Fútbol
El segundo entrenador, un valor al alza en el fútbol
La figura del ayudante, noticia actual por el adiós de Burgos del Atlético y el fichaje de Lillo por el City, cobra cada vez más importancia. Toni Grande, Armando Ufarte, Vicente Miera, Abel Resino y Santi Denia analizan ante ABC este cargo
El segundo entrenador es un puesto cotizado en el orbe interno del fútbol y minusvalorado para la mayoría de los aficionados. Ser una excelente mano derecha de un técnico de primer nivel no es baladí. Hay que aunar muchas virtudes que no se observan desde fuera, quedan en el contador interno del club y del primer responsable del equipo. Un icono de este trabajo, Germán Burgos , una década al lado de Simeone, ha decidido volar solo para ejercer la otra función, máximo responsable de una plantilla.
En sentido contrario, un preparador con tanta carga ideológica del fútbol como Juan Manuel Lillo es fichado por Guardiola , que se inspiró en él, para que aporte su sabiduría en el Manchester City.
ABC ha dialogado con Toni Grande, José Armando Ufarte, Vicente Miera, Abel Resino y Santi Denia , cinco entrenadores que conocen muy bien ese doble cometido en los banquillos, para que nos expliquen su experiencia y las diversas misiones que han tenido que llevar a cabo en un elenco de futbolistas para que el grupo o un jugador concreto rinda mejor.
Toni Grande: «Nunca debes ser un ‘sí, señor’ del entrenador. Si ves que algo falla le tienes que decir, de buena forma, que ‘te estás equivocando’, sea en un partido o en la valoración de un futbolista. En esas situaciones debes indicarle que debe cambiar»
Ganador de un Mundial y una Europa como ayudante de Vicente del Bosque en la selección española, campeón de tres Champions con Heynckes y con Del Bosque en el Real Madrid, Toni Grande es un inmejorable exponente de un cargo desconocido para el espectador. «Tuve muchas ofertas para ser primer entrenador, pero me pareció que mi trabajo era más importante como segundo técnico al lado de Capello, de Heynckes, de Hiddink y de Vicente del Bosque tanto en el Real Madrid como en la selección nacional», señala Grande. Desgrana un ramillete de claves para ser la mano diestra del preparador: «Una de las premisas más importantes es conocer muy bien a tu entrenador, su personalidad. Luego, debes mantener una relación de respeto tanto con tu jefe como con la plantilla. Debes conocer la vida personal y las formas de comportamiento de los jugadores, para vigilar que las cosas vayan bien».
El excentrocampista del conjunto blanco advierte de que el ayudante ha de tener una personalidad definida y reconocida: «Nunca debes ser un ‘sí, señor’ del entrenador. Si ves que algo falla le tienes que decir, de buena forma, que ‘te estás equivocando’, sea en la valoración de un futbolista, en un partido o en los entrenamientos. Hay que argumentarle que eso no es así. No estás para permanecer callado, de cara a la galería. Si observas que se pueden mejorar las cosas hay que indicarle que debe cambiar».
Toni Grande ensalza misiones que el «segundo» asume para no desgastar a su jefe: « Eres un psicólogo, entras al vestuario y en una ojeada ves quién ha venido enfadado y ahí debes estar tú para dar una palmada en el hombro o para decir las cosas claras».
José Armando Ufarte: «Con Luis cambiamos el fútbol en España. Aquí había un concepto de la furia y nosotros introducimos otro estilo, con futbolistas de calidad. Luis confió en mí. Yo tuve a Iniesta, a Cesc, a David Silva, a Ramos, con quince años, en las selecciones inferiores, y cuando fueron evolucionando los llevó al primer equipo. Yo le aconsejaba y creía en mí»
Jugador y entrenador del Atlético, ganador de seis títulos como seleccionador nacional sub 16, sub 19 y sub 21, José Armando Ufarte fue la mano izquierda de Luis Aragonés tanto en el club rojiblanco como en la selección española, con la que conquistó la Eurocopa 2008. «Con Luis cambiamos el fútbol en España», destaca Ufarte. «Aquí había un concepto de la furia y nosotros introducimos otro estilo de juego, con futbolistas de calidad. Luis Aragonés confiaba en mí. Yo tuve a Iniesta, a Cesc, a David Silva, a Ramos y a otros jugadores con quince años en las selecciones inferiores y todos ellos fueron subiendo hasta llegar a la selección absoluta. Luis creía en mi opinión».
El hispanobrasileño relata su estreno como ayudante de Aragonés: «Cuando Luis dejó de jugar y pasó a ser entrenador, me pidió que buscara un futbolista que cubriera su baja en el primer equipo del Atlético. Aconsejé fichar a Leivinha. Siempre creyó en mi criterio, éramos muy amigos. Me pidió siempre consejo de los jugadores jóvenes que debíamos ascender en la selección, sabía que los conocía de muchos años, y acertó en esa transformación de la selección española».
