Fútbol

Italia llora otro ‘Caporetto’

El desastre de la ‘Azzurra’, otra vez sin Mundial como en 2018, lo equiparan en el país a su derrota bélica más dolorosa

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Joao Pedro se lamenta durante el Italia -Macedonia del Norte AFP
Ángel Gómez Fuentes

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Del paraíso al infierno. Italia ha pasado de la gloria del Europeo de Wembley , a la catástrofe de perder ante la selección de Macedonia del Norte , cuya existencia ni conocían muchos italianos. Les pareció increíble, imposible perder por un gol en el minuto 92. El estadio de Palermo (Sicilia) enmudeció y hubo lágrimas en Italia. El país lo vive como un desastre histórico, el peor sufrido en fútbol. Tanto que hoy se habla de la ‘Caporetto’ del ‘calcio’, evocando la batalla en esa ciudad eslovena en la Primera Guerra Mundial en 1917, que para muchos historiadores fue la más grande derrota sufrida por el ejército italiano.

El término ‘Caporetto’ entró en el uso corriente de la lengua italiana para indicar una derrota, un fracaso estrepitoso o una capitulación. En este caso, se trata de un desastre que «involucra a todos: deportistas, entrenador, directivos, federación y al movimiento futbolístico en su conjunto», comenta el periodista y escritor Aldo Cazzullo . Añade que «el fútbol italiano ha alcanzado el nivel más bajo de su historia», y entre sus males destaca los siguientes: «Demasiada táctica, muy poca técnica; salarios demasiado altos en relación con el valor y rendimiento, poca cultura futbolística, y demasiado poder a los representantes de los jugadores».

A Italia, con cuatro títulos de la Copa del Mundo (la más galardonada junto a Alemania, después de Brasil), le cuesta creer que no estará en Catar. Es la segunda ausencia consecutiva, porque tampoco estuvo en 2018 en Rusia . Nunca había sucedido. Toda una generación de niños no ha tenido la alegría de ver a su país en un Mundial. Otra generación de futbolistas tampoco lo ha jugado. Tendrán que esperar hasta 2026, en el mejor de los casos.

Duele también porque solo han pasado ocho meses desde la victoria de la Eurocopa en Wembley ante Inglaterra, un triunfo que hizo soñar a Italia al estar de nuevo entre los grandes del fútbol. La selección dirigida por Roberto Mancini se vio como el símbolo de un país que recuperaba la confianza y se realzaba tras el sufrimiento de la pandemia. Aquel triunfo aparece hoy solo como un milagro, después de años de desilusiones y frustraciones de la selección y de los equipos en las copas europeas. Italia no gana una Champions desde 2010, cuando el Inter de Mourinho se proclamó campeón en el Bernabéu. En esta temporada, ningún equipo italiano está en cuartos de la Champions. Solo Atalanta sobrevive en Europa League y la Roma en Conference League.

Son doce años de sequía en el fútbol italiano, salvo el feliz paréntesis del Europeo. Lo que ocurrió en Palermo es lo mismo que sucede con los equipos en Italia. Es verdad que la selección de Mancini dominó totalmente a un equipo muy débil y tan escaso de fútbol que cuando tenía el balón casi no sabía qué hacer. Pero en Italia, un equipo sin ninguna personalidad, fueron demasiados los errores y las ocasiones falladas.

Mancini fue el primer responsable del fracaso, pero hoy se recuerda que fue el autor del triunfo de Wembley . Por eso Italia le está agradecida y en los medios no ha sido vapuleado. Es más, algunos comentaristas indican que su dimisión sería un sacrificio inútil, porque no es culpable de una crisis que se inició en los clubes después de 2010. Así lo explica el mítico Arrigo Sacchi: «Los sectores juveniles están llenos de extranjeros comprados como si fueran un inventario de fruta o verdura, los clubes están desbordados por las deudas, los equipos no ganan nada fuera de Italia, en el extranjero se construyen centros federales… y aquí nadie levanta la voz».

En definitiva, los italianos reconocen hoy que perder el jueves no fue casual. Les duele no estar en el Mundial, porque les apasiona el fútbol. Son grandes sus diferencias regionales, pero a los italianos les une especialmente la ‘Nazionale’, a la que aman. «Fuori del mondo», ha sido el titular de ‘La Gazzetta dello Sport’ sobre el desastre de Palermo. A buen seguro que así se sentirán los italianos, fuera del mundo, cuando comience Catar. A Italia le toca reconstruir su fútbol para volver en 2026.

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