Fútbol

La Supercopa pone en pie de guerra al fútbol español

«Este marrón lo crea el Barcelona y la Federación le rinde pleitesía», acusa José Castro, que se considera perjudicado

Luis Suárez y Clement Lenglet disputan un balón durante la final de la Copa del Rey REUTERS | Vídeo: El Sevilla no acepta el partido único de Supercopa EP

Sergi Font

Se avecinaba tormenta en cuanto se vislumbró el calendario futbolístico de esta temporada, con el Sevilla obligado a jugar tres rondas previas para meterse en competición europea y el Barcelona comprometido hasta la primera semana de agosto a causa de una gira veraniega con fines comerciales. La Supercopa de España, primer título oficial de la temporada, aparece como un grano para Luis Rubiales , que no encuentra fechas que satisfagan a ninguno de los dos clubes. El flamante presidente de la Federación tiró por la calle de en medio y propuso la disputa de la competición, tradicionalmente a doble partido, jugarlo como si de una final de tratara y con una sede neutral. Finalmente, esta decisión ha desatado una guerra en el fútbol español que se prolongará hasta que la competición se dispute.

Manejando variables diversas y numerosos inconvenientes, Rubiales decidió que el encuentro se jugara el día 12 de agosto y en Tánger . Se encontró con la oposición de ambos clubes, que prefieren jugarla a ida y vuelta, que es como realmente repercuten en las arcas al ser encuentros que están fuera del abono de temporada. El Sevilla se ancló en su postura, de que la competición se jugara el 5 y 12 de agosto , y en el caso de que tuviera que jugarse a partido único, fuera en el Sánchez Pizjuán. El Barcelona chocaba frontalmente con ambas peticiones del club hispalense, ya que los de Valverde disputan el día 4 de agosto el último partido de su gira americana ante la Roma en San Francisco. Jugar el día 5 les obligaba a hacerlo 24 horas después de otro encuentro y nada más bajar de un avión con la fase horaria alterada. Además, se negaban a jugar en el campo del Sevilla. Aduciendo cuestiones de aforo proponian ceder el Camp Nou.

Los problemas se acumulaban en la mesita de noche e Rubiales, que además se encontraba con las trabas del convenio colectivo de los futbolistas , que les obliga a tener su periodo vacacional completo. Y éste se rompía en este año de Mundial para los jugadores de ambos equipos que habían acudido a la cita de Rusia si el partido se jugaba el 5 de agosto. Tampoco ayudaba Javier Tebas . El presidente de la Liga se ha mantenido firme en su decisión que la Liga se inicie el fin de semana del 18-19 de agosto . Finalmente se decidió que la Supercopa se dispute el 5 de agosto. Para evitar las polémicas sobre la sede, Rubiales propone que se juegue en Tánger y para ello ha acordado un beneficio económico para ambos clubes que ronda el millón de euros, además de todos los gastos pagados y una acuerdo de televisión. Cifras irrisorias si tenemos en cuenta lo que ganan los clubes que juegan esta competición. Esta cuestión también ha focalizado parte de la polémica.

El penúltimo capitulo se vivió anoche entre Luis Rubiales y José Castro, que se enzarzaron en un program aradiofónico. El presidente de la Federación acusó a su homónimo del Sevilla de estar satisfecho con la propuesta pero negándose a aceptarla en público. Por su parte, el mandatario hispalense denunció que la RFEF «rinde pleitesía al Barcelona, que es el que ha creado este marrón» . Aunque el Barcelona aún no se ha pronunciado, Rubiales desveló ayer que el club azulgrana está dispuesto a renunciar a la disputa del último amistoso de su gira para poder estar en España el día 5 de agosto en plenas condiciones pero la fecha seguía siendo prohibida por el discutido convenio colectivo.

El cruce de declaraciones entre ambos dirigentes se produjo por el malestar causado por un comunicado del Sevilla en el que señaló a la RFRF y al Barcelona. «Yo invito a sacar los whatsapps que tenemos entre los dos. Si Pepe Castro lo autoriza, los sacamos. Lo que no se puede en esta vida es decir una cosa y aparentar otra . Que hagamos esto por los clubes y que un club, para quedar bien la afición, le eche las culpas a la Federación no nos parece serio ni riguroso», lamentó Rubiales. Y defendió su postura: «Yo aguanto las críticas, pero con rigor. Las críticas caprichosas o por miedo a parte de una afición no estoy dispuesto a aguantarlo y no lo voy a aguantar. Sí, vamos a Tánger porque el fútbol español no tiene otra solución. No podemos jugar el día 5 porque incumplimos el convenio, no podemos jugar el 19 porque empieza la Liga y la Liga nos avanzó por escrito que nos iba a demandar por valor de ocho millones de euros». Castro insistió con sus acusaciones: «Me quedo perplejo. El Sevilla no tiene culpa que el Barcelona tenga un compromiso comercial el día 4 y que la Federación no haya sido capaz de encontrar una solución. El secretario es catalán y rinde pleitesía al Barcelona en todo lo que diga. Es una barbaridad. Nos hemos visto sometidos a la pleitesía con el Barcelona».

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