban presiones externas para realizar algún acto ilícito.

Pocas personas implicadas, pero con peso

En los últimos tiempos, las mafias han abandonado la idea de falsear un resultado final para centrarse en otros campos menos controlados y más fáciles de conseguir sin llamar la atención. Lo ideal para tratar de amañar una apuesta deportiva es implicar a poca gente. Por eso, deportes individuales como el tenis son los que generan más alertas de posible fraude a lo largo del año . En el fútbol, las mafias tratan de atraer a jugadores con peso específico dentro del campo y con ascendencia sobre sus compañeros, lo que facilita provocar amarillas o saques de esquina, dos de las apuestas recurrentes en los encuentros sospechosos.

Un proceso diseñado para no llamar la atención

Según desveló ayer la Policía, l os implicados en la operación Oikos -llamada así por las vinculaciones con Grecia- seleccionaban encuentros situados al principio o al final del campeonato de Liga y que tuvieran poca trascendencia deportiva para no atraer el foco informativo.

Se llevaban a cabo apuestas combinadas, que buscaban multiplicar el beneficio con un menor número de movimientos. Los miembros de la organización tanteaban a los capitanes del equipo, que eran los primeros a los que se intentaba captar. Si se aceptaba el amaño, se acordaban los detalles de lo que debía ocurrir durante el partido y el pago se realizaba de dos veces: uno antes y otro después del encuentro.

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