Tour de Francia

Una tormenta de granizo obliga a suspender la etapa y crea el caos en el Tour

Obliga a finalizar la antepenúltima jornada antes de tiempo y se contabilizarán los tiempos en el alto de L'Iseran, lo que corona a Bernal como nuevo líder

S. D.

Es mes de julio, pero los Alpes no entienden de calor, como no lo hace este Tour de normalidad . Porque cada jornada es una película en sí misma, cargada de dramatismo. Llena de emoción. En la penúltima etapa alpina pasó casi de todo, aunque lo más relevante es que Alaphillipe perdió el amarillo y que el nuevo líder es Egan Bernal , el jovencísimo colombiano que está a un paso de su primer triunfo en el Tour.

El caos se instaló inesperadamente en la carrera gala, que vivía una de sus jornadas decisivas. La etapa, comprimida en 126 kilómetros, incluía cuatro puertos, dos de ellos durísimos situados al final. No llegó a subirlos Thibaut Pinot , retirado entre lágrimas por una lesión muscular.

Era el primer golpe de efecto del día. El que a priori parecía más dramático, pero que se iba a quedar casi en una anécdota. Geraint Thomas desató la tormenta en el grupo de favoritos con un ataque al que se sumó Kruijswijk y al que llegaron Bernal y Landa . Sufría Alaphillipe, el líder, al que le quedaba por delante un suplicio. Cinco kilómetros más hasta la cima del alto de L'Iseran y un largo descenso antes de afrontar el Monte de Tignes.

Mientras se hundía el amarillo, Bernal aprovechó para lanzarse al ataque, rompiendo cualquier disciplina de equipo dentro del Ineos. El colombiano vio que el Tour estaba al alcance de su mano y no se lo pensó. Empezó a abrir hueco con su compañero Thomas y el resto de favoritos . Cedía Landa también, al que le costó llegar a la altura del galés, aunque lo consiguió poco antes de coronar. Un esfuerzo titánico que no pensaba que fuera a ser tan importante.

Bernal coronó solo y se lanzó al descenso con ambición, tratando de evitar que el grupo de favoritos se le echara encima. Peleaban unos y otros, jugando al gato y al ratón, cuando comenzaron a llegar las noticias desde el Monte Tignes. Una espectacular granizada había teñido de blanco la carretera por la que debían transitar los ciclistas en el último puerto del día y obligó a la organización del Tour a cancelar la carrera a falta de 25 kilómetros . El granizo provocó también un corrimiento de tierras espectacular, que cortó la carretera. Imposible continuar, aunque no lo sabían aún los protagonistas.

[ Las imágenes de la espectacular tormenta ]

Un golpe de efecto que pilló por sorpresa a los ciclistas. Algunos, como Urán, no lo entendían. Otros, como el propio Bernal, lo celebraban. En medio del caos, se decidió entonces tomar como oficiales los tiempos de la última subida, en el alto de L'Iseran, que Egan Bernal coronó en solitario para convertirse en el nuevo maillot amarillo.

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