Vicente Miera: «El segundo entrenador está pendiente de la vida de todos los futbolistas, para sacar lo mejor de cada uno. No es fácil porque son muchos, juegan once y no puedes contentar a todos»
Elegido por Villalonga para entrar en la Federación Española, Vicente Miera fue el segundo entrenador de Miguel Muñoz desde 1982 a 1988, hasta ser nombrado responsable de la selección olímpica y conquistar el oro en Barcelona 92. Luego ejerció como técnico en varios clubes. Es un sabio de esas dos funciones. «Como segundo entrenador estás detrás del que manda, de quien toma las decisiones, para estar pendiente de la vida de los futbolistas, para hablar con el profesional y sacar lo mejor de cada uno. No es fácil porque son muchos, solo juegan once y no puedes contentar a todos». El cambio es amplio cuando se asciende al frente de la manifestación futbolística: «Ser primer entrenador significa que eres el responsable de todo. Si no ganas estás expuesto a ser criticado y tu misión debe ser conseguir que tu cuerpo técnico trabaje en armonía y que no haya problemas en el equipo. Lo que destaco es el prestigio internacional del entrenador español, está muy bien valorado en el mundo ».
Explica una decisión suya cuando fue responsable olímpico: «Estuvimos sesenta días concentrados y yo llamé a Kubala para que nos aportara su experiencia. Ladislao y Puskas fueron dos hombres increíbles en nuestro fútbol, de una sabiduría y una generosidad impresionante. En la selección olímpica nos reuníamos todas las tardes y Kubala exponía la visión de la experiencia».
Santi Denia: «El segundo entrenador debe ver lo que el primero no ve: Debe ser su complemento perfecto, su apoyo. En un partido tienes que hacerle ver otros puntos de vista y otros aspectos del juego»
Exjugador del Atlético, Santi Denia fue segundo entrenador del club rojiblanco con Abel Resino al mando y posteriormente ha dirigido a las selecciones de las categorías inferiores. Sabe lo que es ver progresar futbolistas e informar al seleccionador absoluto de esa evolución.
«El segundo entrenador tiene que ver lo que el primero no ve», señala el exdefensa rojiblanco . «Debe ser su complemento perfecto, su apoyo. En un partido tienes que hacerle ver otros puntos de vista y otros aspectos del juego. Y en el trabajo de vestuario eres el poli bueno y, cuando es necesario, el poli malo, para que el primer entrenador no se queme en todas las cuestiones. En muchas ocasiones el futbolista acude a ti y según las situaciones eres más duro o blando».
Subraya lo que debe hacer un ayudante cuando las cosas no salen: «Hay que intervenir si analizas que hay que cambiar de dinámica y , con la confianza que has de tener con el entrenador, decirle ‘te estás equivocando’».
Abel Resino: «El segundo entrenador ejerce en muchas ocasiones de poli malo, de intermediario, porque hay que hablar con el vestuario y el primer técnico no puede estar quemándose. Eres receptivo al jugador, pero cuando hay que hablar claro dices lo que tienes que decir»
Abel Resino también ha tocado todos los acordes del fútbol. Guardameta plusmarquista con el Atlético, fue ayudante de Arrigo Sacchi y de Ferrando en la casa rojiblanca antes de ser primer responsable del club madrileño. Luego ha dirigido a muchos equipos.
«El segundo entrenador debe tener mano izquierda y sacar el carácter cuando toca», indica Abel. «Ejerce en muchas ocasiones de policía malo, de intermediario, porque hay que hablar con el vestuario y el primer técnico no puede estar quemándose. El propio entrenador te manda para que hables con el futbolista. Filtras, eres receptivo a lo que pide el jugador, pero cuando hay que hablar claro eres el poli malo y dices lo que tienes que decir».
El exportero, directo: «El primer entrenador pide muchas veces que intervenga el segundo, porque no puede estar rectificando todos los días a un futbolista, porque se pierde el mensaje. El jugador es como si fuera tu hijo»
El ascenso al puesto de máximo responsable te pone en la diana: « A mí me gusta el modelo inglés, el de Ferguson , que no está todo el día en primer línea de fuego, sino que solo habla en los momentos importantes. Como primer entrenador eres quien marca la política del equipo y del trabajo. Debes mantener una compenetración perfecta con tu cuerpo técnico y delegar en tu segundo, no puedes estar tú rectificando todos los días a un futbolista, porque se pierde el mensaje, ya no te escucha. El jugador es como si fuera tu hijo ».
Ancelotti, maestro de Zidane en la Champions
Zinedine Zidane ejerció como ayudante de Carlo Ancelotti cuando el italiano ganó la Copa de Europa en Lisboa frente al Atlético. El Real Madrid quiso que el francés se curtiera en el primer equipo como ayudante de un técnico experimentado, que le entrenó cuando fue futbolista de la Juventus.
Zinedine dirigió después al Castilla y el 4 de enero de 2016 saltó al primer equipo con el resultado que todos conocemos: tres Champions y ocho títulos en total, el último en su segunda era, la Supercopa de España disputada en Arabia Saudí. El galo es un espejo perfecto del ayudante que ha sido jugador, conoce los secretos del vestuario y luego adquiere la máxima responsabilidad.
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