Fútbol

La soledad de Raphael Varane en Mánchester

Las lesiones y el bajo rendimiento, una deriva compartida con su equipo, protagonizan los primeros meses del exmadridista en la Premier League

Varane un unsalto aéreo con Joelinton AFP

Iván Martín

En una tarde no muy lejana de agosto, Raphael Varane confirmó un secreto a voces. Dejó el Real Madrid entre abrazos y aplausos de sus compañeros, se hizo la foto de rigor con Florentino y se despidió de la afición con un comunicado escueto pero bonito donde remarcaba que había sido «un viaje increíble» . Desde la afición no hubo ningún reproche; respetaban que un tipo tan educado como el francés que nunca presionó al club, que lo ganó todo y que ya es una leyenda viva para el equipo más laureado de Europa, buscara una nueva aventura lejos del Bernabéu. Con una edad pletórica (28), varias Champions bajo el brazo, Varane llegaba ilusionado a un Mánchester United que alrededor de De Gea, Pogba, Bruno, Cristiano y él mismo, trataría de volver a ser dominante en la Premier League.

A su llegada, un abarrotado Old Trafford le recibió con honores. Era la pieza que le faltaba a la defensa para dar un salto de calidad, el complemento ideal para un central poco polivalente como Maguire . Pero como reflejo de su equipo, los cinco primeros meses de Varane en el noroeste de Inglaterra han sido decepcionantes. El galo ha sumado varias lesiones que le han hecho perderse ya 13 encuentros, y los que ha jugado recuerdan más a aquella fatídica noche en el Etihad que a su exitosa década en Madrid. Mientras tanto, el United, guadianesco, renunció de nuevo a luchar por el título de liga, despidió a Solskjaer y contrató a Rangnick con el objetivo de instaurar una idea de juego reconocible que hiciera funcionar a una plantilla tan llena de estrellas como de ego.

Con el técnico alemán los resultados han mejorado, aunque aún es demasiado pronto para valorar si su equipo juega mejor; casi no ha tenido tiempo para trabajar en lo que debe de ser un proceso lento pero continuo. Si la referencia es el partido de ayer, los augurios no son buenos. El United, ante un Newcastle que marcha penúltimo en la Premier con tan solo 11 puntos, no paso del empate a uno, y gracias, en su visita al bello St James' Park. Los locales, comandados por Saint-Maximin (un extremo que por sus condiciones debería competir en la Champions League) maniataron a una zaga débil y dubitativa donde Varane y Maguire parecieron una caricatura de sí mismos.

De hecho, el defensor francés quedó marcado desde el inicio. En el minuto siete, Varane fue al salto en una disputa aérea, el balón cayó a sus espaldas e intentó domarlo y darse el vuelta. Error: Longstaff le robó el balón y la jugada acabó en gol de Saint-Maximin. Desde ese instante, Varane titubeó con y sin balón, y solo Cavani , con un tanto de rebote, y De Gea , con un recital de intervenciones, evitaron la derrota.

Tras el encuentro, Rangnick fue expeditivo: «Concedemos demasiadas ocasiones, demasiados regalos cuando tenemos la posesión, incluido el gol que nos han marcado». El United es séptimo a demasiados puntos del City, y su único objetivo real reside en clasificarse para la Liga de Campeones. De momento, está a siete puntos del cuarto, el Arsenal, aunque es cierto que los londinenses han disputado dos partidos más. En Champions, el panorama es diferente: fueron primeros de grupo y se medirán al Atlético de Madrid en octavos de final. Para ambos, el camino europeo puede ser la válvula de escape a una temporada decepcionante.

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