Real Madrid

El Madrid jugó un partido en condiciones reales

Zidane preparó la Liga con ocho días de antelación. Dirigió al equipo en un encuentro de verdad, unos vestidos de blanco y otros de verde, en el estadio Alfredo Di Stéfano, a la hora que se medirá al Éibar el 14 de junio

Tomás González-Martín

Comienza la hora de a verdad. Los entrenamientos entrenamientos caseros, individuales, en grupos y por fin al completo han sido un aperitivo muy largo, pesado, pero simplemente un bocado. Ahora hay que comerse la Liga en once finales sin público, con el único fragor del grito de ánimo del entrenador, del apoyo del capitán y del acicate interno que se inyecta cada profesional para jugar al ciento veinte por cien en un ambiente de bomba nuclear , gélido bajo el calor, sin un aficionado que cante a su favor o que le critique sin diplomacia. Ni palmas, ni pitos en un campo donde han jugado Odegaard, Achraf, Ramos, Carvajal, Rodrygo, Vinicius, Lucas y Fede Valverde . Hay que comerse la Liga con estos ingredientes, en un campo neutral, como si estuviéramos en la Viena de la guerra fría.

El sol se pone por el lado derecho a las siete y media de la tarde al saltar desde el vestuario al césped del Alfredo Di Stéfano. Hay que elegir esa portería del lado diestro en el diálogo con el árbitro y su lanzamiento de moneda al aire

Zinedine Zidane desea transformar ese campo neutral, el estadio Alfredo Di Stéfano, en un Bernabéu favorable para sus hombres. Pretende que sus pupilos se sientan a gusto en su nueva casa, más pequeña pero coqueta, presumida. Con capacidad para seis mil espectadores, la afición del Real Madrid en el estreno de la Liga la formarán quince personas, su cuerpo técnico, el médico, el utillero, el delegado de campo y el banquillo. Toca animar, chicos.

Después de tres meses sin fútbol, el técnico francés prepara la semana clave. El reingreso siempre es el momento de mayor peligro y el jefe pone a su plantilla en guardia, firmes, en situación. Hoy, el sábado por la noche, «comenzó la Liga» para el Real Madrid, con ocho días de antelación. Zinedine realizará el ensayo general del retorno al campeonato español. El marsellés dirigió un partido a las siete y media de la tarde. Un once vestía de blanco y el otro, de verde, en el estadio Alfredo Di Stéfano a la misma hora del comienzo del encuentro frente al Éibar, el ansiado 14 de junio.

Quiso que sus jugadores sintieran esa realidad, el mismo minuto, la misma luz, el mismo ambiente y en el mismo sitio de su reaparición, el campo principal de Valdebebas, que ha sido reforzado tecnológicamente para que reúna las condiciones de conexiones e iluminación que permitan jugar partidos nocturnos y ser televisados con total tranquilidad.

El primer punto cardinal fue el sol. Se pone por el oeste del estadio, por el lado derecho según se sale de los vestuarios, y el capitán debe elegir jugar en el lado diestro para tener la luz solar de espaldas.

El Real Madrid jugará a las siete y media de la tarde ante el correoso conjunto eibarrés el 14 de junio en este estadio y a las diez de la noche, cuatro días más tarde, frente al Valencia. Zidane deseaba escuchar las sensaciones de los veteranos en este horario tardío, sin público. Que transmitieran lo que viven para aconsejar a los jóvenes.

Era, es, un horario lánguido, cuando cae el sol . Una fase psicológica de resignación, de templanza, de cierre paulatino del día que Zizou debe convertir en fragor, pues la ausencia de público complica ese sentimiento. «Deben atacar el partido como una final, pues fallar costará la Liga», señalaba un profesional en Valdebebas.

Seis jornadas disputará el Real Madrid en este campo, de las once que posee para dar la vuelta a la clasificación y ser campeón. Necesita dos puntos más que el Barcelona para recuperar el liderato que se dejó en el Villamarín el 8 de marzo.

El responsable deportivo del Real Madrid convocó a sus profesionales en la noche sabatina porque deseaba que conozcan bien el estado de cada zona del césped, los secretos del campo, sus áreas de hierba más tupida, sus puntos blandos, la hierba más dura, dónde corre mejor el balón. Son detalles que pueden decidir una victoria.

Zinedine está esperanzado porque tiene a veinticuatro hombres en perfecta forma. Hazard y Asensio, lesionados de gravedad a lo largo del curso, se encuentran en perfecto estado para ser titulares ese día. Solo Jovic es baja. Hubo ensayo general, como en el teatro, sin ninguna prenda de amarillo.

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