España, a mantener su sitio en el mundo

Hay quien sostiene que en España , después de aquella época dorada tan productiva con catarata de alegrías, se ha instalado el estilo de vida de nuevo rico ya que las fases de clasificación no siempre fueron paseos y a la selección siempre le costó lo suyo llegar a la meta con cierta holgura, muchos lo han olvidado ya. Alcanzar Mundiales y Eurocopas se da por asumido porque el combinado nacional siempre ha estado en la élite, con jugadores de renombre y un campeonato doméstico pata negra, y de ahí que los protagonistas, con cierta molestia, recuerden que no es nada fácil sacar billetes para los grandes torneos pese a que esas guerras internacionales aburran al personal. Hay una generación, cerca de los 50 la mayoría de sus miembros, que no sabe lo que es un Mundial sin España porque la de 1974, en Alemania, fue la última ausencia, van once ediciones consecutivas sin fallo. Hoy, en La Cartuja, basta un punto ante Suecia para que España cumpla con su perfecta rutina, mantenga su sitio en el mundo y ponga en valor sus semifinales y el buen hacer en el último Europeo. Lo tiene en su mano, quién lo diría hace un par de meses.

Se ha preparado una gran fiesta en Sevilla , que quiere volver a ser lo que siempre ha sido para la selección, instalada la primavera en noviembre y con las terrazas a rebosar. La Cartuja , un estadio alejado, algo frío por la pista de atletismo y que casi estaba en el olvido, es la nueva casa de España en estos tiempos y la Federación quiere darle alma al recinto, que forme parte de las grandes gestas del combinado nacional (hoy se anuncian 54.000 gargantas cantando el «¡A por ellos, oé!»). Sevilla se abrazó con el gol de Señor y los otros once que se le hicieron a Malta en 1983 y también vibró con aquel cabezazo de Hierro y las múltiples paradas de Santi Cañizares a Dinamarca en 1993, puede que dos de las noches más memorables sin olvidar que hubo otras. Realmente lo de hoy no sería una hazaña como tal, pues empatar con Suecia en casa tampoco merece el calificativo, pero sí que hay que resolver y corregir una situación incómoda y ante un rival que molesta muchísimo a los chicos de Luis Enrique . En la Eurocopa, en el mismo escenario, se empató con los escandinavos en la fase de grupo y en septiembre se perdió en Estocolmo. Y seguramente no lo mereció España, pero los nórdicos, serios y con un trabajo defensivo estupendo, saben cómo contrarrestar las virtudes de la selección.

Con todo, anuncia Luis Enrique a los cuatro vientos que no alterará en nada su plan, que España es lo que es con lo bueno y con lo malo y que el enemigo no puede condicionar su manera de entender el fútbol. Es innegable su obcecación por ser protagonista en cada partido y, aunque el empate valga, saldrá a ganar como cada tarde, asumiendo los riesgos que otras veces han salido tan caros contra los suecos. Esta vez, además, está Zlatan Ibrahimovic , solo el nombre inquieta pese a tener ya 40 primaveras y no ser el delantero arrollador del ayer. «En la Eurocopa fuimos infinitamente superiores e incluso pudimos perder. Tampoco merecimos la derrota en Suecia, merecimos mínimo el empate e incluso la victoria. Pero el fútbol no sabe de justicia, sabe de balones que entran en la portería rival. Por eso digo que habrá dificultades y que necesitamos al público, sin el público somos más débiles y ellos más fuertes», reiteró el técnico, aparentemente tranquilo en una rueda de prensa como las de antes y dejando una frase que resume a la perfección su estado: «Como jugador dormía de maravilla y después muy mal, como entrenador me pasa lo mismo. Duermo bien antes del partido y después no duermo ni borracho».

Para los agoreros, hay una estadística que tranquiliza, aunque no sirven de nada a la hora de la verdad : España lleva 61 partidos de fase de clasificación para el Mundial como local y los ha resuelto con 51 victorias y diez empates , no hay manchas ni derrotas en ese impecable historial. Suecia, además, solo ha ganado en un amistoso (1988) en territorio hispano.

Solo Alemania, quién si no, tiene más presencias consecutivas en Mundiales que España . Los germanos, da igual cómo y cuándo, siempre están donde toca y la última vez que no estuvieron en el torneo de los torneos fue en 1950, castigados por la Segunda Guerra Mundial. Antes se perdieron la cita de 1930 (la inaugural) porque todos los europeos, salvo Francia y Yugoslavia renunciaron, la máquina más fiable del planeta. «Se ha hecho un gran trabajo. No es nada fácil lo que hacemos y mucho menos en estos años en los que el fútbol ha evolucionado tanto y los equipos también. Siempre hay selecciones a las que le cuesta, más allá de los jugadores que tengan o de lo que hayan ganado, y eso dice mucho de la selección española». Con el freno de mano, Luis Enrique descarta cualquier triunfalismo de antemano. «Centrarnos en rachas no pueden despistarnos de lo que es nuestro trabajo. Hubiéramos firmado estar en esta situación y nos falta rematar».